Conocida como el “Jardín de la Alcarria”, y enclavada en el valle del río Tajuña, se encuentra la Villa de Brihuega, en la provincia de Guadalajara, Castilla-La Mancha, España. rodeada de paisajes naturales que le confieren una belleza singular.
La Plaza del Coso es el principal espacio público de Brihuega. Este histórico recinto ha sido testigo de diversas actividades a lo largo de los siglos, incluyendo corridas de toros y otros eventos culturales.
En el centro de la plaza se erige el Ayuntamiento de Brihuega, un edificio que fue reconstruido en 1975, sustituyendo al original del siglo XVIII que era obra de Ventura Rodríguez. Este edificio alberga las oficinas municipales y es un punto de referencia en la plaza.
Frente al Ayuntamiento se encuentran las Cuevas Árabes, construidas entre los siglos X y XI. Estas cuevas forman un laberinto de galerías y túneles que recorren el subsuelo de Brihuega, y han sido utilizadas tradicionalmente para conservar alimentos como aceite, vino y aguardientes.
Además, la plaza alberga dos monumentales Fuentes de estilo barroco, mandadas construir por el rey Carlos III en agradecimiento a la localidad por su comportamiento durante la Guerra de Sucesión.
En uno de los lados de la plaza se encuentra la Real Cárcel de Carlos III, construida en 1781 para sustituir a la anterior cárcel del siglo XVI. Este edificio ha tenido diversos usos a lo largo de los años, incluyendo escuela, academia de música y, finalmente, biblioteca municipal tras su restauración en 1984. Actualmente, alberga la Oficina de Turismo de Brihuega.
El Castillo de la Peña Bermeja, su nombre proviene del color rojizo de las rocas sobre las que se asienta, ofreciendo una vista panorámica del valle del río Tajuña.
Originalmente, el castillo fue residencia de los reyes taifas de Toledo hasta 1085. Tras la conquista de Brihuega por Alfonso VI, la fortaleza pasó a manos de los arzobispos de Toledo, quienes la utilizaron como palacio de descanso y ampliaron sus estructuras. Durante la invasión napoleónica en 1808, el castillo sufrió daños significativos, y en 1835, con la Desamortización de Mendizábal, se utilizó como cementerio, lo que alteró su configuración original.
Hoy en día, el castillo se conserva en ruinas, pero aún se pueden apreciar elementos arquitectónicos notables, como la torre del homenaje y la capilla de Santa María del Castillo, de estilo gótico. La capilla destaca por sus pinturas mudéjares geométricas, una de las pocas que se conservan en España.
La Iglesia de San Felipe, destacado ejemplo de la transición del románico al gótico en la arquitectura española.
Construida en la primera mitad del siglo XIII, la iglesia presenta una planta de tres naves separadas por arcos formeros muy apuntados que descansan sobre pilares con columnas adosadas. Los capiteles de estas columnas exhiben motivos vegetales y crochets, característicos del estilo gótico. Sobre los arcos formeros, los muros se elevan permitiendo la apertura de ventanales bíforos trilobulados con óculos tetralobulados en su parte superior, lo que proporciona una iluminación natural al interior. La cabecera de la iglesia muestra formas tardorrománicas, y la nave central está cubierta con una bóveda de cañón apuntado sobre arcos fajones, mientras que el ábside semicircular está cubierto con una cúpula de cuarto de esfera.
La torre campanario, de planta octogonal, no está completamente unida al templo, ya que fue construida aprovechando uno de los torreones de la antigua muralla. En su arco de acceso se encuentra el escudo del arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada, quien mandó construir la iglesia.
A lo largo de su historia, la iglesia ha sufrido diversas remodelaciones y restauraciones. Durante la Guerra de Sucesión Española, en 1710, sufrió grandes destrozos. Posteriormente, en 1904, un incendio causó daños significativos en el interior. La techumbre se derrumbó en 1943, pero afortunadamente la Dirección General de Bellas Artes realizó una magnífica reconstrucción, siendo reinaugurada el 8 de diciembre de 1968.
La Iglesia de San Felipe es un importante monumento que refleja la evolución arquitectónica de la región y ofrece una visión del pasado medieval de Brihuega.
A continuación algunas fotografías más de esta bella población alcarreña.
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