Plasencia - Cáceres - Extremadura 🇪🇸

PLASENCIA

 La Muy Noble, Muy Leal y Muy Benéfica ciudad de Plasencia, población extremeña al norte de la provincia de Cáceres y Capital del Jerte.


Situada en el margen derecho del río Jerte y en las estribaciones de la Sierra de Gredos, constituye uno de los principales núcleos históricos del norte de Extremadura. Fundada en 1186 por el rey Alfonso VIII de Castilla como enclave estratégico en la línea fronteriza con el reino de León, recibió desde sus inicios fueros y privilegios que consolidaron su autonomía. Su lema, «Ut placeat Deo et hominibus» («Para agradar a Dios y a los hombres»), refleja la intención real de establecer una ciudad próspera y bien organizada. A lo largo de la Edad Media, Plasencia fue sede episcopal y centro de importantes sínodos, así como lugar de residencia ocasional de la realeza y la nobleza. En los siglos posteriores, mantuvo un notable protagonismo económico y religioso en la región, especialmente durante la Edad Moderna.

El recinto histórico de Plasencia conserva buena parte de su trazado original amurallado, construido entre los siglos XII y XIII, con torres, puertas y lienzos bien conservados, como la Puerta de Trujillo y la Puerta del Sol. En el corazón de la ciudad se encuentra la Plaza Mayor, presidida por el antiguo Ayuntamiento renacentista (siglo XVI), coronado por una torre con un autómata conocido como “el Abuelo Mayorga”. Muy cerca se erigen las Catedrales Vieja y Nueva, conjunto singular que combina estilos románico tardío, gótico y renacentista. La Catedral Vieja, iniciada a finales del siglo XIII, presenta un admirable claustro románico-gótico y una torre octogonal; la Catedral Nueva, comenzada en el siglo XVI y concluida parcialmente en el XVIII, se debe a arquitectos como Juan de Álava, Rodrigo Gil de Hontañón y Francisco de Colonia.

Entre los numerosos edificios religiosos destacan el convento de San Vicente Ferrer, actual Parador Nacional, fundado en el siglo XV y reformado en el siglo XVI en estilo renacentista; el convento de San Ildefonso, conocido como de las Claras, con origen en el siglo XIV; y la Iglesia de San Nicolás, de origen románico. Entre las residencias nobiliarias sobresalen el Palacio de los Monroy o Casa de las Dos Torres, de los siglos XIII-XIV, uno de los más antiguos de la ciudad; el Palacio Episcopal; el Palacio de Carvajal-Girón (siglo XVI); y la Casa del Deán, junto a la catedral, que presenta elementos góticos y renacentistas.

El patrimonio de Plasencia ha sido reconocido mediante su declaración como Conjunto Histórico-Artístico en 1958. La ciudad conserva una intensa vida cultural, especialmente durante la Semana Santa, declarada Fiesta de Interés Turístico, y alberga instituciones como el Museo Catedralicio y el Centro Cultural Las Claras. Su localización, en el corazón del norte extremeño, la convierte además en punto de partida ideal para conocer parajes naturales como el Valle del Jerte, el Parque Nacional de Monfragüe y la comarca de La Vera y conociéndola con el vídeo del Canal de YouTube 


Catedral Vieja y Nueva

La ciudad de Plasencia, fundada en 1186 por el rey Alfonso VIII, se convirtió desde sus orígenes en un importante enclave defensivo y eclesiástico del norte extremeño. Como sede episcopal desde 1189, su desarrollo urbano y monumental se articuló en torno a la catedral, cuya evolución singular dio lugar a un conjunto excepcional compuesto por dos catedrales yuxtapuestas: la Catedral Vieja y la Catedral Nueva.

La Catedral Vieja, iniciada en torno a 1220, responde al modelo de las catedrales románicas de Castilla, aunque incorpora elementos góticos en su evolución. Su planta es de cruz latina, con una nave única y crucero marcado, y conserva una cabecera semicircular. El elemento más notable es el claustro románico-gótico, de gran pureza estilística, y la singular sala capitular conocida como la Torre del Melón, una construcción octogonal cubierta con una cúpula gallonada que representa una de las soluciones arquitectónicas más originales del románico español tardío.

La fábrica se construyó en granito y presenta una decoración sobria, con capiteles historiados en el claustro y bóvedas de crucería en la parte alta de la nave y el transepto. Durante los siglos XIV y XV, se añadieron algunos elementos de estilo gótico tardío, como los pináculos y tracerías.

La Catedral Nueva comenzó a construirse a mediados del siglo XV con el objetivo de sustituir a la anterior, que había quedado pequeña y anticuada. Su construcción fue lenta y nunca llegó a completarse totalmente, lo que permitió la convivencia de ambas catedrales. Los primeros tramos del nuevo edificio, proyectado en estilo gótico isabelino, fueron obra de los maestros Juan de Álava, Francisco de Colonia y Alonso de Covarrubias. A finales del siglo XVI y durante el XVII, el estilo evolucionó hacia formas renacentistas, bajo la dirección de Gil de Hontañón, y finalmente hacia el barroco, con intervenciones en el siglo XVIII.

Entre los elementos más destacables se encuentra la fachada principal (inacabada), decorada con relieves y flanqueada por columnas y elementos clasicistas; y el retablo mayor barroco, obra de Gregorio Fernández, que ocupa el ábside gótico. También sobresalen la sillería coral de estilo plateresco y el órgano, una de las piezas más monumentales del templo.

Ambos templos están unidos estructuralmente, permitiendo al visitante transitar de una a otra. Esta integración convierte a la catedral de Plasencia en un caso excepcional dentro del arte español. El conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento el 3 de junio de 1931.

Actualmente, el edificio continúa en uso litúrgico como sede de la diócesis de Plasencia y es uno de los principales focos turísticos y patrimoniales del norte de Extremadura.






Plaza Mayor

La Plaza Mayor de Plasencia constituye el corazón histórico, civil y comercial de la ciudad desde su fundación por Alfonso VIII en 1186. Concebida como espacio central del trazado urbano medieval, la plaza ha conservado a lo largo de los siglos su función original como lugar de encuentro, mercado y celebración institucional, configurándose hoy como uno de los conjuntos más representativos del urbanismo castellano en tierras extremeñas.

La plaza presenta una planta rectangular irregular, abierta en su lado oriental hacia la Calle del Rey, lo que le confiere dinamismo y continuidad con el resto del casco histórico. Su perímetro está definido por edificios porticados de dos o tres alturas, cuyas arcadas de medio punto en granito reposan sobre columnas o pilares que ofrecen resguardo a los peatones. El conjunto refleja distintas etapas constructivas entre los siglos XV y XVIII, con predominio de fachadas de sillería y balcones corridos, aunque también se conservan estructuras de tradición mudéjar en algunos inmuebles del lado occidental.

El edificio más significativo de la plaza es sin duda el Antiguo Ayuntamiento, situado en el lado norte. Se trata de una edificación renacentista construida entre los años 1523 y 1573, atribuida al maestro Juan de Alviz. Presenta una elegante fachada de dos cuerpos con arquerías de medio punto en la planta baja, pilastras toscanas, escudos reales y un campanario coronado por un cuerpo prismático de sillería con una curiosa figura autómata: el Abuelo Mayorga, un muñeco articulado que da las horas golpeando la campana desde el siglo XVIII, convertido en uno de los símbolos populares de la ciudad.

Durante siglos, la plaza fue escenario de mercados, ferias, proclamaciones reales y autos de fe, así como del desarrollo de la vida social y comercial. Hoy, sigue cumpliendo esta función como sede del mercado semanal de los martes, una tradición documentada desde la Edad Media.

La Plaza Mayor forma parte del Conjunto Histórico de Plasencia, declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico-Artístico el 21 de diciembre de 1958. Constituye, junto con las catedrales, la muralla y el palacio episcopal, uno de los espacios más emblemáticos del patrimonio urbano placentino.


Plaza de San Nicolás

La Plaza de San Nicolás se encuentra en el sector noroccidental del recinto amurallado de Plasencia, dentro del casco histórico. Su origen se remonta a los primeros momentos de la repoblación tras la fundación de la ciudad en 1186 por Alfonso VIII. Se trata de una plaza de carácter recogido, formada en torno a una de las iglesias parroquiales más antiguas, y que en su época tuvo tanto funciones religiosas como civiles. A diferencia de la Plaza Mayor, que se desarrolló como centro comercial y político, la de San Nicolás mantiene su aire más íntimo, vinculado a la vida parroquial y nobiliaria del barrio.

El elemento más destacado del conjunto es la Iglesia de San Nicolás, situada en el lado sur de la plaza. Fue construida entre los siglos XIII y XVI, con restos visibles de una primera etapa románica, aunque su estructura principal pertenece al gótico tardío y al renacimiento. Presenta una portada occidental de gran interés, con arquivoltas apuntadas y decoración vegetal, y un interior con bóvedas de crucería y retablos de los siglos XVI y XVII. Su torre, de aspecto macizo y almenado, tiene funciones tanto religiosas como defensivas, y contribuye a la silueta monumental del conjunto. El templo fue declarado Bien de Interés Cultural en 1992.

En el lado norte de la plaza se alza el Palacio de los Monroy, también conocido como la Casa de las Dos Torres. Esta construcción de estilo gótico civil, levantada en el siglo XV, perteneció a uno de los linajes más poderosos de la ciudad. El edificio, construido en sillería, conserva torres angulares desmochadas, una portada conopial y escudos heráldicos que testimonian su función señorial. Su ubicación estratégica junto a la iglesia y próxima a la muralla lo convertía en un punto clave del poder local.

A escasa distancia al oeste se encuentra el antiguo Hospital de Santa María, del que hoy se conserva parte dentro del Centro Cultural Las Claras, un espacio rehabilitado para usos culturales. Se trata de un antiguo convento fundado en el siglo XIII por las clarisas, cuyas estructuras conventuales han sido conservadas en parte, incluyendo restos del claustro.

Muy próxima a la plaza, apenas a unos cien metros, se halla la Puerta de Coria, una de las principales entradas de la ciudad medieval. Esta puerta, flanqueada por dos torreones semicirculares y construida en sillería, formaba parte del sistema defensivo del recinto amurallado. Junto a ella se conservan tramos de la muralla medieval, levantada entre los siglos XII y XIII, con lienzos, torres y adarves que aún permiten seguir su trazado original. Tanto la puerta como la muralla fueron declaradas Bien de Interés Cultural en 1931.

En el entorno inmediato destacan también otros edificios de interés, como la Casa del Deán, situada en la cercana Calle Trujillo, de estilo gótico-renacentista, y varias viviendas blasonadas en la Calle de San Nicolás. Asimismo, a unos 200 metros al sur se encuentra el antiguo Convento de San Vicente Ferrer, actual Parador de Turismo, una notable construcción dominica del siglo XV.

La Plaza de San Nicolás constituye hoy un espacio urbano de gran valor patrimonial, donde se superponen las funciones religiosas, residenciales y defensivas que definieron el crecimiento de Plasencia en la Edad Media. Su conservación y la calidad de los elementos arquitectónicos que la rodean hacen de ella un punto clave para comprender la estructura interna de la ciudad histórica.


Iglesia de San Nicolás

La Iglesia de San Nicolás es una de las parroquias más antiguas de Plasencia, vinculada a los primeros momentos de la repoblación cristiana tras la fundación de la ciudad en 1186 por el rey Alfonso VIII. Se sitúa en la actual Plaza de San Nicolás, en el sector noroccidental del casco histórico, y desde su origen desempeñó un papel fundamental en la vida religiosa, social y política de la ciudad. Durante los siglos medievales, fue escenario de reuniones del concejo y sede de importantes actos públicos.

La fábrica del templo presenta una compleja evolución arquitectónica que abarca desde el románico tardío hasta el renacimiento. Aunque la estructura actual se corresponde principalmente con las reformas realizadas en los siglos XV y XVI, conserva vestigios de una construcción anterior, probablemente románica, como se aprecia en algunos elementos de los muros y en la disposición del ábside. La iglesia es de una sola nave, con capillas laterales añadidas en época gótica y bóvedas de crucería estrellada en el interior.

Uno de los elementos más notables es su portada occidental, realizada en estilo gótico florido. Se compone de arquivoltas apuntadas ricamente decoradas con motivos vegetales y figuras humanas, que reposan sobre columnas con capiteles labrados. Este acceso, de gran calidad escultórica, se abre a la Plaza de San Nicolás y está flanqueado por una torre de aspecto macizo que actúa como campanario y, en su origen, también como estructura defensiva. La torre, construida en sillería, presenta una estructura prismática con vanos en los niveles superiores y remate almenado.

En el interior destacan diversos retablos barrocos y renacentistas. El retablo mayor, realizado en el siglo XVI, muestra escenas de la vida de San Nicolás, titular del templo. Asimismo, se conservan sepulcros de familias nobiliarias vinculadas a la parroquia, lo que refleja la estrecha relación entre el templo y la aristocracia local. La iglesia albergó durante siglos importantes documentos y bienes del archivo parroquial, además de ser centro de actividad litúrgica para el barrio.

Por su antigüedad, valor artístico y significación histórica, la Iglesia de San Nicolás fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento en el año 1992. Forma parte del conjunto monumental del casco antiguo de Plasencia y se integra plenamente en el trazado urbano medieval, siendo uno de los templos que mejor ilustran la evolución del arte religioso en la ciudad desde la Edad Media hasta la Edad Moderna. Su presencia sigue dominando la plaza que lleva su nombre y constituye un testimonio esencial del pasado eclesiástico y cívico de la ciudad.


Iglesia de San Martín

La Iglesia de San Martín es una de las parroquias históricas más representativas del casco antiguo de Plasencia. Situada a escasos metros de la Plaza Mayor, se erige en la calle de San Martín como testimonio de la arquitectura religiosa de la ciudad desde la Edad Media. Fue fundada en el contexto de la repoblación cristiana impulsada por Alfonso VIII tras la creación de la ciudad en 1186. Su estratégica ubicación en un barrio denso de población y cerca del centro de poder municipal reforzó su papel como espacio de culto y vida comunitaria durante siglos.

El edificio actual es fruto de varias fases constructivas entre los siglos XIII y XVI. Su estructura responde principalmente a un esquema gótico tardío, con nave única cubierta por bóvedas de crucería estrellada, apoyadas en arcos fajones apuntados. La cabecera es poligonal, de estilo gótico, decorada con claves labradas. En el muro septentrional aún se conservan vestigios de la primitiva fábrica románica, visibles en algunos tramos de sillería y en una ventana cegada. El templo está dotado de una torre campanario de planta cuadrada al oeste, construida en sillería y rematada con tejado a cuatro aguas.

El elemento más destacado del interior es su retablo mayor, una obra fundamental del Renacimiento español, realizado entre 1565 y 1570 y atribuido al insigne pintor extremeño Luis de Morales, conocido como El Divino. Este retablo de estilo plateresco incluye varias pinturas sobre tabla que representan escenas de la Pasión de Cristo, la Virgen y distintos santos, tratadas con el característico estilo espiritual e introspectivo de Morales. Su trazo delicado, uso del claroscuro y expresividad emotiva lo convierten en una de las piezas artísticas más relevantes de la ciudad. En agosto de 2020, el retablo sufrió un incendio que afectó parte de sus tablas, pero tras una cuidadosa restauración ha sido devuelto a su lugar original.

Además del retablo mayor, la iglesia conserva retablos laterales barrocos, una pila bautismal de granito posiblemente de época románica, así como varios sepulcros nobiliarios en arcosolios, decorados con escudos heráldicos y epígrafes. El acceso se realiza por una portada gótica apuntada, con arquivoltas lisas y columnas adosadas, protegida por un pórtico sobrio.

Aunque hoy día no cumple funciones parroquiales regulares, la Iglesia de San Martín ha sido restaurada como espacio cultural y patrimonial, y forma parte del Conjunto Histórico de Plasencia, declarado Bien de Interés Cultural en 1958. Su importancia artística, y muy especialmente la presencia del retablo de Luis de Morales, la sitúan entre los monumentos religiosos más relevantes de la diócesis placentina.


Murallas de Plasencia

Las Murallas de Plasencia forman uno de los conjuntos defensivos medievales más notables de Extremadura. Fueron construidas a finales del siglo XII, tras la fundación de la ciudad por Alfonso VIII en 1186, con el objetivo de consolidar la frontera meridional del Reino de León frente a las incursiones musulmanas y asegurar el asentamiento cristiano. La obra, según la tradición, fue completada en apenas nueve meses con la participación de más de diez mil hombres, lo que evidencia su carácter estratégico. El trazado amurallado llegó a abarcar una extensión de más de dos kilómetros, cerrando un perímetro elíptico con una treintena de torres, seis puertas principales y numerosos postigos secundarios.

El sistema defensivo se compone de una muralla principal, de considerable altura y espesor, a la que se adosa una barbacana exterior más baja, separadas ambas por un foso en algunos tramos. El río Jerte actúa como defensa natural por el norte y el oeste. Las murallas están reforzadas con torres semicirculares y cubos, siendo la Torre Lucía la más emblemática y mejor conservada, actualmente habilitada como centro de interpretación. A lo largo de los siglos, la muralla sufrió transformaciones, especialmente en época renacentista y barroca, y algunas de sus secciones fueron demolidas en el siglo XIX por motivos de salubridad urbana. A pesar de ello, buena parte del recinto ha llegado hasta nuestros días.

Uno de los accesos más destacados es la Puerta de Trujillo, también conocida como Cañón de la Salud, situada al sur del recinto intramuros. Esta puerta fue construida originalmente en el siglo XIII como uno de los principales puntos de entrada desde el camino de Trujillo. A comienzos del siglo XVIII, entre 1721 y 1723, fue transformada en una ermita dedicada a la Virgen de la Salud, mediante una intervención de estilo barroco que integró la puerta entre dos antiguos cubos defensivos. De esta forma, el acceso adquirió un carácter mixto: defensivo y religioso.

La actual configuración de la Puerta de Trujillo incluye una portada barroca flanqueada por pilastras, coronada con una hornacina y una espadaña. Sobre el arco de entrada se conserva un escudo con las armas de los Reyes Católicos y una lápida conmemorativa de la incorporación de Plasencia a la Corona en 1498. Desde esta puerta parte la calle Trujillo, uno de los ejes tradicionales de acceso a la ciudad antigua y vía directa hacia la Plaza Mayor. Por su singularidad arquitectónica y valor simbólico, constituye uno de los espacios más representativos del urbanismo placentino.

Hoy en día, las murallas de Plasencia y la Puerta de Trujillo forman parte del Conjunto Histórico de la ciudad, declarado Bien de Interés Cultural en 1958. Su conservación permite al visitante recorrer parte del trazado amurallado y comprender el papel fundamental que desempeñó este sistema defensivo en la historia militar, urbana y religiosa de la ciudad.


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