Zamora - Castilla y León 🇪🇸

ZAMORA

La Muy Noble y leal ciudad de Zamora, “la Bien Cercada”. Localizada a orillas del río Duero, ha tenido una relevancia estratégica y militar crucial desde la Edad Media, especialmente durante el periodo de la Reconquista.

 El sobrenombre “la bien cercada” procede de las sólidas murallas que rodeaban la ciudad. Construidas principalmente en los siglos XI y XII bajo el reinado de Fernando I de León y ampliadas por Alfonso VI, estas fortificaciones convirtieron a Zamora en una plaza casi inexpugnable. Todavía hoy se conservan extensos tramos de esas murallas, que constituyen uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar medieval en España. El episodio más famoso relacionado con sus defensas es el Cerco de Zamora de 1072, durante el cual el rey Sancho II de Castilla intentó arrebatar la ciudad a su hermana Doña Urraca, resultando muerto en el asedio a manos del legendario Bellido Dolfos. Este acontecimiento dio origen al conocido dicho popular “Zamora no se ganó en una hora”, símbolo de la resistencia zamorana.

Zamora es, además, reconocida como la ciudad con mayor concentración de arquitectura románica en Europa. Entre sus numerosos monumentos destaca la Catedral de Zamora, construida entre 1151 y 1174, ejemplo fundamental del románico tardío castellano, con su cúpula gallonada de claras influencias bizantinas. A esta joya se suman más de veinte iglesias románicas como Santa María Magdalena, San Claudio de Olivares o Santiago de los Caballeros, que configuran un paisaje urbano de gran homogeneidad y belleza histórica.

La vida cultural de Zamora es intensa y está especialmente marcada por su Semana Santa, una de las más antiguas y solemnes de España, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. Las procesiones, caracterizadas por su sobriedad y emoción contenida, atraen cada año a numerosos visitantes. Otro de sus atractivos es el Museo Provincial, ubicado en el histórico Palacio del Cordón, que alberga colecciones arqueológicas, artísticas y etnográficas.

En el siglo XX, la ciudad experimentó un desarrollo urbano moderado que respetó su legado monumental. El ensanche modernista de principios del siglo pasado y la planificación urbanística contemporánea han permitido la coexistencia del Zamora histórico con áreas modernas, manteniendo un equilibrio entre conservación y crecimiento.

Zamora, “la bien cercada”, se presenta hoy como una ciudad que guarda en sus calles la memoria de epopeyas medievales, un patrimonio arquitectónico de valor excepcional y una vida cultural que sigue muy viva, haciendo honor a sus títulos de nobleza y lealtad. y que recorremos con el vídeo del Canal de YouTube.


Calles y Plazas

Plaza Mayor de Zamora

La Plaza Mayor de Zamora, situada en pleno centro histórico de la ciudad, constituye uno de los espacios urbanos más emblemáticos y antiguos de la capital zamorana. Su origen se remonta a la Edad Media, cuando el área se configuró como un espacio extramuros destinado a la celebración de mercados y ferias. La construcción de la Iglesia de San Juan de Puerta Nueva en el siglo XII, de estilo románico, marcó el primer gran hito en la consolidación del lugar como punto de referencia de la vida ciudadana. Posteriormente, en 1484, la edificación del antiguo Ayuntamiento impulsó la organización definitiva de la plaza, nivelándose el terreno y ampliándose el espacio mediante expropiaciones.

A lo largo de los siglos, la Plaza Mayor ha sufrido numerosas transformaciones. En el siglo XVIII, se construyó la llamada Casa de las Panaderas, destinada a albergar la venta de pan bajo sus soportales. Durante el siglo XIX, la plaza cambió de nombre en diversas ocasiones, reflejando los cambios políticos de la época. Ya en el siglo XX, el arquitecto José María Aparicio impulsó una importante reordenación urbana que incluyó la demolición de edificaciones adosadas a la Iglesia de San Juan y la unificación del espacio con la plazuela de San Miguel, logrando una mayor amplitud y visibilidad.

En la actualidad, la Plaza Mayor presenta una planta cuasi-rectangular y es atravesada por varias calles históricas como Balborraz, Santa Clara y Herreros. El pavimento de la plaza ofrece un detalle singular: un trazado de losas que indica el antiguo primer recinto amurallado de Zamora, incluyendo la representación de un cubo de la muralla. Entre los edificios destacados que la rodean se encuentran el antiguo Ayuntamiento Viejo, la mencionada Iglesia de San Juan y diversas casas señoriales.

Hoy en día, la Plaza Mayor sigue siendo el centro neurálgico de la vida social, cultural y festiva de Zamora. Sus soportales, bares y terrazas acogen a diario tanto a residentes como a visitantes, sirviendo de escenario para numerosos actos públicos y celebraciones, entre las que destaca la Semana Santa, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. La Plaza Mayor de Zamora, con su rica carga histórica y su vitalidad contemporánea, continúa siendo uno de los símbolos más representativos de esta ciudad castellano-leonesa.


Plaza de Zorrilla

La Plaza de Zorrilla se encuentra en pleno centro histórico de Zamora, un lugar de gran significado cultural y arquitectónico. Situada entre las calles Santa Clara y San Torcuato, esta plaza es conocida también como la Plaza de los Momos o la Plaza de la Madre, nombres que provienen de los elementos arquitectónicos y la escultura que adorna el espacio. Es un lugar de paso obligado para quienes visitan la ciudad y un punto de referencia en el casco antiguo de Zamora.

Uno de los edificios más representativos que rodean la plaza es el Palacio de los Momos, una construcción renacentista datada a finales del siglo XV y principios del XVI. Este palacio, que actualmente alberga la Audiencia Provincial de Zamora, es considerado un Monumento Nacional desde 1922. Su fachada destaca por su estilo gótico isabelino, adornada con detalles mitológicos y motivos florales que enriquecen su aspecto. Este edificio es un claro ejemplo de la riqueza arquitectónica de Zamora y un símbolo de su historia.

En el lado opuesto de la plaza se encuentra el Casino de Zamora, también conocido como el Círculo de Zamora. Esta construcción modernista, erigida en 1905 por el arquitecto Miguel Mathet y Coloma, es otro de los elementos que contribuyen al atractivo arquitectónico de la plaza. El edificio alberga un elegante café donde los visitantes pueden disfrutar de un ambiente relajado y sofisticado, lo que añade un aire de distinción al entorno.

En el centro de la plaza, se erige la escultura de “Madre e hijo”, una obra en bronce del escultor zamorano Baltasar Lobo, realizada en 1947. La escultura fue donada al Ayuntamiento de Zamora en 1984 y representa a una madre levantando a su hijo en brazos, simbolizando la maternidad y el afecto. Esta pieza se inspira en una escena que Lobo observó en La Ciotat, cerca de Marsella, y se ha convertido en un homenaje a la figura materna, siendo uno de los elementos más emblemáticos de la plaza.

La Plaza de Zorrilla también cuenta con un pequeño jardín que complementa su belleza arquitectónica. Este espacio ajardinado proporciona un lugar de descanso y contemplación para quienes pasean por la plaza, contribuyendo a la armonía del conjunto. La vegetación y el diseño del jardín hacen de este lugar un rincón agradable para disfrutar del entorno urbano, equilibrando la arquitectura con la naturaleza.



Plaza de la Constitución

La Plaza de la Constitución de Zamora, también conocida como Plaza del Gobierno, es un espacio urbano emblemático situado en el centro peatonal y comercial de la ciudad. Su nombre actual hace referencia a la Constitución Española, aunque a lo largo del tiempo ha recibido otras denominaciones, como Plaza de la Cárcel y Plaza de José Antonio, reflejando los cambios históricos y políticos del país . 

El edificio más destacado de la plaza es la Subdelegación del Gobierno, que ocupa el antiguo Gobierno Civil. Su fachada, adornada con banderas oficiales, le otorga un carácter institucional. Frente a este edificio se encuentra una escultura urbana de bronce, que añade un toque artístico al entorno . 

En las inmediaciones de la plaza se encuentra la Iglesia de Santiago del Burgo, uno de los templos románicos más representativos de Zamora. Además, la plaza está rodeada de edificios de diferentes estilos arquitectónicos, incluyendo antiguos bancos y construcciones modernas, lo que refleja la evolución urbana de la ciudad . 


Plaza de Viriato

La Plaza de Viriato es uno de los espacios más emblemáticos del casco histórico de Zamora. Su nombre actual rinde homenaje al caudillo lusitano Viriato, cuya estatua preside la plaza. Esta escultura, obra del escultor zamorano Eduardo Barrón González, fue creada en 1883 durante su estancia en Roma y se instaló en la plaza en 1903. Inicialmente ubicada en el centro, fue trasladada a una esquina en 1971. La estatua representa a Viriato en actitud desafiante, con la inscripción “Terror Romanorum” en su pedestal, recordando su resistencia contra el Imperio romano . 

La plaza ha tenido diversas denominaciones a lo largo de su historia. Originalmente conocida como “Plazuela de la Hierba” por las actividades comerciales que allí se realizaban, pasó a llamarse “Plaza de Cánovas del Castillo” en el siglo XIX, en honor al político español. Con la instalación de la estatua de Viriato, adoptó su nombre actual . 

Rodeada de edificios históricos, la plaza alberga la Diputación Provincial de Zamora, situada en el antiguo Hospital de la Encarnación, y el Parador de Zamora, ubicado en el Palacio de los Condes de Alba y Aliste. Además, se encuentra la Oficina de Información y Turismo en el edificio conocido como Las Arcadas . 

Durante la Semana Santa, la Plaza de Viriato es un punto clave en las procesiones zamoranas. Destaca la parada de la Cofradía del Cristo Yacente, que desde 1914 entona el “Miserere mei Deus” en este lugar, creando un ambiente de recogimiento y solemnidad .


Plaza de la Catedral

La Plaza de la Catedral en Zamora es uno de los espacios más emblemáticos y visitados de la ciudad, situado en el extremo occidental del casco histórico, en lo alto de un espigón rocoso junto al río Duero. Esta plaza no solo es el acceso principal a la Catedral del Salvador, sino también un punto de encuentro que conecta varios de los monumentos más importantes de la ciudad, como el Castillo de Zamora y el Museo Baltasar Lobo

La plaza está rodeada por una muralla medieval que, junto con el castillo, forma parte del conjunto defensivo de la ciudad. El espacio es amplio y abierto, ofreciendo una vista panorámica de la catedral y sus alrededores. En el centro de la plaza se encuentra una fuente, que añade un elemento de frescura y serenidad al entorno. El pavimento de la plaza está compuesto por adoquines de piedra, que refuerzan el carácter histórico del lugar.

Además de su valor arquitectónico y paisajístico, la Plaza de la Catedral es un lugar de actividad cultural y social. A menudo se celebran en ella conciertos, exposiciones y otros eventos públicos, especialmente durante las festividades locales. Su proximidad a la catedral y al castillo la convierte en un punto de partida ideal para explorar el patrimonio histórico de Zamora.

En resumen, la Plaza de la Catedral de Zamora es un espacio que combina historia, arquitectura y vida urbana, ofreciendo a residentes y visitantes un lugar de encuentro y contemplación en el corazón de la ciudad.


Plaza de Santa Lucía

La Plaza de Santa Lucía en Zamora es un pintoresco rincón que combina historia, arte y arquitectura en pleno casco antiguo de la ciudad. Situada en el barrio medieval de la Puebla del Valle, esta plaza ha sido testigo de siglos de evolución urbana y cultural. 

En el centro de la plaza se erige la Iglesia de Santa Lucía, un templo de origen románico datado entre finales del siglo XII y principios del XIII. Aunque fue reconstruido casi en su totalidad en el siglo XVII, conserva elementos originales como el muro norte y su portada ligeramente apuntada, representando una de las muestras más antiguas de la arquitectura religiosa de Zamora . Actualmente, la iglesia alberga piezas del contiguo Museo de Zamora, situado en el Palacio del Cordón

El Palacio del Cordón, también conocido como Palacio de Puñonrostro, es un edificio renacentista que destaca por su portada con un cordón franciscano coronado por los escudos de los condes de Puñonrostro. Este palacio alberga el Museo de Zamora, que ofrece una valiosa colección de arte, arqueología e historia local . 

La plaza también es conocida por su reloj de sol y las placas de cerámica que indican su ubicación, elementos que añaden un toque distintivo a este espacio urbano. Además, la plaza fue parte de la antigua judería de Zamora, aunque no existen pruebas arqueológicas concluyentes de la presencia de sinagogas en la zona .



Construcciones Civiles

Murallas de Zamora

Las Murallas de Zamora constituyen uno de los conjuntos defensivos medievales más destacados de España y son un símbolo de la identidad histórica de la ciudad. Su robustez y capacidad de resistencia en tiempos de conflicto le valieron a Zamora el sobrenombre de “la bien cercada”, una expresión que aún resuena en el imaginario colectivo y en el romancero castellano.

Los primeros indicios de fortificaciones en Zamora se remontan a la época romana, aunque fue durante la Reconquista cuando se consolidó su sistema defensivo. En el año 893, bajo el reinado de Alfonso III de Asturias, se inició la construcción del primer recinto amurallado, que abarcaba la zona del castillo y la catedral. Esta muralla fue reforzada y ampliada por Fernando I y Alfonso VI en el siglo XI, coincidiendo con un periodo de gran importancia estratégica para la ciudad. 

A medida que la población crecía, se levantaron nuevos recintos: el segundo recinto en el siglo XIII, que incluía áreas como El Burgo, y el tercer recinto a finales del mismo siglo, extendiéndose hacia el sur en torno al Puente Nuevo. Estos recintos reflejan la expansión urbana y la necesidad de proteger los nuevos barrios y arrabales que surgían en torno al núcleo original. 

Las murallas de Zamora se construyeron principalmente con sillares de piedra y presentan una serie de torres semicirculares conocidas como cubos, que reforzaban la estructura y permitían una mejor defensa. Se estima que el perímetro original de las murallas alcanzaba los 2.420 metros, encerrando una superficie de unas 25 hectáreas. A lo largo de su trazado se abrían numerosas puertas y portillos que facilitaban el acceso y controlaban el tránsito hacia el interior de la ciudad. 

Entre las puertas más destacadas se encuentran la Puerta de Doña Urraca, la Puerta del Obispo, la Puerta de San Torcuato y la Puerta del Mercadillo. Estas entradas no solo tenían una función defensiva, sino que también eran puntos de encuentro y de intercambio económico y social. 

Con el paso del tiempo y los cambios en las necesidades urbanas, muchas secciones de las murallas fueron desmontadas o quedaron ocultas por nuevas construcciones. Sin embargo, desde mediados del siglo XX se han llevado a cabo esfuerzos significativos para su conservación y puesta en valor. Actualmente, se conservan alrededor de 3 kilómetros de muralla en buen estado, y se han restaurado y liberado zonas que habían quedado ocultas, integrándolas en el paisaje urbano y en rutas turísticas.


Palacio de los Condes de Alba y Aliste

El Palacio de los Condes de Alba y Aliste, actual Parador Nacional de Turismo de Zamora, es una de las joyas arquitectónicas más destacadas de la ciudad. Ubicado en la céntrica Plaza de Viriato, este edificio renacentista del siglo XV fue construido en 1459 por orden de Enrique Enríquez de Mendoza, primer conde de Alba de Liste, sobre los restos de una antigua alcazaba musulmana. Su diseño combina elementos de fortaleza con detalles ornamentales propios del Renacimiento . 

A lo largo de su historia, el palacio ha experimentado diversas transformaciones. Tras sufrir daños durante las guerras comuneras, fue restaurado por el IV conde, Enrique Enríquez de Guzmán. En 1653, un incendio provocó su deterioro, y posteriormente, en 1797, fue adquirido por el Duque de Frías y Breza, convirtiéndose en la Real Casa Hospicio de Zamora, un correccional para mujeres y niños expósitos . 

En 1967, el edificio fue remodelado como Parador de Turismo por el arquitecto Jesús Valverde Viñas, adaptándolo para su uso hotelero sin perder su esencia histórica . El interior destaca por su patio renacentista con galerías acristaladas, columnas decoradas con medallones de héroes bíblicos y medievales, y una decoración que incluye armaduras, tapices y camas con dosel .


Puerta y Palacio de Doña Urraca

La Puerta y el Palacio de Doña Urraca son dos elementos emblemáticos del patrimonio histórico de Zamora, íntimamente ligados a la figura de la infanta Urraca de León, hija del rey Fernando I y señora de la ciudad en el siglo XI. 

Situada en el primer recinto amurallado de Zamora, la Puerta de Doña Urraca es una de las entradas más destacadas de la ciudad medieval. Construida en el siglo XII, presenta un arco de medio punto flanqueado por dos torreones semicirculares, elementos característicos de la arquitectura defensiva de la época. A lo largo de su historia, ha recibido diferentes nombres, como Puerta de Zambranos o Puerta de la Reina, hasta adoptar su denominación actual en el siglo XVII, en honor a la cercanía con el palacio donde residió Doña Urraca . 

La puerta está envuelta en leyendas y romances, siendo protagonista en episodios del romancero castellano. Una de las historias más conocidas relata cómo Doña Urraca se entrevistó con Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, durante el cerco de Zamora en 1072, negándose a rendir la ciudad a su hermano Sancho II. Aunque el relieve que representaba esta escena se encuentra muy deteriorado, aún se pueden distinguir restos de la figura de la infanta asomada a una ventana, símbolo de la resistencia zamorana . 

Junto a la puerta se encuentran los restos del Palacio de Doña Urraca, residencia de la infanta durante su señorío en Zamora. Este edificio formaba parte del primer recinto amurallado y fue testigo de importantes acontecimientos históricos. Tras pasar a manos municipales, el palacio tuvo diversos usos: en el siglo XVIII se convirtió en cuartel de inválidos, y a finales del siglo XIX funcionó como posada, manteniéndose en actividad hasta la década de 1950 . 

Aunque el palacio ha sufrido numerosas transformaciones y pérdidas a lo largo del tiempo, su legado perdura en la memoria colectiva de Zamora. La figura de Doña Urraca, asociada a la defensa y autonomía de la ciudad, sigue siendo un símbolo de identidad para los zamoranos, reflejado en estos monumentos que combinan historia, arquitectura y leyenda.


Puente de Piedra

El Puente de Piedra de Zamora, también conocido como Puente Nuevo, es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad y un destacado ejemplo de la arquitectura románica en España. Construido entre los siglos XII y XIII, este puente de 280 metros de longitud conecta el centro histórico de Zamora con los barrios situados en la margen izquierda del río Duero .

Mencionado por primera vez en 1167 como pontem novum (puente nuevo), el Puente de Piedra fue erigido para sustituir al anterior puente romano, conocido como Puente Viejo, que fue destruido por una riada en 1310 . A lo largo de los siglos, ha sido objeto de diversas reformas, incluida la eliminación de las almenas y las torres defensivas en el siglo XX para mejorar su accesibilidad . 

El puente presenta una estructura robusta con 16 arcos apuntados que permiten al río Duero fluir sin obstrucciones durante las crecidas. Sus pilares están reforzados por tajamares de planta triangular, y el pretil actual está compuesto por piedra arenisca de 110 cm de altura, mejorando la seguridad de los peatones . 

El Puente de Piedra no solo es una vía de comunicación esencial, sino también un símbolo de la ciudad. Su imagen ha sido inmortalizada en numerosas fotografías y es un punto de referencia en las celebraciones locales, como la Semana Santa, donde las procesiones suelen cruzarlo. Además, su restauración ha permitido preservar un valioso patrimonio arquitectónico para las futuras generaciones .


Casa del Cid - Palacio de Arias Gonzalo

La Casa del Cid, también conocida como Palacio de Arias Gonzalo, es un destacado edificio civil de estilo románico situado  Zamora. Este inmueble, declarado monumento histórico-artístico en 1931, se encuentra junto a la Puerta del Obispo, formando parte del primer recinto amurallado de la ciudad y ofreciendo vistas hacia el río Duero . 

La tradición popular ha vinculado este edificio con Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como el Cid Campeador, sugiriendo que fue su residencia en la ciudad. Sin embargo, investigaciones históricas apuntan a que el propietario original fue Arias Gonzalo, un noble castellano que desempeñó un papel destacado en la corte de Fernando I de León y Castilla. Por ello, el edificio es también conocido como la Casa de Arias Gonzalo . 

La Casa del Cid es una de las pocas muestras de arquitectura civil románica que se conservan en España. Su construcción data de los siglos XI y XII y está realizada en sillería, con una planta rectangular que se adapta al trazado de la muralla. En la fachada oriental, orientada hacia el río Duero, se conservan dos ventanas ajimezadas con arcos de herradura, típicas del estilo románico. La puerta de acceso, situada en la fachada sur, presenta un arco de medio punto con molduras decoradas .


Portillo de la Traición

El Portillo de la Traición, anteriormente conocido como Portillo de la Lealtad, es un acceso histórico al primer recinto amurallado de la ciudad de Zamora, situado entre la iglesia de San Isidoro y la Catedral del Salvador. Este pequeño arco de medio punto, construido en sillería, forma parte del conjunto defensivo medieval de la ciudad y es uno de los pocos elementos que se conservan del trazado original de la muralla. 

La importancia del Portillo de la Traición radica en la leyenda que lo vincula con el episodio del Cerco de Zamora en 1072. Según la tradición, el noble leonés Bellido Dolfos, tras asesinar al rey Sancho II de Castilla, escapó por este portillo mientras era perseguido por El Cid. Este acto de traición, narrado en romances y cantares de la época, marcó un hito en la historia medieval española . 

En diciembre de 2010, el Ayuntamiento de Zamora formalizó un acto de redenominación del portillo, cambiando su nombre de “Portillo de la Traición” a “Portillo de la Lealtad”. Esta decisión fue acompañada de una placa conmemorativa que reconoce la importancia histórica del lugar y honra la memoria de Vellido Dolfos . 

Actualmente, el Portillo de la Traición es un punto de interés turístico que combina historia, arquitectura y leyenda, ofreciendo a los visitantes una visión única del pasado medieval de Zamora.


Castillo de Zamora

El Castillo de Zamora es una de las fortificaciones medievales más emblemáticas de Castilla y León, España. Situado sobre una elevación natural que domina la ciudad, ha sido testigo de numerosos episodios históricos desde su construcción en el siglo XI. 

Aunque las crónicas atribuyen su construcción al rey Alfonso II de Asturias, estudios posteriores sugieren que fue erigido por Fernando I de León en el siglo XI. A lo largo de los siglos, el castillo ha sufrido diversas reformas y adaptaciones, especialmente durante el reinado de Felipe V, quien introdujo modificaciones para adaptarlo a las nuevas técnicas de guerra de la época. Durante la Guerra de la Independencia y las Guerras Carlistas, el castillo desempeñó funciones militares, y en el siglo XX albergó instituciones educativas como la Escuela de Arte y la Escuela Oficial de Idiomas hasta 2007. 

El castillo presenta una planta romboidal con tres torres: dos de forma pentagonal y una heptagonal, lo que le confiere una apariencia singular. Está rodeado por un foso profundo y cuenta con muros de gran grosor, superiores a dos metros en algunos tramos. El acceso se realiza a través de un puente que originalmente era levadizo y conduce a una puerta de arco apuntado. El recinto se divide en tres áreas: el interior con la torre del homenaje, un recinto exterior que forma parte de las murallas urbanas y un tercer recinto al exterior del foso constituido por un revellín.  

Desde 2009, el castillo alberga el Museo Baltasar Lobo, dedicado a la obra del escultor zamorano Baltasar Lobo (1910-1993). El museo se encuentra en la “Casa de los Gigantes”, una edificación anexa al castillo, y exhibe una amplia colección de esculturas, dibujos y bocetos del artista, reflejando su evolución desde el figurativismo hacia la abstracción. El museo está integrado en el recinto del castillo, ofreciendo una experiencia cultural que fusiona arte contemporáneo y patrimonio histórico.  

El castillo está rodeado por el Parque del Castillo, un espacio ajardinado que ofrece vistas panorámicas de la ciudad y del río Duero. El acceso al castillo es gratuito, y el Museo Baltasar Lobo tiene horarios de apertura que varían según la temporada. Este conjunto ofrece una combinación única de historia, arquitectura y arte, convirtiéndolo en un lugar imprescindible para quienes visitan Zamora.


Palacio del Cordón - Museo de Zamora

El Palacio del Cordón, ubicado en la Plaza de Santa Lucía en Zamora, y también conocido como Palacio de Puñonrostro es uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura civil renacentista de la ciudad. Su construcción comenzó a principios del siglo XVI, siendo originalmente propiedad de los condes de Puñonrostro. La característica más distintiva del palacio es su fachada, que presenta una chambrana en forma de cordón franciscano, un símbolo vinculado a la Orden Franciscana, lo que le da nombre al edificio. Este palacio es uno de los pocos vestigios de la arquitectura civil del siglo XVI que se conservan en Zamora, destacándose por su elegante estilo renacentista.

A lo largo de los siglos, el palacio sufrió diversas reformas y transformaciones. En la década de 1990, se llevó a cabo una importante intervención arquitectónica dirigida por los arquitectos Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón Álvarez, quienes integraron la estructura histórica con una nueva edificación moderna. Este proyecto fue tan relevante que recibió el reconocimiento como finalista del Premio de Arquitectura Contemporánea Mies van der Rohe en 1997, lo que subraya la calidad de la restauración y la modernización del edificio, respetando siempre su valor histórico.

Actualmente, el Palacio del Cordón alberga el Museo de Zamora, inaugurado en 1998 tras una restauración que se extendió por más de dos décadas. El museo se organiza en dos secciones principales: la de Arqueología, que abarca una colección que va desde la Prehistoria hasta la Edad Moderna, con piezas destacadas como el Tesoro de Arrabalde y mosaicos romanos, y la de Bellas Artes, que exhibe importantes obras escultóricas y pictóricas desde el siglo XIV hasta el siglo XX, reflejando la evolución del arte en la región.

Además, el museo dispone de una sala dedicada a la historia de la ciudad de Zamora, donde se presenta una visión integral del patrimonio cultural de la provincia. La intervención arquitectónica en el Palacio del Cordón logró una armoniosa fusión entre lo antiguo y lo contemporáneo, creando un espacio único que invita tanto al disfrute del arte como a la reflexión sobre la historia de la región. Para quienes deseen profundizar en los detalles históricos y artísticos del lugar, se recomienda realizar una visita guiada, que permite explorar más a fondo los aspectos más significativos de este emblemático edificio y su museo.


Construcciones Religiosas

Catedral del Salvador

La Catedral de Zamora, también conocida como la Catedral del Salvador, es uno de los monumentos más destacados de la ciudad de Zamora. La catedral se sitúa sobre un cerro que domina el río Duero, en el corazón de la ciudad, lo que le otorga una impresionante visibilidad. Su construcción comenzó en el siglo XII, bajo el reinado de Alfonso VII, y se consagró en 1174. A lo largo de los siglos, ha experimentado diversas intervenciones, pero conserva gran parte de su estructura original, que combina elementos del románico, el gótico y el renacimiento.

La catedral tiene una planta de cruz latina con tres naves y un crucero, siendo uno de los rasgos más destacados su cimborrio octogonal cubierto por una cúpula de gallones, de un estilo que recuerda a la arquitectura bizantina. Este cimborrio es único en la arquitectura medieval española y constituye uno de los elementos más distintivos de la catedral. En el interior, la nave central está cubierta con una bóveda de crucería simple, mientras que las naves laterales cuentan con bóvedas de arista. La estructura general sigue las características propias del románico cisterciense, con una sobriedad que se refleja también en la fachada principal, conocida como la Portada del Obispo, que presenta una escasa ornamentación escultórica pero destaca por su elegancia y claridad.

Entre los elementos más sobresalientes de la catedral, se encuentran la sillería del coro, tallada entre 1503 y 1506, que es un ejemplo del esplendor del arte renacentista en la región. Esta sillería presenta una gran riqueza escultórica y es una de las principales joyas artísticas de la catedral. Asimismo, la torre del Salvador, construida en el siglo XIII y que alcanzó una altura de 45 metros, es otro de los elementos emblemáticos de la catedral. Además de su función como campanario, la torre también sirvió como cárcel del Cabildo hasta el terremoto de Lisboa en 1755.

La Capilla de San Bernardo, fundada en el siglo XIV como panteón privado, alberga la imagen del Cristo de las Injurias, que fue rescatada durante la Guerra de la Independencia. Este Cristo es uno de los objetos de devoción más venerados en la catedral. Además, la catedral conserva una importante colección de tapices y otras piezas de arte, que se pueden ver en el Museo Catedralicio, ubicado en el claustro del edificio.

La Catedral de Zamora ha sido declarada Bien de Interés Cultural desde 1931, siendo uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. Su singularidad y su valor histórico y arquitectónico la convierten en un lugar imprescindible para quienes visitan la ciudad, ofreciendo una visión completa de la evolución del arte románico y gótico en la región. Sin lugar a dudas, la catedral es un emblema de la ciudad y una de las grandes joyas del patrimonio de Castilla y León.


Santo Tomé

La Iglesia de Santo Tomé es una de las construcciones románicas más antiguas y representativas de Zamora, situada en la Plaza de Santo Tomás. Su origen se remonta al siglo XII, cuando formaba parte de un monasterio de fundación real. En 1135, el rey Alfonso VII la cedió al Cabildo de Zamora, y se cree que pudo haber servido como sede provisional de la diócesis durante la construcción de la Catedral. 

Originalmente, la iglesia presentaba una planta basilical de tres naves, pero tras diversas reformas, se transformó en una única nave rectangular cubierta a dos aguas. Conserva de su estructura románica la cabecera con tres ábsides rectangulares, siendo el central de mayor tamaño y casi cuadrado. También se mantienen parte del muro norte y la portada norte con arquivoltas decoradas. En el siglo XIX, se añadió una espadaña en la fachada occidental. 

Después de un periodo de abandono, la iglesia fue restaurada entre 2009 y 2010. Desde julio de 2012, alberga el Museo Diocesano de Zamora, que exhibe una colección de 134 piezas de arte sacro, incluyendo esculturas, pinturas y objetos litúrgicos, ofreciendo una visión integral del patrimonio religioso de la diócesis.


San Juan de Puerta Nueva

La iglesia de San Juan de Puerta Nueva se alza en el costado occidental de la Plaza Mayor de Zamora, junto al trazado del primer recinto amurallado. Su denominación hace referencia a la Porta Nova, la puerta más oriental de aquella muralla, abierta en 1171, junto a la cual se comenzó a edificar este templo románico en la segunda mitad del siglo XII y cuyos trabajos se prolongaron hasta el siglo XIV  

Originalmente, la iglesia contaba con tres naves y tres ábsides cuadrados; sin embargo, tras el hundimiento de su torre en 1559, las obras de reconstrucción de 1564 transformaron el interior en un único espacio. Dos grandes arcos formeros sostienen hoy el sencillo artesonado de madera, testimonio de aquella intervención dieciséis centista que mantuvo, no obstante, parte de la fábrica románica original  

La fachada sur conserva el magnífico rosetón, al que ocho columnillas dispuestas como radios dan ritmo a su tracería lobulada, y que ha sido calificado como uno de los más bellos del románico zamorano. Bajo él se abre la portada, compuesta por triple arquivolta decorada con motivos florales y geométricos, rematada por una chambrana de grandes hojas. La iglesia fue declarada Monumento Histórico en 1961, y hoy únicamente se conservan íntegros los muros meridional y septentrional  

En uno de sus rincones exteriores, junto al ábside sur, se alza la escultura en bronce conocida como El Merlú, obra del artista zamorano Antonio Pedrero Yéboles e inaugurada en 1996. Esta figura representa a dos cofrades —uno con corneta silenciada y otro con tambor— cuya misión es congregar a los hermanos de la Cofradía Jesús Nazareno en la madrugada del Viernes Santo, y simboliza la profunda vinculación de Zamora con su Semana Santa.


Santa María de la Horta

La Iglesia de Santa María de la Horta es una destacada joya del románico en Zamora, construida entre finales del siglo XII y principios del XIII. Su edificación comenzó en 1163 y se completó en el siglo XIII, combinando elementos románicos con influencias del gótico primitivo . 

Originalmente, la iglesia constaba de una sola nave de tres tramos, con un presbiterio recto y una cabecera semicircular, cubierta por bóvedas ojivales. En el siglo XIII, se añadió una torre en la fachada occidental y una nave lateral en el lado sur. A finales del siglo XV, se construyó una capilla funeraria en el costado meridional, cubierta con una bóveda de crucería estrellada . 

El templo fue la sede del priorato de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén en Castilla. Tras la desamortización de Mendizábal en 1837, el convento anexo fue abandonado y posteriormente transformado en una fábrica de electricidad y, más tarde, en una fábrica de alcohol. En 2000, se construyó un hotel en el solar, integrando el único cuerpo conservado del edificio renacentista adosado a la torre de la iglesia . 

La iglesia fue declarada Monumento Nacional en 1931 y es conocida por su ábside semicircular y sus portadas, que presentan una rica y variada decoración en sus capiteles y arquivoltas . 

En el interior, se custodian imágenes de gran devoción popular, como la Virgen de la Salud y el Cristo de la Agonía, que son procesionadas durante las festividades religiosas de la ciudad .


San Vicente Mártir

La Iglesia de San Vicente Mártir es un destacado ejemplo del románico zamorano, situada en el primer ensanche medieval de la ciudad, cerca de la Plaza Mayor y el Teatro Principal. Construida entre finales del siglo XII y principios del XIII, su torre y portada occidental fueron declaradas Monumento Nacional en 1961 . 

Originalmente, el templo presentaba una planta basilical de tres naves y cuatro tramos, con cabecera de triple ábside de testero plano. Sin embargo, reformas posteriores, especialmente en los siglos XVII y XVIII, transformaron su estructura, unificando las naves en una sola y modificando la cabecera. Actualmente, conserva de su fábrica románica los muros laterales y el hastial . 

La torre, considerada una de las más elegantes del románico zamorano, se compone de seis cuerpos separados por cornisas. Los tres inferiores son macizos, mientras que los superiores albergan las campanas, con ventanas de arcos apuntados en número creciente. Remata en un chapitel de pizarra a cuatro aguas, coronado por una aguja octogonal, añadido en 1756 tras ser dañado por un rayo . 

La portada occidental destaca por su rica decoración escultórica. Presenta cuatro arquivoltas ornamentadas con motivos vegetales y figuras animales, algunas de ellas imaginarias, que descansan sobre pilastras y columnas con capiteles también decorados. Esta portada recuerda en su estilo a la de la iglesia de la Magdalena . 

En el interior, el retablo mayor, realizado en 1805 por Pedro Castellote, alberga la imagen de la Virgen de La Concha, patrona de Zamora, flanqueada por San José y San Antonio de Padua. Destaca también el Santo Cristo de la Buena Muerte, obra de Juan Ruiz de Zumeta de 1585, y la capilla de Nuestra Madre de las Angustias, edificada en 1698, que conserva un retablo barroco con una imagen de la Virgen de las Angustias, copia realizada en 1879 por Ramón Álvarez . 

A pesar de estar parcialmente oculta por edificaciones circundantes, la Iglesia de San Vicente Mártir sigue siendo un testimonio vivo del patrimonio histórico y artístico de Zamora.


Santiago del Burgo

La Iglesia de Santiago del Burgo es uno de los templos románicos más representativos de Zamora y una de las pocas iglesias de la ciudad que ha conservado su estructura original desde la Edad Media. Se encuentra situada en la calle Santa Clara, en pleno centro urbano, y destaca por su sobriedad arquitectónica y su valor histórico.

Su construcción comenzó a finales del siglo XI o principios del XII, en un momento de expansión urbana tras la repoblación impulsada por el rey Fernando I. El templo se erigió en el barrio conocido como “El Burgo”, fuera del recinto amurallado original, lo que explica su nombre . 

La iglesia presenta una planta basilical de tres naves divididas en cuatro tramos, sin transepto, y una cabecera compuesta por tres ábsides rectangulares, siendo el central más profundo. Esta disposición es característica del románico zamorano y se observa también en otras iglesias de la ciudad, como San Cipriano o Santo Tomé . 

En el exterior, destacan sus tres portadas, especialmente la del lado sur, que presenta una rica decoración escultórica. La torre campanario se sitúa sobre el tramo occidental de la nave de la Epístola y se integra armoniosamente en el conjunto arquitectónico . 

La importancia histórica y artística de la Iglesia de Santiago del Burgo fue reconocida en 1915, cuando fue declarada Monumento Nacional. Desde entonces, ha sido objeto de diversas restauraciones que han permitido preservar su estructura y elementos decorativos . 

Hoy en día, la iglesia sigue siendo un lugar de culto y un punto de interés para quienes visitan Zamora, ofreciendo una muestra del rico patrimonio románico que caracteriza a la ciudad.


San Andrés

La Iglesia de San Andrés es un destacado templo de origen románico situado en la ciudad de Zamora, España. Inicialmente construida en el siglo XII, fue completamente reedificada entre 1550 y 1570 por iniciativa de Antonio de Sotelo Cisneros, un capitán que participó en la conquista de México junto a Hernán Cortés. Esta reconstrucción introdujo elementos renacentistas y góticos, reflejando la evolución arquitectónica del edificio.  

El diseño del templo presenta una planta rectangular de una sola nave dividida en tres tramos, con una cabecera que alberga dos capillas gemelas comunicadas entre sí. Esta disposición permitía que una capilla estuviera destinada al culto general y la otra reservada para la familia Sotelo. La torre, ubicada en la fachada norte, y parte de la fachada septentrional son elementos que se conservan de la estructura original románica.  

En el interior, destaca el sepulcro de Antonio de Sotelo, una escultura funeraria en alabastro que representa al difunto en posición orante, ataviado con armadura de la época. Esta obra fue realizada por el escultor Pompeo Leoni en los últimos años del siglo XVI. Además, la iglesia alberga otras piezas artísticas significativas, como la imagen de la Virgen de la Saleta, obra de Ramón Álvarez, y la Dolorosa de Ricardo Segundo, que participa en las procesiones de la Semana Santa zamorana.  

La Iglesia de San Andrés se encuentra en la Plaza del Seminario, en el centro histórico de Zamora, y forma parte del rico patrimonio arquitectónico de la ciudad, siendo un testimonio de su historia y evolución artística.


San Cipriano

La Iglesia de San Cipriano es uno de los templos románicos más antiguos y singulares de Zamora, con una historia que se remonta a finales del siglo XI. Situada en el costado oriental del casco antiguo, dentro del primer recinto amurallado, esta iglesia ha sido testigo de múltiples transformaciones a lo largo de los siglos, conservando elementos arquitectónicos de gran valor histórico y artístico.  

Originalmente, la iglesia contaba con una planta de tres naves, de las cuales solo se conserva una en la actualidad. Su cabecera presenta tres ábsides rectangulares, siendo el central más alto y profundo que los laterales. Estos ábsides están decorados con ventanas estrechas enmarcadas por columnas y arquivoltas, algunas de las cuales conservan relieves escultóricos que representan escenas bíblicas como la Resurrección de Cristo y el Sacrificio de Isaac.  

En el interior, destacan los capiteles esculpidos que adornan las columnas del presbiterio y las arcadas ciegas de las paredes. Estos capiteles muestran una variedad de motivos, desde escenas del pecado original hasta representaciones de los Reyes Magos, ofreciendo una rica iconografía románica.

La iglesia ha sido objeto de varias restauraciones a lo largo de su historia, especialmente durante los siglos XIII, XIV y XVIII, y más recientemente en el siglo XX. Estas intervenciones han permitido la conservación y recuperación de elementos originales, así como la incorporación de nuevos detalles que enriquecen su valor patrimonial.

En 1931, la Iglesia de San Cipriano fue declarada Monumento Nacional, reconociendo su importancia como testimonio del románico zamorano y su relevancia en la historia arquitectónica de la ciudad.


San Esteban

La Iglesia de San Esteban, conocida popularmente como Los Padres, es un destacado ejemplo del románico zamorano, situada en la plaza homónima, entre los barrios de San Torcaz, del Burgo y de la Lana. Construida entre finales del siglo XII y principios del XIII, su planta original era basilical, con tres naves de cuatro tramos cada una y una cabecera de tres ábsides rectangulares, similar a la iglesia de Santiago del Burgo. Sin embargo, en el siglo XX, perdió la nave meridional y la torre, quedando actualmente con dos naves, tres tramos, capilla mayor y sacristía . 

El acceso principal se realiza por la portada norte, aunque también cuenta con entradas en las fachadas sur y oeste. El templo fue edificado en sillería caliza y presenta una orientación litúrgica tradicional. En su interior, sufrió importantes reformas durante el siglo XVIII, adoptando un estilo barroco que contrasta con su sobria fachada románica . 

Históricamente, la iglesia estuvo vinculada a un monasterio documentado en 1186, cuando el obispo Guillermo lo cedió a fray García, con la condición de que la comunidad permaneciera allí . Además, fue la sede de la Real Cofradía del Santo Entierro, que tiene previsto recuperar esta sede tras el traslado del Museo Baltasar Lobo al castillo de la ciudad . 

Hoy en día, la Iglesia de San Esteban, aunque desacralizada, sigue siendo un referente del patrimonio histórico y artístico de Zamora, reflejando la evolución arquitectónica y cultural de la ciudad a lo largo de los siglos.


Santa María la Nueva

La Iglesia de Santa María la Nueva es una de las joyas del románico en la ciudad de Zamora, España. Situada en la plaza homónima, en el límite oriental del casco antiguo, se erige como un testimonio de la evolución arquitectónica y social de la región. 

Construida a finales del siglo XI o principios del XII, la iglesia fue inicialmente dedicada a San Román. Sin embargo, en 1158, durante el conocido como Motín de la Trucha, un levantamiento popular contra los nobles, el templo fue incendiado. Según la tradición, el conflicto comenzó cuando un plebeyo, hijo de un zapatero, se resistió a la intención de un criado noble de arrebatarle una trucha que había adquirido en el mercado. Este altercado llevó a la quema de la iglesia mientras los nobles se encontraban reunidos en su interior . 

Posteriormente, la iglesia fue reconstruida por orden real y rebautizada como Santa María la Nueva. A lo largo de los siglos, ha sido un centro de culto y también un lugar de reunión para la nobleza local. 

La iglesia presenta una planta rectangular con una sola nave de tres tramos y una cabecera de ábside semicircular. Su estructura combina elementos del románico pleno en la cabecera y del tardo-románico en el resto del templo, reflejando las modificaciones sufridas tras el incendio . 

En el interior, destaca una pila bautismal del siglo XII, ubicada bajo el cuerpo de la torre. Esta pila, tallada en piedra tosca zamorana, presenta siete arcos labrados con relieves que representan escenas del bautismo de Cristo, figuras de profetas, apóstoles y un ángel turiferario . 

Además, en el muro norte del primer tramo de la nave se conserva una hendidura protegida por una rejilla gótica, conocida como la “hendidura de las Sagradas Formas”. Según la tradición, por esta abertura salieron las Sagradas Formas para alojarse en el Beatario de las Dueñas cuando la iglesia fue incendiada . 

La iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural en 1945, reconociendo su valor histórico y arquitectónico. Hoy en día, Santa María la Nueva sigue siendo un referente del patrimonio románico de Zamora, ofreciendo una ventana al pasado medieval de la ciudad y siendo un punto de interés para residentes y visitantes por igual.


Santa María Magdalena

La Iglesia de Santa María Magdalena es uno de los templos más destacados del románico en la ciudad de Zamora. Situada en la Rúa de los Francos, una de las arterias principales del casco antiguo, su construcción se llevó a cabo entre finales del siglo XII y principios del XIII, con una posible intervención del arquitecto borgoñón Giral Fruchel, conocido por su participación en la finalización de la catedral de Ávila . 

Este templo se caracteriza por su planta basilical de una sola nave, dividida en tres tramos, con un ábside semicircular que alberga la capilla mayor. La iglesia presenta una estructura esbelta, lo que requirió la incorporación de contrafuertes exteriores para reforzar su estabilidad . La torre, adosada al extremo septentrional de la fachada principal, permanece inconclusa, lo que añade un carácter singular al conjunto arquitectónico. 

Una de las características más notables de la iglesia es su decoración escultórica. La portada meridional, que da a la Rúa de los Francos, está adornada con un arco polilobulado flanqueado por arquivoltas que representan escenas del paraíso celestial, rodeadas por capiteles decorados con motivos vegetales y figurados . Además, el interior del templo alberga un sepulcro románico de una dama desconocida, atribuido a la reina Doña Urraca de Portugal, que destaca por su detallada escultura y simbolismo religioso . 

La iglesia fue declarada Monumento Nacional en 1910, reconociendo su valor histórico y artístico. Hoy en día, Santa María Magdalena sigue siendo un referente del patrimonio románico de Zamora, ofreciendo a residentes y visitantes una muestra excepcional de la riqueza arquitectónica y escultórica de la región.


San Pedro y San Ildefonso

La Iglesia de San Pedro y San Ildefonso es uno de los templos más significativos del patrimonio románico de Zamora, destacando por su historia, arquitectura y el valor de las reliquias que alberga.

Construida en el siglo XI por orden del rey Fernando I de León y Castilla, la iglesia se erige sobre los restos de la antigua iglesia visigoda de Santa Leocadia. A lo largo de los siglos, ha sufrido diversas reformas que han modificado su estructura original, aunque conserva elementos románicos destacados. En 1500, fue declarada iglesia arciprestal por Don Juan de Aguilar, y en 1974, fue reconocida como Monumento Nacional .

La iglesia presenta una planta cuadrada irregular con una sola nave de tres tramos reforzada por contrafuertes exteriores. Su cabecera cuenta con un ábside semicircular, y la torre campanario se sitúa a los pies del templo. Entre sus portadas, destaca la del lado sur, con arquivoltas lobuladas semicirculares sobre columnas con capiteles decorados, y la portada occidental, obra del arquitecto Joaquín Benito Churriguera, que remata en una arquería ciega . 

La iglesia alberga las reliquias de San Ildefonso de Toledo, padre de la Iglesia latina, y de San Atilano, primer obispo de Zamora y patrón de la ciudad. Estas reliquias fueron trasladadas a Zamora en el siglo VIII para protegerlas de posibles profanaciones durante la invasión musulmana. En 1260, durante unas obras de ampliación, fueron redescubiertas, lo que llevó a la doble advocación del templo . 

Además de su declaración como Monumento Nacional en 1974, la iglesia es un referente del románico zamorano y un importante centro de culto y patrimonio en la ciudad. 

La Iglesia de San Pedro y San Ildefonso no solo es un testimonio arquitectónico de la evolución del románico en Zamora, sino también un lugar de profunda significación religiosa e histórica, siendo un punto de interés para quienes deseen explorar el legado medieval de la ciudad.


San Isidoro

La Iglesia de San Isidoro se erige como un destacado ejemplo del arte románico en la ciudad de Zamora. Construida en el siglo XII, su fundación se atribuye a Doña Sancha Raimúndez, hermana de Alfonso VII de León, con el propósito de conmemorar el paso de las reliquias de San Isidoro de Sevilla por la ciudad en 1066 . Situada en la Plaza de San Isidoro, junto al Castillo y la Puerta de la Lealtad, la iglesia se integra armoniosamente en el casco histórico de Zamora . 

La iglesia presenta una planta de una sola nave de tres tramos, con cabecera cuadrada y presbiterio rectangular. Su estructura está construida en sillería arenisca, y el exterior se caracteriza por contrafuertes rectangulares y aleros con imposta zamorana sobre canes troncopiramidales . La portada sur, con tres arquivoltas planas sobre una imposta, es un claro ejemplo del románico pleno, mientras que los capiteles vegetales de las ventanas y la portada con cuatro arquivoltas de imposta zamorana son de época tardorrománica . 

En el interior, destaca el arco triunfal, que apea sobre dos capiteles acastillados, y el sepulcro tardorrománico de principios del siglo XIII, ubicado en el muro norte interior del ábside. Este sepulcro presenta un dintel decorado con ángeles turiferarios, palomas y leones, enmarcados por arquillos polilobulados, apoyados en dos haces de columnillas de gusto protogótico . 

Desde 1688, la iglesia alberga la Cofradía del Carmen de San Isidoro, lo que le ha valido el sobrenombre de “El Carmen del Castillo” . A lo largo de los siglos, ha experimentado reformas, como la incorporación de la espadaña en el siglo XVIII, pero mantiene su esencia románica original. Actualmente, la iglesia es un Bien de Interés Cultural y se incluye en las rutas turísticas de la ciudad, siendo un punto de interés para los visitantes que desean conocer el patrimonio histórico y artístico de Zamora .


Santa Lucía

La Iglesia de Santa Lucía en Zamora es uno de los templos más antiguos de la ciudad, con orígenes que se remontan a finales del siglo XII o principios del XIII. Situada en la Plaza de Santa Lucía, en el antiguo barrio medieval de la Puebla del Valle, la iglesia ha sido testigo de la evolución histórica y arquitectónica de Zamora.

La iglesia fue construida en estilo románico puro, con una planta de tres naves. Sin embargo, en el siglo XVII sufrió una reforma que modificó considerablemente su estructura original, reduciendo el número de naves a una sola. A pesar de estas modificaciones, se conservan elementos del románico primitivo, como el muro norte y su alero con canecillos troncocónicos, así como la mitad norte del hastial oeste y su portada ligeramente apuntada . 

El edificio actual presenta una nave única con bóvedas de terrajería del siglo XVIII, decoradas con detalles pintados de traza popular. A los pies de la nave se encuentra un coro alto, y en la cabecera se añadieron una sacristía al sur, con la inscripción “Ánimas”, y una habitación tipo panera al norte . Una característica destacada es la espadaña, construida en 1725 por Manuel Juárez Trancón, que se alza sobre el templo . 

Desde 1989, la iglesia alberga el almacén visitable del Museo Provincial de Zamora, donde se exhiben piezas arqueológicas y artísticas de gran formato, como estelas romanas y elementos arquitectónicos . El 21 de septiembre de 2017, fue declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, reconociendo su valor histórico y arquitectónico .


Santiago el Viejo

La Iglesia de Santiago el Viejo, también conocida como Santiago de los Caballeros o Santiago de las Eras, es uno de los templos románicos más antiguos y pequeños de Zamora. Situada extramuros, cerca del barrio de Olivares y frente al castillo de Zamora, esta iglesia data del siglo XII, aunque su existencia ya era mencionada en documentos de 1168 . 

De planta sencilla y modesta, la iglesia destaca por sus capiteles esculpidos que narran escenas de la vida medieval, incluyendo representaciones de caza y escenas de la vida cotidiana. Estos detalles escultóricos ofrecen una visión única del arte románico y la sociedad de la época .

La iglesia está vinculada a la leyenda de Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como El Cid Campeador. Según el Romancero Zamorano, fue en este templo donde El Cid fue armado caballero por el rey Fernando I de León y Castilla en 1072 . Además, en sus cercanías se encontraba el “Campo de la Verdad”, un lugar donde se celebraban justas y torneos medievales . 

Hoy en día, la Iglesia de Santiago el Viejo es considerada Bien de Interés Cultural y representa una pieza clave del patrimonio histórico y artístico de Zamora. Su ubicación, cerca del castillo y del río Duero, y su rica historia la convierten en un lugar de interés para quienes desean explorar la riqueza cultural de la ciudad.


San Claudio de Olivares

La Iglesia de San Claudio de Olivares, situada en el barrio de Olivares, es uno de los templos románicos más antiguos y destacados de Zamora. Construida a finales del siglo XII, se considera la iglesia románica más antigua de la ciudad que aún se conserva .

Este templo de planta sencilla y modesta destaca por su rica decoración escultórica. Las arquivoltas del pórtico presentan un calendario agrícola, representando las tareas típicas de cada mes, mientras que los capiteles del interior muestran escenas mitológicas y de la vida cotidiana . 

En su interior se venera la imagen del Cristo del Amparo, una escultura anónima del siglo XVII. Esta imagen es el centro de la procesión del Miércoles Santo, conocida como la “Procesión de las Capas Pardas”, organizada por la Hermandad de Penitencia . 

La iglesia fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931 y está considerada Bien de Interés Cultural. Su ubicación junto al río Duero y su rica historia la convierten en un lugar de gran interés para los amantes del arte y la historia medieval.


San Torcuato

La Iglesia de San Torcuato, situada en el corazón de Zamora, es una de las joyas del patrimonio histórico y artístico de la ciudad. Construida en el siglo XVII, destaca por su planta de cruz latina y su impresionante retablo barroco, que adorna la Capilla Mayor y alberga las reliquias de San Boal . 

El templo fue reedificado hacia 1673, siguiendo el modelo de las iglesias barrocas de la época, con una fachada que presenta un relieve de la Trinidad y los fundadores de la Orden Trinitaria, San Juan de Mata y San Félix de Valois . La espadaña de tres vanos que remata el hastial es de fecha posterior al resto de la fachada. 

En el siglo XIII, existía una iglesia románica dedicada a San Torcuato en la misma ubicación. En una excavación arqueológica realizada en 2007, se descubrieron restos de esta antigua iglesia, incluyendo bases de los muros que componían la cabecera del templo y dos tumbas excavadas en roca en su interior . 

La iglesia actual se encuentra junto al antiguo convento de los trinitarios calzados, que actualmente es utilizado por la Universidad. Su ubicación céntrica y su riqueza histórica la convierten en un lugar de gran interés para los visitantes de Zamora.


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