Madrid - Templos e Iglesias 🇪🇸

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TEMPLOS e IGLESIAS

Los Templos e Iglesias de la Villa de Madrid desempeñan un papel fundamental en la configuración histórica, cultural y arquitectónica de la ciudad. Desde sus orígenes medievales hasta la actualidad, estas construcciones no solo han sido centros religiosos, sino también puntos clave en la evolución de la capital española. Destacan por su diversidad estilística, que abarca desde el románico y gótico hasta el barroco y neoclásico, y por albergar importantes obras de arte y elementos arquitectónicos. Iglesias como la de San Isidro, la Almudena o el Convento de las Descalzas Reales son testigos de la historia de la monarquía, la religión y la sociedad madrileña. Además, siguen siendo lugares de culto, reflexión y encuentro, reflejando la tradición espiritual de la ciudad.


Templo de Debod

El Templo de Debod es un monumento del Antiguo Egipto situado en el Parque del Oeste de Madrid, junto a la Plaza de España. Se trata de un auténtico santuario egipcio construido en el siglo II a.C., en la región de Meroe, al sur de Egipto, durante el reinado del rey kushita Adijalamani. Fue consagrado al dios Amón de Debod y a la diosa Isis, y posteriormente ampliado por los faraones ptolemaicos y los emperadores romanos. A partir del siglo VI d.C., con la expansión del cristianismo en Nubia, el templo cayó en desuso y quedó abandonado durante siglos.

La historia moderna del templo está ligada a una de las grandes campañas de salvamento arqueológico del siglo XX. Durante la construcción de la presa de Asuán en los años 60, numerosos templos nubios quedaron amenazados por las aguas del Nilo. En este contexto, la UNESCO promovió una campaña internacional para salvar estos monumentos, a la que España se sumó con la participación de arqueólogos, técnicos e ingenieros en el rescate de Abu Simbel. En agradecimiento, el gobierno egipcio donó el Templo de Debod a España en 1968. El templo fue desmontado, trasladado en barco y reconstruido piedra a piedra en Madrid, donde fue inaugurado al público en 1972.

El templo está compuesto por varias estructuras originales. La entrada se realiza a través de dos pilonos independientes, seguidos de un vestíbulo, una sala hipóstila y el sanctasanctórum, donde se encontraba la imagen del dios Amón. Aunque faltan algunas partes del conjunto original, como el quiosco de acceso o algunos relieves interiores, el templo conserva elementos auténticos de gran valor histórico, entre ellos inscripciones jeroglíficas y relieves en piedra arenisca. La reconstrucción en Madrid fue realizada con criterios de fidelidad arqueológica, aunque adaptada a las características del terreno y del entorno urbano.

Ubicado en una zona elevada del Parque del Oeste, el templo se integra en un entorno ajardinado con estanques que evocan simbólicamente el antiguo Nilo. Desde su posición, ofrece una de las vistas más conocidas de Madrid, con panorámicas sobre la Casa de Campo y la sierra. El monumento se ha convertido en uno de los puntos más fotografiados de la ciudad, especialmente al atardecer, cuando el templo se recorta contra el cielo y se refleja en el agua. El lugar también tiene una carga simbólica adicional, ya que ocupa el solar del antiguo Cuartel de la Montaña, escenario de episodios trágicos durante la Guerra Civil Española.

En los últimos años, diversos expertos han alertado sobre el deterioro de la piedra debido a su exposición al clima madrileño, con cambios bruscos de temperatura y contaminación. Se ha debatido la necesidad de cubrir el templo con una estructura protectora, como ocurre en otros templos egipcios situados fuera de Egipto (por ejemplo, el Templo de Dendur en el Museo Metropolitano de Nueva York o el de Kalabsha en Berlín). Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid ha descartado esta opción por el momento, basándose en estudios técnicos que no consideran necesario intervenir de forma inmediata.

El Templo de Debod es, en definitiva, un testimonio excepcional del legado del Egipto faraónico fuera de su país de origen. Su presencia en Madrid no solo enriquece el patrimonio monumental de la ciudad, sino que también recuerda el esfuerzo internacional por la conservación del patrimonio de la humanidad.

Real Colegiata de San Isidro el Real

La Real Colegiata de San Isidro el Real es un destacado templo barroco situado en el número 37 de la calle de Toledo, en el casco histórico de Madrid. Entre 1885 y 1993, desempeñó el papel de catedral provisional de la ciudad, hasta la consagración de la Catedral de la Almudena. 

El origen del templo se remonta a 1620, cuando el arquitecto Pedro Sánchez diseñó la iglesia como parte del Colegio Imperial de la Compañía de Jesús. Las obras comenzaron en 1622 y, tras la muerte de Sánchez en 1633, fueron continuadas por Francisco Bautista y Melchor de Bueras, finalizando en 1664. Inicialmente, la iglesia fue consagrada en 1651 y dedicada a San Francisco Javier .  

En 1767, con la expulsión de los jesuitas, el templo fue transformado en colegiata. Dos años después, en 1769, se trasladaron al templo las reliquias de San Isidro Labrador, patrón de Madrid, y de su esposa, Santa María de la Cabeza, procedentes de la iglesia de San Andrés. Este traslado motivó la nueva advocación del templo, que pasó a llamarse Colegiata de San Isidro .  

Durante la Guerra Civil Española, en 1936, la colegiata sufrió un incendio que destruyó numerosas obras de arte, incluido el retablo mayor diseñado por Ventura Rodríguez, así como pinturas de artistas como Francisco Ricci y Luca Giordano. La cúpula también colapsó parcialmente. Tras la guerra, el templo fue restaurado a lo largo de dos décadas bajo la dirección del arquitecto Javier Barroso, quien completó las torres de la fachada y supervisó la reconstrucción del retablo mayor . 

Hoy en día, la Real Colegiata de San Isidro el Real sigue siendo un importante lugar de culto y patrimonio histórico en Madrid. Además de albergar las reliquias de San Isidro y Santa María de la Cabeza, es sede canónica de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima de la Esperanza Macarena, que realiza su salida procesional en Semana Santa desde este templo .








Catedral de Sta. María la Real de la Almudena

La Catedral de Santa María la Real de la Almudena es la sede episcopal de la Archidiócesis de Madrid y el principal templo católico de la capital de España. Se ubica en el centro histórico de la ciudad, en la calle Bailén, frente al Palacio Real, lo que le otorga una especial relevancia simbólica e institucional. El edificio destaca por su prolongado proceso de construcción, que se extendió durante más de un siglo, y por su estilo arquitectónico ecléctico, resultado de múltiples cambios de proyecto a lo largo del tiempo.

El origen del templo se remonta a finales del siglo XIX. En 1868 se autorizó la creación de la diócesis de Madrid-Alcalá, y en 1883 el rey Alfonso XII colocó la primera piedra del edificio como panteón de su esposa, la reina María de las Mercedes. El proyecto inicial fue obra del arquitecto Francisco de Cubas, quien diseñó una iglesia de estilo neogótico inspirada en las grandes catedrales medievales, sobre una cripta de estilo neorrománico. Sin embargo, dificultades económicas, políticas y técnicas ralentizaron el avance de las obras. Durante el siglo XX, el proyecto fue reformulado varias veces, especialmente durante el franquismo, hasta adoptar una estética neoclásica en su fachada para armonizar con el cercano Palacio Real.

El conjunto arquitectónico que finalmente se consagró presenta una mezcla de estilos. La planta es de cruz latina, con tres naves y capillas laterales. La fachada principal, de estilo neoclásico, incorpora columnas jónicas, frontón y una logia central. En el interior predominan los elementos neogóticos: arcos apuntados, bóvedas de crucería y coloridas vidrieras modernas. Uno de los elementos más destacados es la gran cúpula barroca, decorada con frescos contemporáneos de Kiko Argüello, que alcanza los 73 metros de altura. Bajo el templo principal se encuentra la cripta, una iglesia subterránea de estilo neorrománico inaugurada en 1911, que acoge sepulcros y capillas privadas.

El templo fue finalmente consagrado por el papa san Juan Pablo II el 15 de junio de 1993, en el curso de su cuarto viaje a España. Se trata de la primera catedral que fue consagrada por un pontífice fuera de Roma, lo que da testimonio de su singular importancia para la Iglesia en España. Desde entonces, la catedral acoge las grandes celebraciones litúrgicas de la diócesis, así como ceremonias de Estado y actos religiosos de carácter nacional.

La catedral está dedicada a la Virgen de la Almudena, patrona de la ciudad de Madrid. Según la tradición, durante la ocupación musulmana del siglo VIII, la imagen original de la Virgen fue escondida por los cristianos en un cubo de la antigua muralla. En el año 1085, durante la reconquista de la ciudad por Alfonso VI, la imagen fue milagrosamente hallada en una hornacina tras derrumbarse una parte de la muralla. Esta leyenda dio lugar a una intensa devoción popular y a la celebración anual del día de la Almudena, el 9 de noviembre.

La catedral es también un punto habitual de peregrinación y turismo, siendo uno de los lugares más emblemáticos del patrimonio religioso de Madrid.


Cripta de la Catedral de la Almudena

La Cripta de la Catedral de la Almudena es uno de los espacios más singulares y menos conocidos del conjunto catedralicio de Madrid. Situada bajo la catedral principal, fue el primer elemento construido del proyecto original y destaca por su monumentalidad, simbolismo y riqueza arquitectónica.

Su construcción comenzó en 1883, cuando el rey Alfonso XII colocó la primera piedra del templo. El diseño fue obra del arquitecto Francisco de Cubas, quien concibió una iglesia subterránea de estilo neorrománico, inspirada en las grandes criptas medievales. La obra se prolongó durante décadas y fue completada en 1911, convirtiéndose en la mayor cripta catedralicia de España. Está construida con piedra caliza blanca traída de Portugal y presenta una planta de cruz latina con girola, cinco naves y dieciocho capillas laterales. Su interior alberga más de 400 columnas, cada una con un capitel diferente, tallado con motivos bíblicos, vegetales o simbólicos, incluyendo el oso y el madroño, emblema de Madrid.  

La cripta no solo es un espacio litúrgico, sino también un lugar de memoria. En ella reposan los restos de numerosas familias madrileñas, así como los de figuras clave en la historia de la catedral, como el propio marqués de Cubas y el arquitecto Fernando Chueca Goitia. El altar mayor está presidido por una imagen de la Virgen de la Almudena, realizada en 1948, que refuerza la conexión espiritual entre este espacio y la devoción mariana de la ciudad.


Ermita de San Isidro

La Ermita de San Isidro se encuentra en el paseo del Quince de Mayo, en el distrito de Carabanchel, al suroeste de la ciudad de Madrid. Está dedicada a San Isidro Labrador, patrón de Madrid y figura central en la religiosidad popular madrileña. El templo se levanta junto a la conocida Pradera de San Isidro, un espacio vinculado a las celebraciones anuales en honor al santo cada 15 de mayo. La ermita actual, de estilo barroco, fue construida en 1725 por encargo del entonces virrey de Nueva España, Baltasar de Zúñiga, sobre una anterior del siglo XVI erigida por mandato de la emperatriz Isabel de Portugal. El edificio presenta planta de cruz latina, una sola nave, cúpula sobre pechinas y un sobrio retablo mayor con columnas salomónicas.

Este lugar posee un profundo contenido simbólico por estar vinculado a varios milagros atribuidos a San Isidro. Según la tradición, en el lugar donde hoy se alza la ermita brotó un manantial cuyas aguas fueron consideradas milagrosas. El episodio más conocido narra que el joven príncipe Felipe, futuro Felipe II, se curó de unas fiebres tras beber de esa fuente, motivo por el cual la familia real promovió la devoción al santo y el mantenimiento de este santuario. El manantial, todavía existente en un patio anexo, continúa siendo venerado por los fieles, quienes acuden a recoger agua bendita especialmente durante las festividades de mayo.

La ermita no solo es un templo de culto, sino también un símbolo de la identidad madrileña. Su historia está ligada a la vida del santo, que según la tradición trabajaba como labrador en estas tierras y realizaba milagros como hacer brotar agua al golpear con su vara o ser ayudado por ángeles mientras oraba. En su interior se conservan imágenes de San Isidro, de su esposa Santa María de la Cabeza y de San Pedro Apóstol. La ermita sufrió daños durante la Guerra Civil española, pero fue restaurada y declarada Bien de Interés Cultural en 1993.

La importancia de este lugar también se refleja en la cultura madrileña, habiendo sido inmortalizado por Francisco de Goya en su famoso lienzo La pradera de San Isidro, que representa las romerías festivas en los alrededores de la ermita. Hoy en día, sigue siendo el epicentro de las celebraciones de San Isidro, en las que miles de personas acuden con vestimenta tradicional a rendir homenaje al santo, cumpliendo promesas, recogiendo agua y participando en los actos religiosos y populares que forman parte del calendario litúrgico y cultural de Madrid.









Basílica de Jesús de Medinaceli

La Basílica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli es uno de los templos más venerados de Madrid, situado en la plaza de Jesús, en el barrio de Las Letras. Este santuario alberga la imagen del Cristo de Medinaceli, una talla del siglo XVII que despierta una profunda devoción entre los fieles.

La historia de la imagen es singular. Fue tallada en Sevilla y enviada a la plaza de Mámora, en el norte de África, entonces bajo dominio español. En 1681, la plaza fue tomada por las tropas del sultán Muley Ismael, y la imagen fue capturada. Según relatos históricos, fue arrastrada por las calles de Mequinez y, en un acto de profanación, arrojada a los leones. Rescatada por los frailes trinitarios, la imagen fue trasladada a Madrid en 1682, donde se convirtió en objeto de fervorosa veneración.

El templo actual fue construido entre 1927 y 1930, sobre el antiguo convento de los trinitarios descalzos de Nuestra Señora de la Encarnación. La fachada, de estilo neobarroco, destaca por su sobriedad y elegancia. En el interior, la imagen del Cristo de Medinaceli se encuentra en un camarín sobre el altar mayor, rodeada de mosaicos y elementos ornamentales que resaltan su presencia.

La devoción al Cristo de Medinaceli es especialmente notable los primeros viernes de marzo, cuando miles de fieles acuden a la basílica para venerar la imagen y participar en el tradicional besapiés. Esta práctica, que se remonta al siglo XVII, simboliza la cercanía y el consuelo que los devotos buscan en la figura de Jesús Nazareno.

Durante la Guerra Civil Española, la imagen fue ocultada para protegerla de posibles daños. Tras el conflicto, fue restaurada y devuelta a su lugar de culto, donde continúa siendo un símbolo de fe y esperanza para los madrileños y visitantes.

La basílica es también sede de la Archicofradía Primaria de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, que organiza diversas actividades religiosas y sociales a lo largo del año. Además, el templo es un punto de referencia durante la Semana Santa madrileña, participando en las procesiones que recorren el centro de la ciudad.


Iglesia de la Virgen de la Paloma

La Iglesia de la Virgen de la Paloma y San Pedro el Real, ubicada en el barrio de La Latina en Madrid, es uno de los templos más queridos por los madrileños. Su historia se remonta a 1787, cuando unos niños encontraron un lienzo abandonado con la imagen de la Virgen. Una vecina, Isabel Tintero, lo adquirió y lo colocó en el portal de su casa en la calle de la Paloma. La devoción popular creció rápidamente, y en 1796 se erigió una capilla en el lugar. Posteriormente, en 1912, se inauguró el templo actual con la presencia de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.  

El edificio, de estilo neomudéjar, destaca por su fachada de ladrillo y sus dos torres simétricas. En su interior, el cuadro original de la Virgen de la Paloma se sitúa en lo alto del retablo, tras el altar mayor. Este lienzo, restaurado en 2016, sigue siendo objeto de gran veneración.  

Cada 15 de agosto, durante las fiestas de la Virgen de la Paloma, los bomberos de Madrid bajan el cuadro del retablo y lo sacan en procesión por las calles del barrio, en una de las celebraciones más emblemáticas de la ciudad.


Ermita de San Antonio de la Florida

A orillas del río Manzanares, en el actual distrito de Moncloa-Aravaca, se alza la Ermita de San Antonio de la Florida, una de las joyas artísticas más valiosas de Madrid y un ejemplo paradigmático del neoclasicismo ilustrado español. Construida en la última década del siglo XVIII, esta iglesia de modestas proporciones alberga en su interior uno de los conjuntos pictóricos más sobresalientes del arte mural europeo: las pinturas realizadas por Francisco de Goya en 1798. Desde 1905 está declarada Monumento Nacional y, desde 1919, acoge además los restos mortales del pintor, lo que convierte a este espacio en santuario civil y religioso a la vez.

La ermita fue promovida por el rey Carlos IV como capilla real destinada al culto de San Antonio de Padua, uno de los santos más venerados en Madrid. El diseño arquitectónico fue encargado al italiano Felipe Fontana, quien concibió un edificio de planta de cruz griega con cúpula sobre pechinas, alzado de inspiración clásica y una decoración exterior sobria, centrada en la armonía geométrica de volúmenes y proporciones.

Sin embargo, el verdadero tesoro de la ermita se encuentra en su interior: un conjunto de frescos que cubren las bóvedas, la cúpula, el tambor y las pechinas, obra de Francisco de Goya, quien los ejecutó en tan solo cuatro meses en 1798. Goya, entonces pintor de cámara de Carlos IV y en plena madurez artística, utilizó una técnica rápida y segura al temple sobre estuco seco, y recurrió a una iconografía innovadora al representar escenas de la vida de San Antonio ambientadas en el Madrid de su tiempo.

La escena central en la cúpula representa el milagro de San Antonio resucitando a un hombre asesinado, con el fin de que testifique en favor de su padre, injustamente acusado de asesinato. Lo extraordinario es que Goya traslada este suceso a un escenario urbano contemporáneo, poblado de majos, chisperos, soldados y personajes populares vestidos a la moda del siglo XVIII. Esta decisión rompe con la tradición religiosa académica e introduce una mirada moderna, directa y crítica, con gran fuerza expresiva.

La ermita fue convertida en museo en el siglo XX, y en 1919 se trasladaron allí los restos de Goya desde el cementerio de Burdeos, ciudad donde murió en 1828. En la actualidad, la ermita original no se utiliza para el culto, que se trasladó en 1929 a una iglesia gemela anexa, construida con ese propósito por el arquitecto Juan Moya Idígoras.

Hoy, la ermita de San Antonio de la Florida es uno de los escasos lugares donde puede contemplarse la obra mural de Goya en su contexto original, sin traslados ni intervenciones. Su visita permite una experiencia directa del genio de uno de los grandes maestros del arte europeo, en un espacio íntimo, silencioso y cargado de historia. El conjunto constituye un hito imprescindible en cualquier recorrido por el patrimonio artístico de Madrid.


Parroquia de San Antonio de la Florida

En el distrito de Moncloa-Aravaca, junto a la ribera del río Manzanares, se encuentra una iglesia singular cuyo origen responde a la necesidad de proteger uno de los conjuntos pictóricos más valiosos del patrimonio español. Se trata de la iglesia gemela de San Antonio de la Florida, edificada en 1929 para sustituir al templo original como lugar de culto, conservando fielmente sus proporciones y estilo. Su construcción permite entender el esfuerzo institucional por preservar el legado de Francisco de Goya, cuyas pinturas murales decoran la primitiva ermita anexa.

La iglesia fue diseñada por el arquitecto Juan Moya Idígoras, discípulo de Ricardo Velázquez Bosco y arquitecto diocesano de Madrid. Moya reprodujo en líneas generales el esquema de planta de cruz griega y el alzado neoclásico de la ermita original, levantada en el siglo XVIII por Felipe Fontana. La nueva iglesia mantiene el lenguaje clasicista, con una cúpula central sobre tambor, linterna y una fachada sobria con frontón triangular, molduras lisas y vanos rectangulares, sin elementos ornamentales que compitieran con la vecina ermita histórica.

El objetivo principal de esta duplicación fue liberar la iglesia original del uso litúrgico, ya que el humo de velas y la afluencia de fieles estaban deteriorando los frescos de Goya, realizados en 1798. Así, desde 1929, las funciones parroquiales pasaron a celebrarse exclusivamente en la iglesia nueva, que asumió el rol de templo activo, mientras la antigua ermita fue transformada en museo y mausoleo del pintor aragonés, cuyos restos fueron trasladados allí en 1919.

El interior de la iglesia gemela reproduce el modelo espacial del templo primitivo, aunque sin las pinturas murales. El espacio se configura con sobriedad, centrado en el altar y adaptado al culto cotidiano. Desde su inauguración, esta iglesia ha sido conocida como Parroquia de San Antonio de la Florida, y en ella se celebran las festividades religiosas dedicadas a San Antonio de Padua, especialmente el 13 de junio, cuando tiene lugar una tradicional romería popular.

Aunque carece del valor artístico excepcional de la ermita original, la iglesia gemela constituye un ejemplo relevante de arquitectura de principios del siglo XX inspirada en modelos históricos, y destaca por su valor funcional y simbólico. Representa una solución arquitectónica respetuosa, al servicio de la conservación del patrimonio y de las necesidades litúrgicas de la comunidad madrileña.

Integrada discretamente en el entorno del Parque del Oeste, la iglesia continúa hoy abierta al culto, mientras su hermana mayor sigue recibiendo visitantes atraídos por la obra inmortal de Goya. Juntas conforman un conjunto insólito en la historia del urbanismo madrileño y un testimonio de la convivencia entre la devoción popular y la preservación del arte.

Real Basílica de Ntra. Sra. de Atocha

La Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha es uno de los templos más emblemáticos de Madrid, con una profunda conexión histórica y religiosa que se remonta a la Edad Media.


La devoción a la Virgen de Atocha data del siglo VIII, según una leyenda que relata que el caballero madrileño Gracián Ramírez, tras una victoria sobre los musulmanes, encontró la imagen de la Virgen escondida entre la hierba llamada “tocha”. Agradecido por el milagro, construyó una ermita en su honor. Esta leyenda fue popularizada por Lope de Vega en su obra El Isidro de 1599. Sin embargo, documentos históricos indican que la devoción a la Virgen de Atocha ya existía en el siglo XII, siendo mencionada en documentos papales de 1148 y en registros de la abadía de Santa Leocadia de Toledo . 


La primera ermita dedicada a la Virgen de Atocha fue construida en el siglo XII, y en 1150 ya se tiene constancia de su existencia. A lo largo de los siglos, el templo fue ampliado y enriquecido, especialmente tras la conquista de Madrid por Alfonso VI en 1083. En el siglo XVI, el confesor de Carlos V, fray Juan Hurtado de Mendoza, reformó la ermita, convirtiéndola en una gran iglesia y estableciendo un convento de dominicos  


La imagen de la Virgen de Atocha es una escultura de mediados del siglo XIII, considerada la más antigua de Madrid. A lo largo de los siglos, ha sido objeto de gran devoción popular y real. Felipe II la proclamó “Patrona de Madrid y de todos los Reinos”, y Felipe IV la nombró protectora de la Familia Real y de la Monarquía española  


Durante la Guerra Civil Española, el convento y la iglesia fueron incendiados, perdiéndose muchas obras de arte. La reconstrucción comenzó en 1946 y se completó en 1951, siguiendo un diseño de estilo herreriano con influencias del Monasterio de El Escorial.

Monasterio de San Jerónimo el Real

El Monasterio de San Jerónimo el Real, conocido popularmente como «Los Jerónimos», es uno de los edificios religiosos más emblemáticos de Madrid. Situado junto al Museo del Prado, del que forma actualmente parte su claustro renacentista, este monasterio fue fundado en 1464 por el rey Enrique IV de Castilla, quien ordenó la construcción de un cenobio para frailes jerónimos en el Prado de San Jerónimo, a orillas del río Manzanares.

La iglesia del monasterio fue erigida entre 1502 y 1505 por orden de los Reyes Católicos, con el objetivo de servir como lugar de retiro para la familia real durante sus estancias en Madrid . Diseñada en estilo gótico isabelino, presenta una nave única con capillas entre los contrafuertes, un crucero poligonal y un coro alto a los pies, todo ello cubierto con bóvedas de crucería.

A lo largo de su historia, el monasterio ha sido escenario de importantes eventos. En 1510, Fernando el Católico reunió en él las Cortes castellanas . Además, en 1901, la iglesia fue el lugar elegido para la boda del rey Alfonso XIII con Victoria Eugenia de Battenberg. 

En la actualidad, la iglesia de San Jerónimo el Real es un importante patrimonio arquitectónico y cultural de Madrid. Aunque el monasterio original ya no existe, la iglesia se mantiene como testimonio de la historia y la devoción religiosa de la ciudad.


San Antonio de los Alemanes

La Iglesia de San Antonio de los Alemanes, de Madrid, es una joya del barroco madrileño que sorprende por su riqueza artística interior. Construida entre 1624 y 1633 durante el reinado de Felipe III, fue originalmente conocida como San Antonio de los Portugueses, destinada a atender a los peregrinos y enfermos portugueses en la capital. En 1689, la reina Mariana de Austria cedió el templo a la comunidad alemana católica que acompañaba a la nueva reina consorte Mariana de Neoburgo, adoptando así su nombre actual.  


El exterior del edificio es sobrio, con una fachada de ladrillo visto y un chapitel octogonal de pizarra negra, típico del Madrid de los siglos XVII y XVIII.


 Sin embargo, su interior es un despliegue de arte barroco, con una planta elíptica poco común en España y una decoración al fresco que cubre completamente cúpula, muros y capillas. 


La cúpula representa la Apoteosis de San Antonio, obra de Juan Carreño de Miranda, mientras que Francisco Rizi pintó la arquitectura fingida que la sostiene. Los muros curvos fueron decorados por Luca Giordano, quien plasmó milagros del santo y retratos de santos y reyes.  


Bajo el templo se encuentra una cripta de ladrillo visto en forma de bóveda de cañón rebajado, donde descansan los restos de las infantas Berenguela de Castilla y Constanza de Castilla, trasladados en 1869 desde el convento de Santo Domingo el Real. Desde 2006, también alberga una estatua de bronce de San Pedro Poveda, obra del escultor Pedro Requejo Novoa.  


Actualmente, la iglesia es gestionada por la Real Hermandad del Refugio y Piedad de Madrid, y es conocida como la “Capilla Sixtina de Madrid”, la Iglesia de San Antonio de los Alemanes es un tesoro artístico que merece ser descubierto por quienes visitan la capital española. .






Real Iglesia de Santiago y San Juan Bautista

La Real Iglesia de Santiago y San Juan Bautista en el histórico Madrid de los Austrias, muy próxima al Palacio Real. Una de las iglesias más antiguas y significativas de la ciudad, con referencias documentales que datan del siglo XII. Ya en el Fuero de Madrid de 1202 se menciona esta parroquia dentro del recinto amurallado que definía la villa en sus orígenes.

En el año 1810, durante el reinado de José Bonaparte, las antiguas iglesias de Santiago y San Juan fueron demolidas para permitir el ensanchamiento de la Plaza de Oriente. La iglesia actual fue construida bajo la dirección del arquitecto Juan Antonio Cuervo, concluyéndose en 1814. Su diseño responde al estilo neoclásico, con una estética sobria y austera que contrasta con el barroquismo de otros templos madrileños.

El edificio presenta una fachada plana realizada en ladrillo y granito, adornada con pilastras de orden toscano y un friso decorado con triglifos, rematado por una cornisa saliente. La portada principal es sencilla, con un arco arquitrabado y un frontón recto sostenido por ménsulas. Encima de este frontón, un relieve rectangular representa a Santiago en la legendaria batalla de Clavijo, donde el apóstol apareció montado en un caballo blanco para ayudar a las tropas cristianas. La iglesia tiene planta de cruz griega irregular, coronada por una gran cúpula sin tambor que eleva su volumen interior.

El interior está organizado mediante pilastras de orden jónico que estructuran un amplio espacio central bajo la cúpula. Destaca el altar mayor, donde se encuentra un cuadro de Francisco Rizi que representa a Santiago Matamoros, una de las piezas artísticas más relevantes del templo. En el baptisterio puede contemplarse un lienzo de Juan Carreño de Miranda dedicado al Bautismo del Señor.

La iglesia conserva asimismo una valiosa colección escultórica, que incluye una Virgen de la Esperanza obra de Francisco Bellver, una imagen barroca de la beata Mariana de Jesús realizada por Julián de San Martín, así como representaciones de San Juan Nepomuceno y la Virgen del Carmen. La cúpula se encuentra decorada con pinturas de Mariano Salvador Maella y Francisco Bayeu, dos destacados artistas del neoclasicismo español. En el espacio central cuelga una gran lámpara isabelina que contribuye a la atmósfera solemne del templo.

Actualmente, la Real Iglesia de Santiago y San Juan Bautista es un punto de referencia para los peregrinos que inician desde Madrid el Camino de Santiago. En la sacristía se expide la credencial específica para este itinerario, y los peregrinos pueden recibir la bendición durante las misas que se celebran regularmente. Asimismo, se organiza un encuentro mensual de peregrinos donde se entrega la “Santiagueña Matritense”, una Compostela particular para quienes completan esta ruta madrileña.

Además de su función religiosa, la iglesia mantiene una activa vida comunitaria con misas diarias, catequesis para niños y jóvenes, y servicios sociales a través de Cáritas. La combinación de su valor arquitectónico neoclásico, su riqueza artística y su importante papel como centro de peregrinación y de la comunidad local hacen de la Real Iglesia de Santiago y San Juan Bautista un monumento fundamental para comprender la historia religiosa y cultural de Madrid.


Iglesia de las Calatravas

La Iglesia de la Concepción Real de Calatrava, conocida popularmente como Iglesia de las Calatravas, en Madrid. Este edificio es el único vestigio que permanece del antiguo Monasterio Real de la Concepción de las Comendadoras de Calatrava, fundado en el siglo XVII.   

Las religiosas de la Orden de Calatrava, originarias de Almonacid de Zorita (Guadalajara), se trasladaron a Madrid en 1623 por mandato de Felipe IV, buscando mayor cercanía a la Corte. Entre 1670 y 1678, se construyeron el convento y la iglesia bajo la dirección de los maestros de obras Isidro Martínez y Miguel Chocarro, siguiendo las trazas de Fray Lorenzo de San Nicolás. Aunque el convento fue demolido en 1872, la iglesia se conservó y ha sido objeto de diversas restauraciones a lo largo de los años.  

La iglesia es una muestra representativa del barroco madrileño. Su fachada, de color teja, fue renovada en 1866 según el proyecto de Juan de Madrazo y Kuntz. Destaca la cúpula octogonal que corona el templo.  

Su interior presenta una planta de cruz latina con una nave única y capillas laterales. La cúpula, de gran tamaño, se eleva sobre el crucero y está sostenida por pechinas adornadas con frescos. El tambor de la cúpula cuenta con ocho ventanas, de las cuales cuatro están abiertas y cuatro cegadas, separadas por pilastras pareadas y modillones también pareados en el anillo.  

El retablo mayor, obra de José de Churriguera, es una pieza destacada del barroco español. Tallado en madera dorada y policromada, exhibe una ornamentación exuberante característica del estilo churrigueresco.  

La Iglesia de las Calatravas es un testimonio histórico y arquitectónico de la ciudad de Madrid, que ha perdurado a lo largo de los siglos como símbolo de la presencia de la Orden de Calatrava en la capital.


Iglesia de Nuestra Señora del Carmen

La Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y San Luis Obispo, situada en la calle del Carmen cerca de la céntrica Puerta del Sol en Madrid. Construida entre 1611 y 1640, esta iglesia es el único vestigio que queda del antiguo convento del Carmen Calzado.

El edificio, diseñado por el arquitecto Miguel de Soria, presenta un estilo barroco con una nave amplia, un gran crucero, cúpula ciega y capillas hornacinas. 

En su interior, destacan los balcones de hierro forjado y los ingresos en arco de medio punto a las capillas laterales. La iglesia ha sido testigo de numerosos eventos históricos, incluyendo la desamortización de 1836 y la profanación durante la Batalla de Madrid en la Guerra Civil Española.


Basílica Pontificia de San Miguel

La Basílica Pontificia de San Miguel es una de las joyas del Barroco madrileño, destacada por su singularidad arquitectónica y su rica historia vinculada a la realeza y la diplomacia.

La construcción del templo fue impulsada por la reina Isabel de Farnesio en 1739, destinada a su hijo, el infante Don Luis Antonio de Borbón, quien fue nombrado Cardenal de Toledo a una edad temprana. El proyecto fue encargado al arquitecto Giacomo Bonavía, quien diseñó una iglesia de planta de cruz latina con una fachada convexa única en Madrid. La obra fue completada en 1746 bajo la dirección de Virgilio Rabaglio  

El templo ocupa el solar de la antigua Parroquia de los Santos Niños Justo y Pastor, mártires del siglo III. A lo largo de los siglos, la iglesia ha experimentado diversas transformaciones, incluyendo su cesión a la Santa Sede en 1892, convirtiéndola en una iglesia pontificia y sede de la Nunciatura Apostólica en España.

La Basílica de San Miguel es considerada la iglesia barroca más italiana de Madrid, destacando por su fachada convexa y su interior que combina elementos del Barroco tardío y el Neoclásico. La decoración interior incluye frescos de Bartolomeo Rusca, representando la apoteosis de los Santos Justo y Pastor, y pinturas de los hermanos González Velázquez, que ilustran escenas de la vida de los santos titulares.

Entre las obras destacadas se encuentra el lienzo de San Miguel, obra de Alejandro Ferrant, y la escultura del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón, atribuida a Luis Salvador Carmona, que es procesionada cada Domingo de Ramos por la Hermandad de los Estudiantes .


San Millán y San Cayetano

La Parroquia de San Millán y San Cayetano es una iglesia católica ubicada en el centro de Madrid, España. La iglesia comienza a construirse en el año 1669 por el arquitecto Marcos López. Las obras son probablemente continuadas por José de Churriguera y Pedro de Ribera.

 Sin embargo, el templo no fue terminado hasta 1761, a cargo del arquitecto Francisco de Moradillo. Cuenta con una impresionante fachada barroca y un hermoso interior con arcos y columnas de estilo renacentista. 

Su planta es de cruz griega y está coronada con una gran cúpula de tambor sobre pechinas de estilo bizantino. El interior consta de tres naves y cuatro capillas cerradas con sus correspondientes cúpulas. 


San Martín de Tours

La Iglesia de San Martín de Tours es un notable ejemplo del barroco madrileño del siglo XVII. Originalmente fundada en el siglo XII como un monasterio benedictino, la iglesia se encontraba en la plaza de las Descalzas. Durante el reinado de José I Bonaparte, fue derribada, pero su nombre y culto se trasladaron al edificio actual en 1836, ocupando el antiguo convento de Portacoeli. 

El templo, situado en la calle del Desengaño, presenta una planta de cruz latina con una nave central y dos laterales, capillas, crucero con cúpula y cabecera plana. La fachada, de composición tripartita y simétrica, está enmarcada por dos torres campanarios y cuenta con una portada-retablo de piedra característica del siglo XVIII. 

Por su valor arquitectónico e histórico, la iglesia fue declarada Monumento Bien de Interés Cultural en 1995.


Basílica de la Virgen Milagrosa

La Basílica de San Vicente de Paúl, más conocida como Basílica de la Virgen Milagrosa, templo católico situado en el distrito de Chamberí, Madrid. Construida entre 1900 y 1904 por los arquitectos Juan Bautista Lázaro de Diego y Narciso Clavería y de Palacios, la iglesia presenta una arquitectura ecléctica con influencias neogóticas y mudéjares. Su fachada destaca por las dos torres laterales de planta cuadrada y remate octogonal, y el interior se caracteriza por una nave única con bóvedas de ojiva y una serie de vidrieras que representan escenas de la vida de San Vicente de Paúl.

En 1923, la iglesia fue elevada al rango de basílica menor por el Papa Pío XI, en reconocimiento a la devoción popular y a las asociaciones de la Virgen Milagrosa que se habían formado en torno a ella. Con el tiempo, el templo comenzó a ser conocido popularmente como “La Milagrosa”, nombre que refleja la profunda devoción de los fieles hacia la Virgen María bajo este título.  

La basílica ha sido escenario de numerosos momentos significativos en la historia religiosa de Madrid. En 1926, el rey Alfonso XIII y su esposa visitaron el templo y fueron nombrados presidentes honorarios de la Asociación de la Virgen Milagrosa. Además, la iglesia ha sido un lugar de peregrinación para muchos fieles que buscan la intercesión de la Virgen en sus vidas .


San Pedro el Viejo

La Iglesia de San Pedro el Viejo es una de las iglesias más antiguas de Madrid, situada en la Calle del Nuncio, 14, en el barrio de La Latina. Su origen se remonta al siglo XIII, construida sobre el solar de una antigua mezquita de la Morería. En el siglo XIV, el rey Alfonso XI mandó erigir el templo en agradecimiento por su victoria en la batalla de Algeciras en 1344. La iglesia presenta una arquitectura ecléctica que combina elementos mudéjares, góticos y barrocos, resultado de diversas reformas a lo largo de los siglos.

Uno de los elementos más destacados de la iglesia es su torre mudéjar, construida en ladrillo y de planta cuadrada, que data del siglo XIV. Esta torre es una de las cuatro que se conservan en Madrid y es considerada un ejemplo representativo de la arquitectura mudéjar madrileña.

El interior de la iglesia alberga una serie de obras de arte, entre ellas la imagen de Jesús el Pobre, una talla atribuida a Juan de Astorga, que es venerada por los fieles y procesionada cada Jueves Santo.

A lo largo de los siglos, la iglesia ha sido escenario de diversos eventos y leyendas. En el siglo XVII, el sacerdote italiano Genaro Andreini realizó exorcismos en el templo, ganando fama por su habilidad para liberar a los poseídos. Otra leyenda cuenta que una gran campana, imposible de subir al campanario debido a su tamaño, apareció colocada en lo alto de la torre sin intervención humana, y desde entonces se creía que su sonido tenía el poder de alejar las tormentas.

La iglesia de San Pedro el Viejo es un importante patrimonio histórico y cultural de Madrid, que combina elementos arquitectónicos de diferentes épocas con una rica tradición de leyendas y devoción popular.


Iglesia de San Ginés

La Iglesia de San Ginés de Arlés, ubicada en la calle Arenal de Madrid, es una de las parroquias más antiguas de la ciudad. Su origen se remonta al siglo XII, cuando se consagró a San Ginés de Arlés, patrón de notarios y secretarios. En 1156, el rey Alfonso VII otorgó a la iglesia el privilegio de la aldea de Salvanés, con sus montes, fuentes, prados y pastos. 

En 1645, el templo sufrió un colapso y fue reconstruido por el arquitecto Juan Ruiz, quien le dio forma de cruz latina con una nave central y dos laterales separadas por arcos de medio punto. El diseño actual se atribuye al arquitecto Juan de Villanueva, quien, tras un incendio en 1824, transformó la decoración interior al estilo neoclásico, incluyendo un friso dorado que narra el martirio de San Ginés. 

En su interior, destacan valiosas obras de arte, como el retablo mayor que representa el martirio de San Ginés. Además, alberga pinturas de artistas renombrados como Alonso Cano, Luca Giordano y El Greco. 

La iglesia también es conocida por su vinculación con figuras literarias y musicales. El dramaturgo Lope de Vega se casó en este templo, y el poeta Francisco de Quevedo fue bautizado aquí. Además, se conserva en sus archivos el acta de defunción del compositor Tomás Luis de Victoria. 

En cuanto a leyendas, se cuenta que la iglesia es hogar de un fantasma decapitado, cuya presencia ha sido reportada por algunos visitantes. 

La Iglesia de San Ginés de Arlés es un importante patrimonio histórico y cultural de Madrid, que combina su antigüedad, su riqueza artística y su conexión con la historia literaria de la ciudad.


Iglesia de San José

La Iglesia de San José es un destacado templo católico situado en el número 43 de la calle de Alcalá, en pleno centro de Madrid. Construida entre 1730 y 1748, fue diseñada por el arquitecto Pedro de Ribera y ejecutada por José de Arredondo y Fausto Manso. Este edificio barroco, originalmente parte del convento de San Hermenegildo de los carmelitas descalzos, destaca por su monumentalidad y su fachada ornamentada, que fue ampliada en 1912 por el arquitecto Juan Moya e Ídigoras para alinearla con la nueva traza urbana de la Gran Vía. 

La iglesia presenta una planta de cruz latina con una nave central y dos laterales, cubiertas por bóvedas de cañón. Su interior alberga una rica decoración y valiosas obras de arte, como la capilla de Santa Teresa, dispuesta como una iglesia en miniatura, y el Cristo del Desamparo, una escultura de Alonso de Mena. 

A lo largo de su historia, la iglesia ha sido escenario de importantes eventos. En ella celebró su primera misa Lope de Vega tras ser ordenado sacerdote, y se atribuye a este templo la boda entre Simón Bolívar y María Teresa del Toro en 1802. 

Actualmente, la Iglesia de San José sigue siendo un activo centro de culto y patrimonio cultural en Madrid, siendo sede de la Pontificia, Real, Ilustre y Primitiva Archicofradía de Indignos Esclavos del Santísimo Cristo del Desamparo desde 1836.


Convento de Santo Domingo el Real

El Convento de Santo Domingo el Real de Madrid, fundado en 1217 por Santo Domingo de Guzmán, es una de las instituciones religiosas más antiguas de la ciudad. Originalmente ubicado en la actual Plaza de Santo Domingo, fue el primer convento de monjas fundado en España, destinado a religiosas de la regla de San Agustín. 

A lo largo de los siglos, el convento experimentó diversas transformaciones. En el siglo XIV, tras una donación del rey Alfonso XI, se construyó una iglesia que albergaba importantes retablos y obras de artistas como Ricci, Carducho y Eugenio Cajés. Sin embargo, en 1869, el convento fue demolido, perdiéndose su arquitectura original, incluida su iglesia de dos naves y el ábside de ladrillo con influencia mudéjar. 

En 1882, la familia Maroto-Polo financió la construcción de un nuevo monasterio en la calle Claudio Coello, 112, diseñado por el arquitecto Vicente Carrasco. Este edificio, de estilo neomudéjar, albergó a las monjas dominicas hasta su cierre en 2024 debido a la falta de recursos y vocaciones.

Entre los elementos más destacados del convento se encontraba la pila bautismal de piedra con engaste de plata, donde fue bautizado Santo Domingo de Guzmán y donde se bautizan desde 1608 todos los herederos a la Corona de España, los Príncipes de Asturias. Esta pila es actualmente custodiada en la Basílica de Nuestra Señora de Atocha. Además, la imagen conocida como la “Madona de Madrid” también formaba parte del patrimonio del convento. 

Durante la Guerra Civil Española, el convento fue ocupado y sufrió daños, utilizándose como cuartel y posteriormente como checa.


Convento del Corpus Christi

El Convento del Corpus Christi, más conocido como Convento de las Carboneras, situado en la Plaza del Conde de Miranda, 3, en el Madrid de los Austrias, es una joya del barroco madrileño. Fundado en 1607 por Beatriz Ramírez de Mendoza, condesa de Castellar y dama de la reina Ana de Austria, el convento alberga a monjas de la Orden de San Jerónimo. Su nombre popular, “Las Carboneras”, proviene de una leyenda que cuenta que un cuadro de la Virgen Inmaculada fue encontrado en una carbonera y donado al convento.

La iglesia del convento, de una sola nave, fue diseñada por el arquitecto Miguel de Soria y construida entre 1615 y 1625. Su retablo mayor, obra de Antón de Morales, alberga una pintura central de la Última Cena de Vicente Carducho. Además, en el coro se conserva una escultura de Jesús Nazareno que Santa Teresa de Jesús llevaba en sus desplazamientos.

El convento ha mantenido su actividad a lo largo de los siglos, siendo declarado Bien de Interés Cultural en 1981. Actualmente, las monjas continúan con su vida de clausura y mantienen una tradición de elaboración y venta de dulces a través del torno, permitiendo a los visitantes adquirirlos sin romper su aislamiento. 

El Convento del Corpus Christi de las Carboneras es un lugar que combina historia, arte y tradición religiosa, ofreciendo una visión única del Madrid más profundo.


Iglesia de San Manuel y San Benito

La Iglesia de San Manuel y San Benito es una de las joyas arquitectónicas de Madrid, situada en la calle de Alcalá, frente al Parque del Retiro. Este templo, de estilo neobizantino, fue diseñado por el arquitecto Fernando Arbós y Tremanti y construido entre 1902 y 1910. Su inauguración oficial tuvo lugar el 1 de enero de 1911, festividad de San Manuel.

El origen de la iglesia se remonta a la iniciativa del matrimonio formado por Manuel Caviggioli y Benita Maurici, quienes donaron el terreno y los fondos necesarios para su construcción. A cambio, la iglesia serviría como panteón familiar, lo que explica su nombre.

El diseño del templo presenta una planta de cruz griega con una cúpula octogonal central, flanqueada por una torre campanario de estilo italiano. El interior destaca por su decoración de mármoles, mosaicos y dorados, que crean una atmósfera luminosa y solemne. En el ábside se encuentra una escultura monumental de Jesús, obra del escultor Ángel García.

La iglesia fue originalmente residencia e iglesia de los Padres Agustinos y, en la actualidad, sigue siendo un lugar de culto activo. Además, fue declarada Bien de Interés Cultural en 1982.

La Iglesia de San Manuel y San Benito es un testimonio del eclecticismo arquitectónico de principios del siglo XX en Madrid y un lugar imprescindible para los amantes de la arquitectura y la historia religiosa de la ciudad.


Convento del Santísimo Cristo de El Pardo

El Convento del Santísimo Cristo de El Pardo, también conocido como Convento de Nuestra Señora de los Ángeles, es un histórico monasterio de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, situado en el monte de El Pardo, en el norte de Madrid. Fundado en 1612 por el rey Felipe III, su construcción definitiva comenzó en 1638 bajo el diseño del arquitecto Juan Gómez de Mora y se completó en 1650. La iglesia fue inaugurada el 9 de octubre de ese año y, tras sufrir daños durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil, fue reconstruida entre 1830 y 1833 por Isidro González Velázquez . 

El convento destaca por su arquitectura sobria y sencilla, con una iglesia presidida por un gran lienzo de Francisco Rizi que representa a Nuestra Señora de los Ángeles, flanqueada por San Felipe y San Francisco de Asís. En una capilla lateral se venera el Cristo de El Pardo, una talla en madera de Gregorio Fernández encargada por Felipe III en 1605 para conmemorar el nacimiento de su hijo Felipe IV. Esta obra fue trasladada al convento en 1615 y actualmente se encuentra en una urna acristalada . 

Además de su función religiosa, el convento alberga una Casa de Espiritualidad y la Escuela de Estudios Franciscanos. También cuenta con un huerto gestionado por personas migrantes, quienes cultivan y comercializan los productos cosechados . 

El Convento del Santísimo Cristo de El Pardo es un lugar de gran valor histórico, artístico y espiritual, ofreciendo una visión profunda de la tradición franciscana en Madrid. 


Inmaculada Concepción de El Pardo

La Parroquia de la Inmaculada Concepción en El Pardo. Aunque la iglesia actual, conocida como la Iglesia Virgen del Carmen, fue construida en 1966, la parroquia existe desde 1778.
Inicialmente, la parroquia estaba ubicada en la Capilla Real del Palacio de El Pardo, construida durante el reinado de Felipe V. 



En 1940, cuando Francisco Franco estableció su residencia oficial en el Palacio de El Pardo, la parroquia se trasladó al Convento de las RR.MM. Concepcionistas. Finalmente, en 1966, se construyó la Iglesia Virgen del Carmen, que se convirtió en la sede definitiva de la parroquia.



La iglesia actual cuenta con un gran retablo de tres cuerpos realizado en madera de iroko barnizada y decorado con pan de oro. Las vidrieras del cuerpo central, que datan del siglo XIX, fueron originalmente parte del dormitorio del Rey Alfonso XII. Además, la iglesia alberga varias imágenes religiosas, incluyendo una talla de madera de Cristo crucificado y una imagen de la Inmaculada Concepción adquirida en 1948.





Iglesia del Sacramento - Catedral Castrense

La Iglesia del Sacramento, también conocida como Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas, es una destacada obra del barroco madrileño situada en la calle del Sacramento, 11, en el Madrid de los Austrias. Originalmente, formaba parte del convento de las Bernardas, fundado en 1615 por el Duque de Uceda, Cristóbal de Sandoval y Rojas. La construcción de la iglesia comenzó en 1671 bajo la dirección del arquitecto Bartolomé Hurtado García y finalizó en 1744, con la participación de otros arquitectos como Francisco Bautista y Manuel del Olmo.

La iglesia fue diseñada en planta de cruz latina, con una sola nave y una bóveda de medio cañón. Su fachada de granito, obra de Pedro de Ribera, presenta tres arcos y un bajo relieve que representa a San Benito y San Bernardo adorando al Santísimo Sacramento. En el interior, destacan las pinturas de Luca Giordano, los frescos de los hermanos González Velázquez y el retablo principal con una obra de Gregorio Ferro que muestra a San Benito y San Bernardo venerando la Eucaristía.

En 1982, la iglesia fue declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional y, desde 1980, sirve como sede del Arzobispado Castrense de España, convirtiéndola en la catedral de las Fuerzas Armadas.

La Iglesia del Sacramento es un ejemplo sobresaliente del arte religioso barroco en Madrid y un lugar de gran importancia histórica y espiritual.


Iglesia de San Andrés

La Iglesia de San Andrés es una de las iglesias más antiguas y significativas de Madrid, ubicada en la Plaza de San Andrés, en el barrio de La Latina. Su origen se remonta al siglo XV, aunque la iglesia actual data del siglo XVII. Fue en esta iglesia donde se celebró el traslado de los restos de San Isidro Labrador, patrón de Madrid, el 15 de mayo de 1619, fecha que desde entonces se conmemora como su festividad.

La iglesia original fue destruida durante la Guerra Civil Española en 1936. Posteriormente, se reconstruyó sobre la base de la capilla de San Isidro, que es el único vestigio que se conserva del antiguo templo. Esta capilla fue diseñada por el arquitecto Pedro de la Torre en 1642 y es considerada una joya del barroco madrileño, destacando por su profusa decoración de estucos floridos y columnas salomónicas.

En el interior de la iglesia, se conserva una talla de San Isidro del siglo XVIII, que es venerada por los fieles. La iglesia sigue siendo un lugar de culto activo y un importante centro de devoción en Madrid..


Iglesia de la Santa Cruz

La Iglesia de la Santa Cruz se encuentra en la calle de Atocha, número 6, en Madrid. Este templo neogótico, construido en ladrillo y piedra blanca de Colmenar, destaca por su imponente torre de 80 metros de altura, coronada por una cruz de hierro. La fachada principal presenta un arco apuntado coronado por un frontón triangular, con un relieve de Aniceto Marinas que representa la “Apoteosis de la Cruz”. Sobre el pórtico, se encuentra un gran rosetón y, más arriba, un reloj. El interior consta de una sola nave con ocho capillas laterales. 


La iglesia actual fue diseñada por el arquitecto Francisco de Cubas, conocido como el Marqués de Cubas, y su construcción se llevó a cabo entre 1889 y 1902. Este templo reemplazó a uno anterior que databa del siglo XIII y que fue destruido por un incendio en 1876. 


El templo alberga un interior de gran riqueza artística y espiritual. Al ingresar, a la derecha, se encuentra la venerada imagen de San Judas Tadeo, esculpida en madera de abedul por Alfonso Delicado en 1989. Esta figura es objeto de profunda devoción, siendo la más venerada de Madrid, solo por detrás de Jesús de Medinaceli. 


A la izquierda, se halla la Capilla de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, que presenta un retablo neobarroco de madera dorada, construido en 1940. La imagen de Jesús, obra de Víctor González Gil en 1978, está acompañada por la de María Santísima de la Esperanza, realizada por los hermanos Tudanca en 2015. 






Iglesia de San Sebastián

La Iglesia de San Sebastián es uno de los templos más emblemáticos y antiguos de Madrid, situado en el número 39 de la calle Atocha, en el barrio de Embajadores. Su origen se remonta a mediados del siglo XVI, cuando se construyó entre 1554 y 1575 bajo la dirección del maestro de obras Antonio Sillero. A lo largo de los siglos, ha sufrido diversas ampliaciones y reformas, destacando la construcción de su torre en 1612 por Lucas Hernández, una de las más altas de la ciudad.


Durante la Guerra Civil Española, la iglesia fue prácticamente destruida en noviembre de 1936. Sin embargo, fue reconstruida entre 1943 y 1959 por el arquitecto Francisco Íñiguez Almech, quien reorientó el templo y restauró su estructura neoclásica. En 1969, fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento.


El interior alberga la Capilla de Nuestra Señora de Belén, conocida como la “capilla de los arquitectos”, construida en 1693 y remodelada por Ventura Rodríguez en 1766-1768. En esta capilla descansan los restos de figuras ilustres como Ventura Rodríguez y Juan de Villanueva.


La iglesia también es conocida por su vinculación con personalidades del Siglo de Oro español. En sus archivos parroquiales se encuentran partidas de bautismo, matrimonio y defunción de figuras como Lope de Vega, Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo, Gustavo Adolfo Bécquer, Jacinto Benavente y José de Espronceda.


En resumen, la Iglesia de San Sebastián es un testimonio vivo de la historia religiosa, arquitectónica y cultural de Madrid, siendo un lugar de culto activo y un punto de interés para quienes deseen conocer más sobre el pasado de la ciudad.






Enlace al Artículo del Blog - IGLESIA DE SAN SEBASTIÁN - MADRID

Iglesia de El Salvador y San Nicolás

La Iglesia de El Salvador y San Nicolás se encuentra en la calle Atocha, en el barrio de Antón Martín, en pleno centro de Madrid. Esta iglesia tiene su origen en la fusión de dos templos antiguos: la Iglesia de San Nicolás de Bari y la Iglesia de El Salvador, que fueron independientes hasta el siglo XIX. La historia de la iglesia es compleja y refleja la evolución de la ciudad a lo largo de los siglos.

La Iglesia de San Nicolás de Bari es uno de los templos más antiguos de Madrid, mencionada en el Fuero de 1202. Su torre, construida en el siglo XIII, es uno de los elementos más característicos de la arquitectura religiosa madrileña, destacando por sus influencias mudéjares, con arcos de herradura y ladrillo visto. Durante su historia, la iglesia sufrió diversas restauraciones, siendo la más importante en 1805. En 1891, la iglesia de San Nicolás se fusionó con la iglesia de El Salvador, creando la actual parroquia de El Salvador y San Nicolás.

Por otro lado, la Iglesia de El Salvador tenía un origen incierto, aunque algunos estudiosos la sitúan en la calle Mayor. Fue derribada en 1842, y sus feligreses se unieron a la iglesia de San Nicolás. Ambas iglesias se fusionaron en 1891 en el solar del antiguo Hospital de San Juan de Dios, un hospital fundado en 1552 por Antón Martín, que fue destruido durante la Guerra de Independencia y posteriormente demolido a mediados del siglo XIX. Tras la demolición de estos edificios, se construyó la iglesia actual en este mismo lugar.

El templo fue devastado durante la Guerra Civil Española en 1936, pero fue reconstruido en 1948. En su interior, destaca la figura de San José de Cupertino, conocido como el patrón de los estudiantes en época de exámenes, quien es muy venerado en el templo. La iglesia continúa siendo un centro activo de culto y un importante punto de referencia histórico y cultural en Madrid. A lo largo de los siglos, ha sido testigo de la evolución de la ciudad, y su arquitectura refleja los distintos estilos que han marcado la historia de Madrid.


Ermita de la Virgen del Puerto

La Ermita de la Virgen del Puerto es una joya del barroco madrileño, ubicada en el Paseo de la Virgen del Puerto, junto al Palacio Real y el río Manzanares. Construida entre 1716 y 1718 por el arquitecto Pedro de Ribera, esta ermita fue encargada por el corregidor de Madrid, Antonio de Salcedo y Aguirre, primer marqués de Vadillo, quien deseaba rendir homenaje a la Virgen del Puerto, patrona de Plasencia, ciudad de la que había sido corregidor.

La ermita presenta una planta octogonal con exedras que configuran una cruz griega, una estructura poco común en la arquitectura religiosa de la época. Su fachada está flanqueada por dos torres cuadradas coronadas por chapiteles, y el interior alberga una cúpula sobre tambor octogonal, también diseñada por Ribera. En su interior se conserva el sepulcro del marqués de Vadillo, también obra de Ribera.

Durante la Guerra Civil Española, la ermita sufrió graves daños, perdiendo su decoración interior y la talla original de la Virgen. Fue reconstruida entre 1945 y 1951, siendo inaugurada nuevamente en 1951.


Primer Monasterio de la Visitación

El Primer Monasterio de la Visitación de Santa María en Madrid, también conocido como el Monasterio de las Salesas, tiene una profunda historia y una gran relevancia para la ciudad. Fundado en 1749, su creación fue impulsada por el deseo de establecer un convento de la Orden de la Visitación de Santa María, una orden religiosa dedicada a la vida contemplativa, que fue fundada por San Francisco de Sales y Santa Juana Francisca Fremyot de Chantal en 1610 en Annecy, Francia. Esta orden tiene como objetivo la dedicación a la oración, la meditación y el servicio a la comunidad, especialmente a las mujeres necesitadas.

El monasterio madrileño fue fundado bajo el patrocinio de los monarcas Fernando VI y Bárbara de Braganza. El lugar elegido fue una zona relativamente tranquila, situada en el barrio de Chamberí, aunque en su época la zona era bastante más rural que en la actualidad. Desde su fundación, el monasterio ha mantenido una vida religiosa intensa, ofreciendo un refugio para las religiosas que siguen la regla de San Francisco de Sales.

La iglesia del monasterio es un claro exponente del estilo neogótico, aunque ha sufrido varias restauraciones a lo largo de los siglos. El arquitecto Marqués de Cubas fue el encargado de la remodelación en 1880, dando a la iglesia una nueva imagen que destaca por su elegancia y sobriedad. El diseño incluye una cúpula imponente, vidrieras de colores que permiten que la luz natural ilumine el interior de manera solemne, y un altar mayor decorado con elementos neogóticos que atraen la atención de los visitantes. Las esculturas y pinturas del interior son también parte fundamental del ambiente espiritual del monasterio.

Uno de los aspectos más significativos del monasterio es su comunidad religiosa. Las religiosas, conocidas como salesas, siguen una vida escondida dedicada completamente a la oración y la meditación. En su vida cotidiana, las religiosas no tienen contacto directo con el exterior, y su principal labor es la oración continua, especialmente centrada en el Magnificat, que es el cántico de alabanza de la Virgen María. Este himno de alabanza, en el que se exalta la grandeza de Dios, se ha convertido en uno de los pilares espirituales del monasterio.

El Primer Monasterio de la Visitación no solo ha sido un centro religioso, sino también un lugar de apoyo y consuelo para muchas personas a lo largo de los años. Las monjas han desempeñado un papel importante en las diferentes obras caritativas de la ciudad y su influencia se ha sentido de manera silenciosa pero significativa en la vida religiosa de Madrid.


Oratorio del Santo Niño del Remedio

El Oratorio del Santo Niño del Remedio es un pequeño templo católico situado en el número 6 de la Calle de los Donados, en el centro de Madrid, cerca de la Plaza de Isabel II y la Puerta del Sol. Construido en 1917 sobre el solar de la antigua Iglesia del Hospital de Santa Catalina de los Donados, fundada en 1460, este oratorio alberga la venerada imagen del Santo Niño del Remedio, una talla de finales del siglo XVI que atrae a numerosos fieles por su fama de milagrosa.  

La devoción al Santo Niño del Remedio comenzó en 1897, cuando Pedro Martín Marrazuela, un encuadernador madrileño, adquirió la imagen de un Niño Jesús a una señora que se marchaba a Cuba. Junto con sus hijas, eligieron el nombre de “Niño del Remedio” para la imagen, buscando un título que reflejara su poder de consuelo y protección. La devoción creció rápidamente, y en 1898 se celebró la primera novena en su honor. Posteriormente, la imagen fue trasladada a la iglesia de Santa Catalina de los Donados, donde se erigió el oratorio actual para su veneración pública.  

El oratorio presenta un estilo neogótico con una fachada de ladrillo rojo, rematada por una ventana ojival y un pequeño campanil. En su interior, destaca la imagen del Santo Niño del Remedio, situada en un altar sencillo pero solemne. El ambiente del oratorio invita a la oración y la reflexión, siendo un lugar de recogimiento en pleno corazón de Madrid.


San Blas y Santa Paula

La Ermita de San Blas, situada en la que fuera la antigua villa de Canillas y actual barrio madrileño en el distrito de Hortaleza, es una de las construcciones más antiguas de Madrid, con una historia que se remonta al siglo XV. Inicialmente dedicada a San Juan Bautista, fue reformada en el siglo XVII por Sebastián de Molinet, VII Señor de Canillas, quien encargó la obra a los arquitectos Lucas Ruiz de Heredia y Marcos López. La ermita fue consagrada en 1698 y, tras la reforma, pasó a estar dedicada a San Blas y Santa Paula.

Este templo barroco de una sola nave es el único vestigio que queda del antiguo pueblo de Canillas. En 2022, fue declarada Bien de Interés Patrimonial por la Comunidad de Madrid, reconociendo su valor histórico y arquitectónico. Recientemente, la ermita ha sido restaurada, recuperando su estructura original y devolviendo a la comunidad un importante símbolo de su patrimonio cultural.

Para quienes deseen conocer más sobre la historia y la arquitectura de la ermita, se ofrecen visitas guiadas gratuitas, que duran aproximadamente una hora y son realizadas por el párroco de la Parroquia de Santa Paula o por una persona delegada. Estas visitas permiten apreciar de cerca la riqueza histórica y cultural de este emblemático lugar.


Catedral Ortodoxa de Santa María Magdalena

La Catedral Ortodoxa Rusa de Santa María Magdalena es un destacado edificio religioso ubicado en Madrid, específicamente en el barrio de Hortaleza, en la Gran Vía de Hortaleza. Inaugurada en 2013, es la sede de la comunidad ortodoxa rusa en España y Portugal, representando un importante centro de culto, cultura y tradición para los fieles de la Iglesia Ortodoxa Rusa en la región. Este templo fue diseñado siguiendo los cánones arquitectónicos tradicionales rusos, adaptados a la modernidad española, y su construcción refleja la rica herencia religiosa y cultural de la comunidad ortodoxa.

El diseño de la catedral fue obra del arquitecto ruso A. R. Vorontsov junto con el arquitecto español Jesús San Vicente. Su aspecto es inconfundible gracias a las cinco cúpulas doradas que coronan la iglesia, representando a Cristo y los cuatro evangelistas. Estas cúpulas son uno de los elementos más visibles del edificio, y le otorgan una presencia imponente en el skyline de Madrid. La iglesia sigue el estilo neobizantino, con una estructura que recuerda a las iglesias ortodoxas tradicionales rusas.

El interior de la catedral es igualmente impresionante. El templo alberga una colección de iconos religiosos que representan escenas de la vida de Cristo, la Virgen María y otros santos ortodoxos. Estos iconos son un reflejo de la devoción religiosa ortodoxa y están dispuestos a lo largo de las paredes del edificio. Uno de los aspectos más interesantes es la incorporación de elementos del arte español, como lámparas de estilo visigodo que complementan el ambiente sacro del lugar.

A lo largo del año, la catedral celebra misa en ruso, aunque también se pueden oficiar en otros idiomas a petición de los fieles. Además, se realizan visitas guiadas para quienes deseen conocer más sobre la historia, la arquitectura y el simbolismo del templo. Estas visitas son una excelente oportunidad para explorar la riqueza cultural del edificio y aprender sobre las tradiciones ortodoxas.

La Catedral Ortodoxa de Santa María Magdalena también es conocida por su labor en la comunidad, ofreciendo apoyo espiritual y social a los rusos que viven en Madrid, además de ser un centro cultural que organiza eventos relacionados con la tradición rusa. La catedral es un lugar de encuentro para aquellos que siguen la fe ortodoxa, tanto para los locales como para los visitantes.

Este lugar es una joya escondida de Madrid que, más allá de su función religiosa, también es un centro cultural de gran valor para la comunidad ortodoxa.


Santa Teresa y San José

La Iglesia de Santa Teresa y San José, situada en el corazón de Madrid, es un importante templo religioso vinculado a la orden de los Carmelitas Descalzos, que se asienta en el centro de la Plaza de España, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Esta iglesia fue inaugurada el 26 de mayo de 1928 y constituye un ejemplo destacado de la arquitectura ecléctica de la época, combinando elementos de diferentes estilos arquitectónicos, como el gótico, el renacentista y el modernista.

El edificio fue diseñado por el arquitecto Jesús Carrasco-Muñoz, quien creó una estructura que evoca la imagen de una fortaleza medieval, un símbolo de la Carmelita Descalza. La fachada principal es imponente, con torres y almenas que le dan un aire de castillo medieval. Esta singular apariencia fue pensada para reflejar la fuerza espiritual y la permanencia de la orden religiosa. La cúpula central del templo, de grandes dimensiones y decorada con colores vibrantes, destaca por su belleza y simbolismo religioso.

En el interior de la iglesia, el retablo mayor es una de las piezas más destacadas. Con una altura de 19 metros, esta obra de arte religioso resalta por su imponente tamaño y su detallada ornamentación. La nave principal está cubierta por una bóveda rebajada de medio cañón, mientras que las naves laterales están cubiertas con techos adintelados y casetones que ofrecen un contraste visual interesante. Los arcos quebrados que se entrelazan con las columnas del templo permiten que la luz fluya con libertad a lo largo del espacio, creando una atmósfera serena y elevada.

La iglesia está vinculada a la devoción de Santa Teresa de Jesús, fundadora de la orden carmelita reformista, y a San José, su patrón. Además de ser un lugar de culto, la iglesia alberga una gran comunidad de fieles que encuentran en este espacio un lugar de oración, meditación y comunidad.






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