Madrid, villa y corte desde 1561, ha forjado su identidad a través de un entramado urbano que refleja siglos de historia, poder y transformación. Sus calles y plazas no son meros espacios de tránsito, sino escenarios donde se han desarrollado acontecimientos clave de la historia de España y donde la arquitectura y el urbanismo narran la evolución de la ciudad.
Desde la medieval calle del Sacramento, considerada la más antigua de la capital, hasta la emblemática calle de Alcalá, que recorre más de diez kilómetros de historia urbana, cada vía madrileña ofrece una lección de patrimonio y memoria. Las plazas, como la Plaza Mayor o la Puerta del Sol, han sido testigos de celebraciones, proclamaciones y revueltas, consolidándose como puntos neurálgicos de la vida ciudadana.
Este artículo propone un recorrido por algunas de las calles y plazas más significativas de Madrid, destacando su origen, evolución y relevancia en el contexto histórico y cultural de la ciudad. A través de este paseo, se invita al lector a descubrir la riqueza patrimonial que se esconde en cada rincón del entramado urbano madrileño y que damos a conocer con los vídeos del Canal de YouTube.
Plaza Mayor
La Plaza Mayor de Madrid es uno de los lugares más emblemáticos de la capital española, un espacio lleno de historia y vida que se encuentra en el centro del Madrid de los Austrias. Su origen se remonta a la Plaza del Arrabal, una explanada ubicada fuera de las murallas medievales que rodeaban la ciudad.
Fue en 1560 cuando el rey Felipe II ordenó su remodelación y la conversión en una plaza cerrada y ordenada, adecuada a la nueva imagen de la capital del Imperio español. La construcción se llevó a cabo bajo la dirección del arquitecto Juan de Herrera, aunque no fue hasta el reinado de Felipe III cuando se culminó el proyecto, bajo la supervisión del arquitecto Juan Gómez de Mora. La Plaza Mayor se inauguró en 1619, aunque su aspecto actual es fruto de varias reformas a lo largo de los siglos debido a incendios y modificaciones urbanísticas.
En cuanto a su arquitectura, la Plaza Mayor es un claro ejemplo del estilo barroco madrileño. Su planta es rectangular, rodeada por una doble fila de soportales que dan acceso a edificios de viviendas y comercios. Los edificios que circundan la plaza son de ladrillo rojo, con elegantes balcones de hierro forjado, lo que crea una armonía visual.
En el centro de la plaza se encuentra la famosa estatua ecuestre de Felipe III, una obra que data de 1616 y que fue realizada por el escultor Juan de Bolonia, aunque su ejecución final fue supervisada por su discípulo Pietro Tacca. Esta estatua es uno de los elementos más destacados de la plaza, representando al monarca de manera majestuosa y en una postura de liderazgo.
A lo largo de su historia, la Plaza Mayor ha sido escenario de innumerables eventos públicos, desde celebraciones y festejos hasta ejecuciones y representaciones teatrales. En sus primeros tiempos, fue también el lugar donde se celebraban los mercados y las corridas de toros, convirtiéndola en un punto de encuentro vital para los madrileños.
Puerta del Sol
La Puerta del Sol es una de las plazas más emblemáticas de Madrid y un punto de referencia tanto histórico como social, siendo en Kilómetro 0 y el lugar emblemático donde se despide y se da la bienvenida a cada Año.
Situada en el corazón de la capital, ha sido testigo de numerosos acontecimientos a lo largo de los siglos y continúa siendo un lugar de encuentro para madrileños y turistas. Su origen se remonta al siglo XV, cuando era una de las puertas de la muralla de Madrid, orientada hacia el este y decorada con un sol naciente, lo que le dio su nombre.
Durante el siglo XVIII, con las reformas urbanísticas impulsadas por los Borbones, la plaza adquirió mayor importancia como espacio público. A mediados del siglo XIX, se llevaron a cabo nuevas remodelaciones que configuraron su estructura actual. En 1768 finalizó la construcción de la Real Casa de Correos, un edificio neoclásico diseñado por el arquitecto Jaime Marquet. Este edificio se convirtió en sede del Ministerio de Gobernación y más tarde en la actual sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid.
A lo largo de su historia, la Puerta del Sol ha sido escenario de importantes eventos, como la proclamación de la Constitución de 1812, el levantamiento contra las tropas napoleónicas el 2 de mayo de 1808 y la proclamación de la Segunda República en 1931. Su papel en la vida política y social de España la ha consolidado como un lugar de gran relevancia histórica.
Uno de los elementos más conocidos de la plaza es el Kilómetro Cero, una placa situada frente a la Real Casa de Correos que marca el origen de las seis carreteras radiales de España. Fue instalada en 1950 y es uno de los puntos más fotografiados de la ciudad.
El Reloj de la Casa de Correos, construido en 1866 por José Rodríguez de Losada, es famoso por marcar las tradicionales campanadas de Nochevieja en España. La costumbre de tomar las “doce uvas de la suerte” en este lugar comenzó en 1909 y desde entonces se ha convertido en una de las tradiciones más representativas del país.
En el centro de la plaza se encuentra la Estatua ecuestre de Carlos III, una escultura de bronce inaugurada en 1994 en honor al monarca ilustrado Carlos III, quien promovió numerosas reformas urbanísticas en Madrid durante el siglo XVIII.
Otro símbolo icónico es la escultura del Oso y el Madroño, instalada en 1967 y obra del escultor Antonio Navarro Santafé. Representa el escudo de la ciudad de Madrid y se encuentra en la entrada de la Calle de Alcalá, siendo un punto de encuentro habitual para madrileños y visitantes.
Hoy en día, la Puerta del Sol sigue siendo un símbolo de Madrid y un lugar imprescindible para quienes visitan la capital española.
Calle Mayor
La Calle Mayor es una de las arterias históricas más representativas del casco antiguo de Madrid. Con una longitud aproximada de 800 metros, discurre en dirección este-oeste desde la Puerta del Sol hasta la calle Bailén, junto a la Catedral de la Almudena y el Palacio Real. Esta vía ha sido, desde la Edad Media, uno de los ejes principales de la capital, articulando el tránsito entre el centro administrativo y religioso de la ciudad y los antiguos arrabales occidentales. Su trazado actual responde a diversas transformaciones urbanas acometidas desde el siglo XV hasta la actualidad, conservando aún numerosos testimonios arquitectónicos y culturales de su evolución.
En época medieval, la Calle Mayor era conocida como el camino que unía el desaparecido Alcázar Real con la Puerta de Guadalajara, una de las antiguas entradas de la muralla cristiana. Durante los siglos XVI y XVII, se convirtió en el centro neurálgico de la villa, albergando los principales talleres de platería y comercio de lujo, razón por la cual parte de su trazado era conocido como la calle de la Platería. En este periodo, y especialmente durante los Austrias, se consolidó como escenario de procesiones, desfiles y ceremonias reales. Tras el establecimiento de la Corte en Madrid en 1561, su importancia se incrementó notablemente.
El trazado de la Calle Mayor conserva aún varios inmuebles de notable interés histórico y arquitectónico. Uno de los más destacados es la Casa de la Villa, antiguo Ayuntamiento de Madrid, situado junto a la Plaza de la Villa. En el número 1 de la calle se levanta la Casa Cordero, construida en 1842, considerada una de las primeras viviendas con locales comerciales integrados en planta baja, testimonio del Madrid isabelino. Otro inmueble significativo es la Casa Palazuelo, obra de Antonio Palacios (1919), ejemplo temprano de edificio comercial en el centro urbano. También debe mencionarse el Edificio de la Compañía Colonial, de estilo modernista (1906–1909), premiado por el Ayuntamiento de Madrid en 1908.
A lo largo de la calle se suceden también pequeños comercios tradicionales, cafés, librerías y pastelerías históricas que contribuyen a preservar el carácter de la zona. Uno de los tramos más destacados es el comprendido entre la Plaza Mayor y la Plaza de la Villa, donde aún se respira el ambiente de la villa barroca, con edificios de tres y cuatro alturas, balcones de forja y soportales de piedra. Al final de la calle, en su confluencia con la calle Bailén, se abre una amplia vista hacia la fachada oriental de la Catedral de la Almudena y los jardines del Palacio Real, rematando de forma monumental este itinerario histórico.
La Calle Mayor ha sido también espacio de tensiones políticas y sociales. Durante la Guerra Civil Española, entre 1936 y 1939, fue rebautizada como calle Mateo Morral en honor al anarquista que atentó contra Alfonso XIII en 1906. Este episodio, junto con otros acontecimientos que han tenido lugar en su entorno, subraya la dimensión simbólica de esta vía, reflejo de las distintas etapas de la historia madrileña. Actualmente, la Calle Mayor es un eje turístico, patrimonial y comercial que permite al visitante recorrer la evolución urbana de Madrid desde la Edad Media hasta el presente, en un trazado que conserva el pulso de la ciudad histórica.
Plaza de la Villa
La Plaza de la Villa, situada en el corazón del Madrid de los Austrias, conserva un marcado carácter histórico que remonta a la Edad Media, cuando era un punto neurálgico de la ciudad. Este espacio ha sido testigo de importantes cambios a lo largo de los siglos y es hogar de algunos de los edificios más representativos de la arquitectura madrileña. Su disposición y los edificios que la rodean reflejan la evolución de la ciudad desde la Edad Media hasta el siglo XVIII.
Uno de los elementos más antiguos de la plaza es la Casa y Torre de los Lujanes, construida en el siglo XV en un estilo gótico-mudéjar. La torre de planta cuadrada y rematada por una pequeña cúpula es uno de los vestigios más significativos del pasado medieval de Madrid. Se dice que fue en esta casa donde, tras su captura en la batalla de Pavía, el rey Francisco I de Francia fue prisionero durante un tiempo, lo que añade un valor histórico a este edificio, que sigue siendo uno de los más antiguos de la ciudad.
En el lado sur de la plaza se encuentra la Casa de Cisneros, un edificio renacentista erigido en 1537 por Benito Jiménez de Cisneros, sobrino del cardenal Cisneros. Su arquitectura plateresca, con detalles decorativos típicos del Renacimiento, añade una gran riqueza visual a la plaza. A lo largo de los siglos, la Casa de Cisneros ha experimentado varias reformas, pero su estructura sigue siendo un testimonio de la opulencia y el poder de los tiempos en que fue construida.
La Casa de la Villa, otro de los edificios prominentes en la plaza, fue edificada entre 1645 y 1692 en estilo barroco y sirvió como sede del Ayuntamiento de Madrid hasta 2007. Su fachada, diseñada por el arquitecto Juan de Villanueva en 1789, muestra una elegante galería de columnas toscanas que le confiere un aire solemne. Este edificio ha sido parte fundamental en la historia administrativa de la ciudad, y su presencia en la plaza destaca por su imponente arquitectura.
En el centro de la Plaza de la Villa se encuentra el Monumento a Álvaro de Bazán, marino y capitán general de la Armada Española. Esta estatua de bronce, inaugurada en 1891, representa a Bazán pisando una bandera turca y portando una bengala, símbolo de su liderazgo en la Armada. La escultura fue realizada por el escultor Mariano Benlliure y rinde homenaje a la figura de Bazán, quien jugó un papel crucial en la historia naval de España.
En conjunto, la Plaza de la Villa ofrece una rica narrativa de la historia de Madrid a través de su arquitectura y monumentos. Desde su origen medieval hasta los vestigios de épocas posteriores, es un lugar que sigue siendo un referente de la ciudad, donde el pasado y el presente se encuentran de manera armónica.
Calle de Madrid
La calle de Madrid es una de las más breves del casco histórico de la capital española. Situada en el barrio de Palacio, en el distrito Centro, conecta la calle del Duque de Nájera con la Plaza de la Villa. Su corta extensión y su ubicación estratégica la convierten en un punto de paso entre importantes enclaves históricos de la ciudad.
En el siglo XIX, el cronista Ramón de Mesonero Romanos la describió como un “mezquino callejón que con el pomposo nombre de calle de Madrid corre a espaldas de las Casas Consistoriales”. Por su parte, Pedro de Répide señaló que su brevedad y angostura impedían el paso de carruajes y que carecía de portales que se abrieran a ella.
Una característica destacada de esta calle es el pasadizo elevado que conecta la Casa de la Villa con la Casa de Cisneros. Este pasaje, de estilo plateresco, fue añadido a principios del siglo XX durante las reformas urbanísticas del área. Su presencia añade un elemento arquitectónico singular a esta vía, que, a pesar de su tamaño reducido, alberga una rica historia y forma parte del patrimonio arquitectónico de Madrid.
En resumen, la calle de Madrid es un ejemplo de cómo incluso las vías más pequeñas pueden tener una gran carga histórica y arquitectónica, reflejando la evolución de la ciudad a lo largo de los siglos.
Plaza de España
Antes de su última reforma, finalizada en 2021, la Plaza de España de Madrid era un espacio urbano caracterizado por su diseño geométrico y funcional, con áreas ajardinadas y elementos arquitectónicos emblemáticos. En el centro de la plaza se encontraba el Monumento a Cervantes, inaugurado en 1929, que rendía homenaje al autor con esculturas de Don Quijote y Sancho Panza, acompañadas por una figura sentada de Cervantes y otras representaciones alegóricas.
La plaza estaba flanqueada por dos de los rascacielos más representativos de Madrid: el Edificio España, de estilo neoherreriano y art déco, construido en 1953, y la Torre de Madrid, finalizada en 1957. Ambos edificios, diseñados por los hermanos Otamendi, dominaban el paisaje urbano y se convirtieron en símbolos del Madrid de mediados del siglo XX.
El diseño original de la plaza, realizado en 1917, presentaba una disposición de seis parterres subdivididos para facilitar la circulación de los viandantes, con un espacio central cuadrado destinado a albergar una fuente. Sin embargo, con el paso del tiempo, la plaza fue perdiendo vitalidad y se convirtió en un área con tráfico denso y limitada accesibilidad peatonal, lo que motivó su posterior remodelación para adaptarse a las necesidades contemporáneas de la ciudad.
La Plaza de España es uno de los espacios urbanos más representativos de la Villa de Madrid, situada en el extremo occidental de la Gran Vía y conectando con la calle Princesa. Su configuración actual data de mediados del siglo XX, aunque su origen se remonta a finales del siglo XIX, cuando se proyectó como un gran espacio abierto dentro del ensanche de la ciudad.
El área donde se encuentra la Plaza de España estuvo ocupada en el siglo XVIII por los jardines del Noviciado de los Jesuitas. Tras la expulsión de la orden en 1767, los terrenos pasaron por diversas manos hasta que, en el siglo XIX, fueron integrados en los planes de expansión urbana de Madrid. Con la apertura de la Gran Vía en el siglo XX, se proyectó la urbanización definitiva de la plaza, consolidándose su diseño en la década de 1950. En 2019 se inició una profunda remodelación para mejorar su accesibilidad y convertirla en un espacio más peatonal, reforzando su conexión con la Casa de Campo y los Jardines de Sabatini.
En el centro de la plaza se encuentra el Monumento a Miguel de Cervantes, cuya construcción comenzó en 1929 y finalizó en 1957. Diseñado por el arquitecto Rafael Martínez Zapatero y el escultor Lorenzo Coullaut Valera, el conjunto monumental está compuesto por una gran estructura de piedra coronada por una estatua de Cervantes, mientras que en la base se encuentran las esculturas de Don Quijote y Sancho Panza, acompañados de figuras alegóricas de otros personajes cervantinos, como Dulcinea.
Uno de los edificios más emblemáticos de la plaza es el Edificio España, construido entre 1948 y 1953 por el arquitecto Julián Otamendi. Con sus 117 metros de altura y 26 plantas, es una muestra del estilo neobarroco con influencias expresionistas. A lo largo del tiempo ha tenido diversos usos, albergando oficinas, viviendas y comercios, y en la actualidad funciona como el hotel Riu Plaza España.
Junto al Edificio España se encuentra la Torre de Madrid, otro de los rascacielos icónicos de la plaza. Diseñada por los arquitectos Julián y José María Otamendi y construida entre 1954 y 1960, alcanzó una altura de 142 metros, lo que la convirtió en el edificio más alto de España en su época. Su diseño responde a los principios del racionalismo arquitectónico, con una estructura funcional de líneas sobrias. Actualmente alberga viviendas, oficinas y un hotel.
En el lado suroeste de la plaza se encuentra la Casa Gallardo, un destacado ejemplo de la arquitectura modernista madrileña. Construida entre 1911 y 1914 por el arquitecto Federico Arias Rey, el edificio destaca por su elaborada ornamentación en la fachada y su imponente cúpula. En 1997 fue declarado Bien de Interés Cultural.
Otro edificio notable es el de la Compañía Asturiana de Minas, situado en el lado sureste de la plaza. Construido entre 1895 y 1899 por Manuel Martínez Ángel, su diseño sigue una estética ecléctica con influencias neorrenacentistas. Su fachada de ladrillo y piedra le confiere un carácter monumental que contrasta con los edificios más modernos de la plaza.
La Plaza de España ha sido objeto de diversas remodelaciones a lo largo de su historia, siendo la última gran intervención la realizada entre 2019 y 2021. Esta reforma priorizó la peatonalización del espacio y mejoró su conexión con la Gran Vía, el Templo de Debod y los jardines del Palacio Real. Actualmente, la plaza sigue siendo un punto de referencia clave en la ciudad, tanto a nivel arquitectónico como turístico y cultural.
Plaza de Oriente
La Plaza de Oriente, ubicada en el corazón de Madrid, es uno de los espacios urbanos más representativos de la ciudad, especialmente por su ubicación entre el imponente Palacio Real y el Teatro Real. Su creación comenzó en 1844 bajo la dirección del arquitecto Narciso Pascual y Colomer, aunque su origen se remonta a la época de José I Bonaparte, cuando se comenzaron a derribar las edificaciones medievales para abrir espacio a un gran proyecto urbanístico. El diseño definitivo de la plaza, que toma su forma rectangular con una cabecera curvada, fue establecido durante el reinado de Isabel II. Esta plaza monumental es un ejemplo destacado de la planificación urbana del siglo XIX, que armoniza arquitectura, escultura y jardines.
Uno de los elementos más sobresalientes de la Plaza de Oriente es el Monumento a Felipe IV, una escultura ecuestre creada por Pietro Tacca. Esta obra es histórica no solo por su tamaño, sino por su innovación: es la primera estatua ecuestre del mundo que representa a un caballo sosteniéndose sobre sus patas traseras, un hecho logrado gracias a los cálculos de Galileo Galilei. Además de esta imponente estatua, la plaza alberga una serie de estatuas de los reyes españoles, dispuestas en dos hileras a ambos lados del monumento central, que dan testimonio del legado monárquico de España.
En cuanto a los jardines, la Plaza de Oriente está rodeada de espacios ajardinados que complementan su diseño monumental. Los jardines actuales fueron diseñados en 1941, con un diseño cuadricular que realza la simetría de la plaza y enmarca las esculturas y el monumento central.
Sin embargo, la zona ajardinada no se limita solo a la plaza en sí, sino que se extiende a lo largo de varios espacios cercanos. Entre ellos, destacan los Jardines de Lepanto, ubicados al norte de la plaza, que fueron diseñados para ofrecer un respiro verde a los habitantes de Madrid. Estos jardines, creados en el siglo XIX, presentan una disposición formal que armoniza con la estética de la plaza, y son un lugar de descanso y disfrute visual.
A poca distancia de la Plaza de Oriente se encuentran también los Jardines del Cabo Noval, un pequeño y agradable espacio verde que conecta la plaza con el entorno del Palacio Real. Estos jardines, aunque más reducidos en tamaño, ofrecen un espacio tranquilo para el paseo y complementan perfectamente el ambiente majestuoso de la zona, creando una transición natural entre los monumentos y el entorno más íntimo de la ciudad. Ambos jardines, junto con los de la Plaza de Oriente, contribuyen a la riqueza paisajística de este área tan significativa de Madrid.
En términos de patrimonio histórico, la plaza ha sido testigo de importantes descubrimientos arqueológicos. Durante las obras de remodelación en la década de 1990, se encontraron vestigios de la Casa del Tesoro medieval y una atalaya islámica del siglo XI, conocida como la “Torre de los Huesos”, que formaba parte de la muralla cristiana de Madrid. Estos restos, que se conservan en el aparcamiento subterráneo de la plaza, añaden una dimensión histórica fascinante al espacio, conectando la plaza con el pasado medieval de la ciudad.
La remodelación más reciente de la Plaza de Oriente, llevada a cabo en 1996 bajo la dirección del arquitecto Miguel de Oriol e Ybarra, incluyó la peatonalización de la calle de Bailén, la creación de un aparcamiento subterráneo y la reorganización de los jardines. Estas reformas mejoraron la accesibilidad y la integración de la plaza con su entorno monumental, haciendo de ella un punto de encuentro esencial para madrileños y turistas por igual. Hoy en día, la Plaza de Oriente no solo sigue siendo un sitio de gran belleza arquitectónica, sino también un referente cultural y turístico en la ciudad de Madrid.
Plaza de Isabel II
La Plaza de Isabel II, más conocida como Plaza de Ópera, se encuentra situada en el corazón de Madrid, en el distrito Centro, entre los barrios de Palacio y Sol. Esta emblemática plaza recibe su nombre en honor a Isabel II, la reina que gobernó España durante gran parte del siglo XIX. La plaza, sin embargo, tiene una historia que se remonta a siglos anteriores, ya que originalmente en este espacio se encontraba la conocida Fuente de los Caños del Peral, que dio nombre a la zona. Esta fuente, construida en el siglo XVI, fue un importante abastecedor de agua para los habitantes de la ciudad, y permaneció en el lugar hasta 1809. Con la ocupación de Madrid por parte de los franceses, la fuente fue desmantelada y quedó soterrada en los años posteriores.
En 1850, bajo el reinado de Isabel II, se emprendió la construcción del Teatro Real, que se erigió sobre el lugar donde antes se encontraba la fuente. Este teatro se convirtió en uno de los principales centros de la lírica en España, inaugurándose con gran pompa y convirtiéndose en un referente cultural de la capital. La plaza, que ya había sido remodelada, se fue configurando como un importante centro de la vida madrileña, especialmente debido a la magnitud del teatro, que preside el espacio.
En el centro de la plaza, se erige la Estatua de Isabel II, que fue colocada en 1868, aunque su presencia en la plaza no fue permanente debido a los cambios políticos. Tras la Revolución Gloriosa de ese mismo año, la estatua fue retirada y colocada en el interior del Teatro Real, hasta que, en 1905, regresó a su lugar original. La figura ecuestre de la reina es ahora uno de los elementos más reconocidos de la plaza, siendo una parada obligatoria para quienes visitan esta zona histórica de Madrid.
Además del Teatro Real y la estatua, la plaza es notable por su proximidad a otros importantes puntos turísticos de la ciudad, como el Palacio Real y la Plaza de Oriente. Su ubicación en una de las zonas más antiguas de Madrid, sumada a su papel como nudo de comunicaciones, hace que sea un punto clave para el tránsito tanto de residentes como de turistas.
La estación de metro Ópera, que da nombre a la plaza, facilita el acceso al lugar, conectando varias líneas del metro. A lo largo de los años, la Plaza de Isabel II ha sido escenario de numerosos eventos y celebraciones culturales, consolidándose como un lugar clave dentro del tejido urbano de Madrid. Su rica historia y sus monumentos hacen de este espacio un testimonio vibrante del legado histórico y cultural de la ciudad.
Plaza del Rey
La Plaza del Rey es un espacio público situado en el barrio de Chueca, en el centro de Madrid. Se encuentra en un lateral del primer tramo de la Gran Vía, delimitada por la calle Barquillo y la calle de las Infantas.
Históricamente, la plaza ha recibido diversas denominaciones. Antes de 1800, era conocida como Plaza del Almirante, debido a la proximidad de la residencia del príncipe de la Paz. Posteriormente, se le atribuyeron nombres como Plaza del Circo, en referencia al circo ecuestre y de saltimbanquis que existió en 1841. La actual denominación, Plaza del Rey, se estableció en honor a la proclamación de Fernando VII como rey de España en 1808.
Uno de los elementos más destacados de la plaza es la Casa de las Siete Chimeneas, un edificio histórico construido en 1577 que actualmente alberga el Ministerio de Educación y Cultura. La construcción debe su nombre a las siete chimeneas que adornan su tejado, las cuales, según la tradición, representan los siete pecados capitales.
En el centro de la plaza se erige una estatua dedicada al teniente de infantería Jacinto Ruiz y Mendoza, héroe del levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra la ocupación francesa. Esta escultura rinde homenaje a su valentía y contribución a la historia de España.
Plaza de la Marina Española
La Plaza de la Marina Española se encuentra en el barrio de Palacio, en el centro histórico de Madrid, y es un espacio de gran valor tanto arquitectónico como histórico. Esta plaza alberga algunos de los edificios más representativos de la ciudad, que reflejan distintas épocas y estilos arquitectónicos, lo que la convierte en un lugar de interés para los visitantes y un símbolo de la evolución de la capital española.
Uno de los edificios más destacados de la plaza es el Palacio del Senado, un imponente edificio de estilo neoclásico que data de principios del siglo XIX. Originalmente, el edificio fue el colegio convento de doña María de Aragón, diseñado por Francisco de Mora a finales del siglo XVI. Sin embargo, tras la desamortización de José Bonaparte en 1809, el convento fue transformado para albergar las instituciones parlamentarias de España. Su fachada, con columnas y detalles ornamentales, refleja la majestuosidad de la arquitectura neoclásica, y hoy en día es la sede del Senado de España, uno de los centros más importantes de la política nacional.
Junto al Palacio del Senado se encuentra el Palacio del Marqués de Grimaldi, también conocido como el Palacio de Godoy. Este edificio fue proyectado por el arquitecto Francesco Sabatini entre 1776 y 1782 por orden del rey Carlos III, quien lo destinó inicialmente como residencia del primer secretario de Estado. El palacio, de estilo neoclásico, destaca por su simetría y elegancia. Actualmente, alberga el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, un organismo dependiente del Ministerio de la Presidencia del Gobierno de España. Su arquitectura imponente y bien conservada contribuye a la estética de la plaza.
En el centro de la plaza, se erige el Monumento a Antonio Cánovas del Castillo, un obelisco conmemorativo dedicado a este político y escritor español, una de las figuras más influyentes de la Restauración. El monumento, de estilo neoclásico, está rodeado de jardines, lo que aporta un ambiente de serenidad y reflexión en medio del bullicio urbano.
La Plaza de la Marina Española, con sus edificios históricos y espacios ajardinados, ofrece un punto de encuentro entre el Madrid clásico y el Madrid contemporáneo, siendo un lugar de paso esencial en la ciudad, que combina la monumentalidad de sus edificios con la tranquilidad de sus espacios verdes.
Plaza del Callao
La Plaza del Callao es uno de los espacios más emblemáticos y transitados del centro de Madrid. Situada en el barrio de Sol, dentro del distrito Centro, se encuentra al final de la calle del Carmen, dividiendo en dos tramos la calle Preciados y dando inicio al tercer tramo de la Gran Vía, que concluye en la Plaza de España. Su ubicación estratégica la convierte en un punto neurálgico que conecta importantes vías comerciales, culturales y turísticas. Su nombre rinde homenaje al combate naval del Callao, ocurrido en 1866 durante la Guerra Hispano-Sudamericana.
El origen de la plaza se inscribe en el contexto de la construcción de la Gran Vía, un ambicioso proyecto urbanístico iniciado en 1910 para modernizar el centro histórico de Madrid. Las obras de urbanización de la plaza comenzaron en 1917 y concluyeron en 1922, aunque su entrega oficial se realizó en 1927. Desde su inauguración, la Plaza del Callao ha experimentado sucesivas transformaciones, incluyendo la peatonalización completa en 2009, que la convirtió en un espacio más accesible y agradable para los peatones y visitantes.
Entre los edificios de interés que rodean la Plaza del Callao destacan varias construcciones emblemáticas. El Edificio Carrión, también conocido como Edificio Capitol, construido entre 1931 y 1933 por los arquitectos Luis Martínez-Feduchi y Vicente Eced y Eced, es una obra maestra del estilo art déco madrileño. Su característica fachada curva y la icónica publicidad luminosa de Schweppes lo han convertido en un símbolo visual de la ciudad. Otro edificio destacado es el Palacio de la Prensa, proyectado por Pedro Muguruza y terminado en 1928, un imponente inmueble de 14 plantas que en su momento fue el más alto de Madrid, albergando cines, oficinas y sedes culturales.
También son de gran interés los Cines Callao, inaugurados en 1927 y diseñados por el arquitecto Luis Gutiérrez Soto en un estilo que combina influencias art déco con elementos de la arquitectura regionalista. Estos cines siguen siendo escenario de estrenos cinematográficos y eventos públicos. A esto se suma el Edificio La Adriática, proyectado en 1926 por Luis Sainz de los Terreros, cuya elegante fachada y su torreón rematado en cúpula lo convierten en una de las esquinas más reconocibles de la plaza. Otro edificio relevante es el que hoy ocupa la FNAC Callao, ubicado en el antiguo inmueble de las Galerías Preciados, que ofrece una completa oferta de productos culturales y tecnológicos.
La Plaza del Callao es, además, un importante centro de actividad comercial, cultural y turística. A lo largo del año, acoge eventos al aire libre, proyecciones y actividades públicas, contribuyendo al dinamismo de la vida urbana madrileña.
Calle Preciados
La Calle Preciados es una de las vías más emblemáticas y concurridas del corazón de Madrid. Se extiende desde la Puerta del Sol hasta la Plaza de Santo Domingo, atravesando la Plaza de Callao, en pleno distrito Centro. Actualmente es una calle peatonal y constituye uno de los principales ejes comerciales de la capital española, caracterizada por su animado ambiente, su alta densidad de tiendas y su constante tránsito de peatones. Es uno de los espacios más representativos de la actividad comercial madrileña y, por extensión, de toda España.
El origen de su nombre se remonta al siglo XV, cuando dos hermanos apellidados Preciado adquirieron terrenos en esta zona, entonces situada a las afueras de la villa de Madrid, para construir sus viviendas. Ambos ejercían el oficio de almotacenes, funcionarios municipales encargados de controlar las medidas y pesos en los mercados. La presencia de estos hermanos dio lugar al nombre de la calle, que se ha mantenido hasta nuestros días. Desde entonces, Preciados ha sido testigo de la evolución urbana de Madrid, pasando de una periferia residencial a un centro urbano de primer orden.
Uno de los momentos más relevantes de su historia reciente fue la inauguración, en 1943, de las Galerías Preciados por el empresario Pepín Fernández. Estos grandes almacenes representaron una revolución comercial en España, convirtiéndose en uno de los símbolos del consumo moderno. Aunque las Galerías cerraron en 1995 tras su absorción por El Corte Inglés, su memoria perdura como un hito del desarrollo económico y social del siglo XX en Madrid.
Actualmente, la Calle Preciados alberga numerosos comercios, entre ellos importantes establecimientos como El Corte Inglés, con su edificio principal en el número 3 de la calle, y la tienda FNAC en la confluencia con la Plaza de Callao.
Plaza de la Luna
La Plaza de la Luna, cuyo nombre oficial es Plaza de Santa María Soledad Torres Acosta, se encuentra en el barrio de Universidad, dentro del distrito Centro de Madrid. Situada entre las calles de San Bernardo, Fuencarral y la Gran Vía, debe su denominación popular a la cercana calle de la Luna. Su historia está vinculada al antiguo arrabal de San Martín, y la configuración actual de la plaza se consolidó tras el derribo del palacio de Monistrol en 1970. Este palacio había sido en el siglo XVIII la sede del Banco de San Carlos, antecesor del actual Banco de España, y albergó también el Teatro Buenavista desde 1837. Durante el siglo XX, especialmente en los años ochenta, la plaza fue conocida por los Cines Luna y también por problemas de degradación urbana, incluyendo la prostitución callejera.
En el año 2007, el Ayuntamiento de Madrid promovió una completa remodelación de la Plaza de la Luna, realizada por los arquitectos Isabel Barbas y Ben Busche, del estudio Brut Deluxe. La intervención transformó radicalmente el espacio, nivelando el terreno, instalando fuentes de chorro a ras del suelo, creando zonas de juegos infantiles y colocando un jardín vertical en uno de sus laterales. Con esta renovación, la plaza adquirió un carácter moderno y funcional, convirtiéndose en un lugar de encuentro para actividades culturales y comerciales, como mercados navideños o la instalación de pistas de patinaje en invierno.
Por último, la Plaza de la Luna ha sido objeto de leyendas urbanas y manifestaciones artísticas. En el proyecto artístico internacional “Kcymaerxthaere”, del artista Eames Demetrios, se ha descrito simbólicamente como una “puerta interestelar” hacia una dimensión alternativa denominada Umbraesfera, reflejando así el carácter onírico que sugiere su nombre popular. En conjunto, la Plaza de la Luna combina historia, modernidad y cultura urbana, reflejando la evolución social y arquitectónica del centro de Madrid.
Plaza del Dos de Mayo
La Plaza del Dos de Mayo es una emblemática plaza situada en el barrio de Malasaña, en el distrito Centro de Madrid. Su nombre conmemora el levantamiento popular del 2 de mayo de 1808 contra la ocupación francesa, un episodio clave que marcó el inicio de la Guerra de la Independencia Española. La plaza se encuentra en el mismo lugar donde se erigía el antiguo Cuartel de Monteleón, escenario de la heroica resistencia de los capitanes Daoíz y Velarde.
En el centro de la plaza se alza un monumento neoclásico que representa la entrada del cuartel de Monteleón, con una escultura en mármol de los héroes Daoíz y Velarde, tallada por Antonio Solá Llansas en 1831. Esta obra ha sido objeto de actos de vandalismo a lo largo de los años, perdiendo su espada y siendo a menudo sustituida por objetos como latas o botellas de cerveza .
La plaza fue inaugurada el 1 de mayo de 1869, tras la demolición del convento de las Maravillas y parte del palacio de los duques de Monteleón. En su diseño se incorporó el arco monumental que daba acceso al antiguo cuartel, restaurado para preservar la memoria histórica del lugar .
En la actualidad, la Plaza del Dos de Mayo es un punto de encuentro popular, especialmente entre los jóvenes, y un lugar de referencia en el barrio de Malasaña. Su ambiente animado y su rica historia la convierten en un espacio emblemático de la ciudad. Aquí tratamos esta plaza en la siguiente Entrada del Blog.
Plaza de las Cortes
La Plaza de las Cortes es una emblemática plaza situada en el centro de Madrid, entre la Carrera de San Jerónimo y el Paseo del Prado. Su nombre hace referencia al Congreso de los Diputados, que se encuentra en la plaza, y alude a las Cortes Generales, el parlamento bicameral de España. La plaza ha sido testigo de importantes momentos históricos y políticos desde su creación.
En el siglo XIX, el lugar albergaba el convento del Espíritu Santo. Tras su destrucción en 1823, el espacio se destinó a sede del Congreso de los Diputados. El actual Palacio de las Cortes, sede del Congreso, fue inaugurado en 1850 y diseñado por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer en estilo neoclásico. Su fachada destaca por un pórtico con columnas corintias y una gran puerta de bronce que se abre únicamente en ocasiones solemnes. Además, en la plaza se erige una estatua de Miguel de Cervantes, costeada por el comisario de Cruzada Manuel Fernández Varela en 1834.
A lo largo de los años, la plaza ha sufrido diversas remodelaciones. En 2005, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, encargó a los arquitectos Siza Hernández de León y Riaño Rueda y Terán un proyecto de remodelación que amplió las aceras y mejoró el entorno de la plaza. Durante las obras, en 2009, se descubrió una cápsula del tiempo en la base de la Estatua de Cervantes, que contenía ejemplares del Quijote y otros documentos históricos. Tras la remodelación, la estatua se reubicó en el centro de la plaza.
La Plaza de las Cortes es un lugar de gran interés histórico y arquitectónico, que combina la majestuosidad de su entorno con la actividad política que se desarrolla en el Congreso de los Diputados. Es un punto de encuentro para locales y turistas que desean conocer más sobre la historia y la vida política de España.
Plaza de la Lealtad
La Plaza de la Lealtad, situada en el Paseo del Prado de Madrid, es un espacio de gran relevancia histórica y simbólica. En su centro se erige el Monumento a los Caídos por España, un obelisco de aproximadamente 30 metros de altura diseñado por Isidro González Velázquez. Este monumento fue inaugurado el 2 de mayo de 1840 para conmemorar a los madrileños que perdieron la vida durante el levantamiento contra las tropas napoleónicas en 1808 .
El monumento alberga un sarcófago que contiene las cenizas de los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde, así como del teniente Jacinto Ruiz y otros ciudadanos que fueron ejecutados en el lugar por orden del general Murat tras el levantamiento del 2 de mayo . En 1985, el rey Juan Carlos I reinauguró el monumento, ampliando su dedicatoria a todos los que dieron su vida por España, y se incorporó una llama votiva que arde permanentemente como símbolo de recuerdo y respeto .
Cada 12 de octubre, Día de la Fiesta Nacional, los Reyes de España acuden al monumento para rendir homenaje a los caídos, depositando una corona de flores en una ceremonia oficial que destaca la importancia del lugar en la memoria colectiva del país .
La plaza está rodeada por edificios emblemáticos como el Palacio de la Bolsa y el Hotel Ritz, y junto al Paseo del Prado y los museos más famosos de Madrid. como son el Museo del Prado o el Thyssen - Bornemisza y que tratamos en esta Entrada del Blog.
Plaza de Cibeles
La Plaza de Cibeles es uno de los lugares más emblemáticos de Madrid, situada en el cruce de importantes avenidas como el Paseo del Prado, la calle de Alcalá y el Paseo de Recoletos. Su forma circular la convierte en un punto central de la ciudad, rodeada de edificios de gran valor arquitectónico e histórico.
En el centro de la plaza se encuentra la famosa Fuente de Cibeles, que fue inaugurada en 1782 y diseñada por el arquitecto Ventura Rodríguez. La escultura representa a la diosa frigia Cibeles, rodeada por leones y situada en un carro tirado por estos animales. Este monumento originalmente servía para abastecer de agua a la ciudad, pero con el tiempo se ha convertido en un emblema cultural y artístico de Madrid, siendo restaurado varias veces, la última en 2016.
La Plaza de Cibeles está flanqueada por varios edificios representativos de la ciudad. Al oeste se encuentra el Banco de España, un imponente edificio de estilo neoclásico inaugurado en 1891, que ha sido ampliado en varias ocasiones.
Al este, el Palacio de Linares, construido en 1900, es actualmente la sede de la Casa de América, una institución dedicada a la promoción de la cultura iberoamericana. En el norte de la plaza se halla el Palacio de Buenavista, construido en 1777, que alberga el Cuartel General del Ejército de Tierra.
Finalmente, al sur, destaca el Palacio de Cibeles, también conocido como Palacio de Comunicaciones, inaugurado en 1919 y que, tras su rehabilitación, alberga el Ayuntamiento de Madrid y el centro cultural CentroCentro.
Plaza de Pontejos
La Plaza de Pontejos, ubicada en el corazón de Madrid, a escasos metros de la Puerta del Sol, es un espacio con una rica historia que se remonta al siglo XIX. Su origen se sitúa en 1841, tras el derribo del Claustro de San Felipe, lo que permitió la creación de esta plaza que pronto se convirtió en un punto neurálgico del centro madrileño .
El nombre de la plaza rinde homenaje a Joaquín Vizcaíno, marqués viudo de Pontejos y alcalde corregidor de Madrid, reconocido por su labor filantrópica y por ser uno de los fundadores de la primera caja de ahorros de España .
En el centro de la plaza se erige una fuente monumental inaugurada en 1849, diseñada por el arquitecto Isidoro Llanos y el escultor Francisco Pérez del Valle. Esta fuente, construida con granito y piedra blanca de Colmenar, está coronada por un busto en bronce del marqués y fue originalmente un pilón de aguadores que estuvo en la Puerta del Sol .
Desde sus inicios, la Plaza de Pontejos ha sido conocida por albergar comercios dedicados a la mercería y la costura, convirtiéndose en un referente para profesionales y aficionados del sector. Establecimientos emblemáticos, como los Almacenes Pontejos, han resistido el paso del tiempo, manteniendo viva la tradición comercial de la zona .
Plaza de Cascorro
La Plaza de Cascorro, situada entre los barrios de La Latina y Embajadores en el distrito Centro de Madrid, es un lugar emblemático que combina historia, arquitectura y vida urbana. Este espacio es conocido por ser uno de los puntos de inicio del famoso mercadillo de El Rastro, que se celebra cada domingo y festivo, atrayendo a miles de visitantes en busca de antigüedades, ropa y objetos curiosos.
El nombre de la plaza rinde homenaje a Eloy Gonzalo, un soldado madrileño que se destacó durante la Guerra de Independencia de Cuba. En 1896, en la localidad cubana de Cascorro, Gonzalo se ofreció voluntariamente para una misión casi suicida: incendiar una posición enemiga clave. Armado con un fusil, una lata de gasolina y cerillas, y atado con una cuerda para facilitar la recuperación de su cuerpo en caso de caer, logró cumplir su objetivo, permitiendo la resistencia española hasta la llegada de refuerzos. Su valentía le valió una condecoración y, aunque falleció al año siguiente debido a una infección, su memoria perdura en Madrid gracias a la estatua que preside la plaza, obra del escultor Aniceto Marinas.
Arquitectónicamente, la plaza está rodeada de edificios de estilo castizo madrileño, con fachadas de ladrillo visto y balcones de hierro forjado. Entre ellos destaca un edificio de fachada curva diseñado por el arquitecto Leopoldo Torres Balbás, que alberga locales comerciales y viviendas. Además, en la plaza se encuentra la histórica taberna Casa Amadeo, famosa por sus caracoles y por mantener la tradición de las tabernas madrileñas desde 1972.
La Plaza de Cascorro no solo es un punto de encuentro para los amantes del mercadillo, sino también un lugar que refleja la historia y la cultura popular de Madrid. Su ambiente animado, su arquitectura característica y su relevancia histórica la convierten en una visita obligada para quienes desean conocer el alma castiza de la capital española.
Plaza de Puerta Cerrada
La Plaza de Puerta Cerrada, situada en el barrio de Palacio del casco histórico de Madrid, es un espacio emblemático que conserva vestigios de la antigua muralla cristiana de la ciudad. Su nombre proviene de una de las puertas de dicha muralla, construida en el siglo XII, que permanecía cerrada durante la noche debido a los peligros que ofrecía su estrechez y recodos, facilitando asaltos y robos .
En 1569, la puerta fue derribada para facilitar la entrada de Isabel de Valois, esposa de Felipe II, a la ciudad. Posteriormente, en 1582, un incendio destruyó la nueva puerta construida en su lugar, y Felipe II decidió no reconstruirla, lo que dio lugar a la actual plaza .
Uno de los elementos más destacados de la plaza es una cruz de piedra erigida en 1783, que preside el espacio y recuerda el pasado religioso y defensivo del lugar . Además, en los números 4 y 6 de la plaza, se conservan restos de la muralla cristiana integrados en los edificios, aunque no son visibles al público .
La plaza también es conocida por los murales y trampantojos pintados en las fachadas de varios edificios en 1983, durante la alcaldía de Enrique Tierno Galván, como un recurso urbanístico para embellecer los lienzos de patios de luces que habían quedado al descubierto tras demoliciones .
Hoy en día, la Plaza de Puerta Cerrada es un punto de encuentro que combina historia, arte y vida urbana, siendo testigo de la evolución de Madrid desde sus orígenes medievales hasta la actualidad.
Plaza de la Cruz Verde
La Plaza de la Cruz Verde, ubicada en el barrio de Palacio, en el distrito Centro de Madrid, es un espacio pequeño pero cargado de historia. Su nombre proviene de una cruz de madera pintada de verde, colocada en el lugar donde, durante la Edad Media, se celebraban los autos de fe de la Inquisición Española. Esta cruz representaba la salvación para los herejes que se reconciliaban con la Iglesia Católica, y se transportaba en procesión hasta el lugar de la ceremonia. La plaza, testigo de la evolución de Madrid, mantiene una atmósfera tranquila y un tanto apartada del bullicio habitual de la ciudad.
Uno de los elementos más destacados de la plaza es la Fuente de la Cruz Verde, también conocida como la Fuente de Diana Cazadora. Esta fuente fue construida en 1850 durante el reinado de Isabel II y diseñada por el arquitecto Martín López Aguado. La fuente, de cinco caños, está adornada con una estatua de Diana cazadora, obra del escultor Ludovico Turqui. Su agua provenía originalmente del Bajo Abroñigal, un afluente del río Manzanares. La fuente ha sido una de las principales atracciones de la plaza a lo largo de los años, convirtiéndose en un punto de encuentro para los habitantes del barrio y los turistas.
Sin embargo, la Plaza de la Cruz Verde también es conocida por un trágico episodio en la historia reciente de Madrid. El 25 de enero de 1986, un atentado terrorista llevado a cabo por el grupo ETA tuvo lugar cerca de la plaza, en la calle de Segovia. El atentado consistió en una explosión en un coche bomba, que causó la muerte de cinco personas y dejó numerosos heridos. Este evento marcó un capítulo oscuro en la historia de la ciudad, que aún se recuerda con pesar. La plaza, aunque serena hoy en día, mantiene la memoria de este y otros sucesos que formaron parte de la convulsa historia contemporánea de Madrid.
A pesar de su pasado trágico, la Plaza de la Cruz Verde es hoy un lugar tranquilo, rodeado de árboles y edificios históricos, donde los madrileños y los visitantes pueden disfrutar de un paseo relajado. Su cercanía con importantes monumentos y su ambiente sereno hacen de ella un espacio relevante en el contexto histórico y cultural de Madrid.
Plaza del Biombo
La Plaza del Biombo se abre como un pequeño remanso dentro del entramado medieval del Madrid de los Austrias. Situada entre las calles de San Nicolás, Calderón de la Barca y la travesía del Biombo, este espacio irregular figura ya en el Plano de Texeira de 1656 y vuelve a aparecer delineado en el plano de Espinosa de 1769, lo que confirma su presencia en el paisaje urbano desde al menos el siglo XVII.
El topónimo “Biombo” remite a la pared trasera del desaparecido Convento de Nuestra Señora de la Anunciación, también conocido popularmente como convento de Constantinopla. Su lienzo de muros, articulado en ángulos, evocaba la estructura plegable de un biombo y dio nombre tanto a la plaza como a la vía adyacente. El convento, fundado en la villa de Rejas a finales del siglo XV y trasladado a Madrid en 1551, fue derribado en 1836 durante la desamortización de Mendizábal, dejando libre el espacio que hoy ocupa la plaza.
En el centro de la Plazuela se encuentra una fuente mural de inspiración decimonónica, adosada al muro posterior de la iglesia de San Nicolás de los Servitas. Compuesta por cinco caños que vierten sus aguas sobre un pilón de granito, esta instalación fue durante generaciones punto de encuentro y socialización vecinal; tradicionalmente, se cuenta que las jóvenes acudían a lavar la ropa en sus bordes, lo que convertía la plaza en escenario de romance y de animadas tertulias.
La iglesia de San Nicolás de los Servitas, el templo más antiguo de Madrid aún en pie, corona la plaza con su imponente torre mudéjar y los sillares de sus muros góticos. A su lado, las callejuelas estrechas y los muros de las edificaciones circundantes conservan la fisonomía de un recinto recogido, donde el paso del tiempo apenas ha alterado la irregularidad del suelo y las medianerías antiguas.
Hoy, la Plaza del Biombo mantiene ese aire de vetusto arrabal en el que la historia late a flor de suelo. Su silueta quebrada, el recuerdo del convento perdido y la presencia discreta de la fuente invitan a detenerse y a imaginar el trasiego de mercaderes, religiosos y jóvenes enamorados que, a lo largo de los siglos, han hecho de este rincón un fragmento vivo del Madrid antiguo.
Cuesta de Claudio Moyano
La Cuesta de Claudio Moyano es una emblemática calle peatonal de Madrid, conocida por su tradición literaria y su ambiente único. Ubicada entre el Paseo del Prado y el Parque del Retiro, junto al Jardín Botánico, esta cuesta conecta la Plaza del Emperador Carlos V con la Glorieta de Carlos V. Su nombre rinde homenaje a Claudio Moyano, político zamorano que impulsó la Ley de Instrucción Pública de 1857, conocida como la “Ley Moyano”, que reformó el sistema educativo español y permaneció vigente hasta 1970 .
A lo largo de la cuesta se encuentran numerosas casetas de libreros, muchas de ellas dedicadas a la venta de libros de segunda mano y de ocasión. Esta tradición comenzó a finales del siglo XIX y ha perdurado hasta la actualidad, convirtiendo a la Cuesta de Moyano en uno de los lugares más literarios de la ciudad, a menudo denominada “la calle más leída de Madrid” .
En la Plaza del Emperador Carlos V, al inicio de la cuesta, se erige un monumento en honor a Claudio Moyano. Este monumento, diseñado por Agustín Querol, fue inaugurado en 1900 y presenta una estatua de bronce del político sobre un pedestal de piedra, con relieves que representan momentos clave de su vida y obra .
Paseo de Recoletos
El Paseo de Recoletos es una de las principales avenidas de Madrid, que conecta la Plaza de Cibeles con la Plaza de Colón, extendiéndose a lo largo de unos 700 metros. Esta importante vía de la ciudad forma parte del gran eje monumental que incluyen el Paseo del Prado y el Paseo de la Castellana. El nombre de la calle proviene del antiguo convento de los agustinos recoletos que se encontraba en esta zona, fundado en 1592, y que fue demolido en 1836 tras la desamortización. A partir de ese momento, el espacio se transformó en un paseo arbolado, siguiendo el modelo de los jardines y paseos de las grandes ciudades europeas del momento, como el Salón del Prado.
A lo largo de su historia, el Paseo de Recoletos ha sido testigo de importantes acontecimientos históricos. Durante la Guerra de la Independencia, en diciembre de 1808, las tropas napoleónicas trataron de tomar la ciudad desde esta zona. Más tarde, en la Guerra Civil, la zona sufrió daños importantes, pero muchas de sus esculturas y monumentos fueron protegidos y preservados. Esta importante arteria de la ciudad ha sido también escenario de celebraciones y actos culturales, como la tradicional Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, que se celebra cada año en el paseo desde 1977.
El Paseo de Recoletos alberga una notable arquitectura que refleja la evolución de Madrid durante los siglos XIX y XX. Entre los edificios más emblemáticos destacan el Palacio de Linares, sede de la Casa de América, y el Palacio del Marqués de Salamanca, que fue inaugurado en 1855 y que hoy en día alberga diversas instituciones culturales. Además, la zona está rodeada por la Biblioteca Nacional de España y el Museo Arqueológico Nacional, situados en el Palacio de Biblioteca y Museos Nacionales, un edificio de gran valor arquitectónico que data de finales del siglo XIX.
Además de su arquitectura monumental, el paseo cuenta con varias estatuas y monumentos dedicados a figuras ilustres de la literatura y la cultura española, como las esculturas de Ramón del Valle-Inclán, Juan Valera, y una reproducción de “El Beso” de Auguste Rodin. En cuanto a la vida social y cultural, el Paseo de Recoletos sigue siendo un punto de encuentro en la ciudad, con cafés históricos como el Café Gijón y el Café El Espejo, que han sido lugares de encuentro de artistas e intelectuales a lo largo de los años. Estos elementos, sumados a su rica historia, convierten al Paseo de Recoletos en uno de los principales ejes de la vida madrileña.
Plaza de Cánovas del Castillo
La Plaza de Cánovas del Castillo, más conocida como Plaza de Neptuno, es una de las plazas más emblemáticas de Madrid, situada en el límite entre los barrios de Cortes y Retiro, en el corazón del denominado Paseo del Arte. Su nombre oficial rinde homenaje a Antonio Cánovas del Castillo, político clave durante la Restauración borbónica, aunque en la práctica se la conoce popularmente por la fuente que adorna su centro: la Fuente de Neptuno.
La plaza se configura como una glorieta casi circular que ocupa el antiguo Salón del Prado, un espacio ajardinado que formaba parte del paseo real diseñado en el siglo XVIII. En su centro se erige la Fuente de Neptuno, una obra monumental diseñada por Ventura Rodríguez en 1777 y ejecutada entre 1780 y 1784 por Juan Pascual de Mena. La fuente representa al dios del mar sobre un carro tirado por caballos marinos, rodeado de delfines y focas, y simboliza la reforma de la Armada española impulsada por Carlos III .
Alrededor de la plaza se encuentran importantes edificaciones como el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Hotel Palace y el Hotel Ritz, así como la sede del Congreso de los Diputados. Además, la plaza está conectada con el Museo del Prado y la Plaza de Cibeles, formando parte de una ruta cultural que atrae a numerosos visitantes .
La Plaza de Cánovas del Castillo ha sido escenario de diversos eventos históricos y celebraciones populares. Es conocida por ser el lugar donde los aficionados del Atlético de Madrid celebran las victorias de su equipo, congregándose en torno a la Fuente de Neptuno .
Plaza de Colón
La Plaza de Colón es uno de los espacios urbanos más emblemáticos de Madrid, situada en la confluencia de importantes vías como el Paseo de la Castellana, el Paseo de Recoletos y las calles de Génova, Serrano y Goya. Este espacio destaca por su riqueza monumental y su papel como punto de encuentro entre la historia, la cultura y la vida contemporánea de la ciudad.
El elemento central de la plaza es el Monumento a Cristóbal Colón, una obra de estilo neogótico inaugurada en 1885 para conmemorar el matrimonio del rey Alfonso XII con María de las Mercedes de Orleans. El pedestal, diseñado por Arturo Mélida, presenta relieves que representan escenas clave del viaje de Colón y está coronado por una estatua de tres metros de altura esculpida en mármol blanco de Italia por Jerónimo Suñol. La escultura muestra a Colón con una bandera de Castilla en la mano derecha y la mirada dirigida al cielo. Originalmente ubicado en el centro de la plaza, el monumento fue trasladado en 1973 a los Jardines del Descubrimiento y regresó a su ubicación original en 2009 tras una remodelación del eje Prado-Recoletos .
En el entorno de la plaza se encuentran varios edificios y espacios de interés. Destacan las Torres de Colón, dos rascacielos de 117 metros de altura construidos entre 1967 y 1976 por el arquitecto Antonio Lamela. Estas torres, conocidas por su innovadora estructura suspendida, han sido objeto de diversas remodelaciones, la más reciente finalizada en 2024, que eliminó el característico remate en forma de “enchufe” y añadió nuevas estructuras en su parte superior .
En los Jardines del Descubrimiento, ubicados junto a la plaza, se encuentra la escultura ‘Julia’, una cabeza monumental de 12 metros de altura creada por el artista Jaume Plensa. Instalada en diciembre de 2018, esta obra simboliza la introspección y el conocimiento, y su permanencia en la plaza ha sido extendida hasta al menos diciembre de 2027 gracias a un acuerdo entre el Ayuntamiento de Madrid y la Fundación María Cristina Masaveu Peterson .
La Plaza de Colón también alberga otros espacios culturales y comerciales, como el Centro Cultural de la Villa y el Centro Colón, que ofrecen una variedad de actividades y servicios. Además, durante las festividades navideñas, la plaza se engalana con decoraciones luminosas, incluyendo figuras como el “Ángel de Madrid”, una estructura de 18 metros de altura compuesta por más de 36.000 luces LED, que se ha convertido en una atracción destacada en las celebraciones de la ciudad .
En conjunto, la Plaza de Colón es un espacio que refleja la evolución histórica y cultural de Madrid, combinando monumentos históricos, arquitectura moderna y actividades contemporáneas, lo que la convierte en un lugar de referencia tanto para residentes como para visitantes.
Paseo de la Castellana
El tramo del Paseo de la Castellana comprendido entre la Plaza de Emilio Castelar y la Plaza de Colón constituye uno de los segmentos más distinguidos de esta gran arteria madrileña. A lo largo de este trayecto, el paseo conserva su carácter monumental y burgués, desarrollado en gran parte entre finales del siglo XIX y la primera mitad del XX, cuando la expansión urbana buscaba convertir el antiguo cauce del arroyo de la Fuente Castellana en un eje representativo del nuevo Madrid.
En la propia Plaza de Emilio Castelar destaca el monumento al político y orador republicano, una obra en bronce y piedra realizada por Mariano Benlliure e inaugurada en 1908. Desde aquí, avanzando hacia el sur, el paseo discurre por el distrito de Salamanca y está flanqueado por una serie de edificios institucionales, residenciales y culturales de gran valor. A la altura del número 62 se encuentra el Palacio del Marqués de Salamanca, ejemplo representativo de la arquitectura palaciega de finales del siglo XIX y actual sede del BBVA, cuya fachada de ladrillo visto y piedra tallada conserva su elegancia original.
Muy próximo, en el número 67, se alza el antiguo Palacio de Fontalba y Cubas, construido en 1912 por el arquitecto Joaquín Saldaña y actualmente sede de la Fiscalía General del Estado. Frente a este edificio se sitúa el edificio de La Casa del Libro, ocupando un inmueble de estilo racionalista que contrasta con el eclecticismo de las construcciones circundantes. También destacan varios inmuebles de oficinas y embajadas, entre ellos el moderno edificio de la Fundación Mutua Madrileña o la sede del Instituto de la Mujer.
A medida que se avanza hacia la Plaza de Colón, se llega al entorno de la Biblioteca Nacional de España, instalada en un imponente edificio neoclásico construido entre 1866 y 1892 por los arquitectos Francisco Jareño y Antonio Ruiz de Salces. Este edificio alberga también al Museo Arqueológico Nacional, con importantes colecciones desde la Prehistoria hasta la Edad Moderna. Junto a este conjunto monumental se encuentra el Palacio de Linares, más próximo a Cibeles pero visible desde esta zona, sede de la Casa de América.
La Plaza de Colón, que pone fin a este recorrido, es un espacio urbano que rinde homenaje a Cristóbal Colón con una estatua de mármol del siglo XIX, obra de Jerónimo Suñol, elevada sobre un pedestal neogótico. En la plaza también se encuentran los conocidos Jardines del Descubrimiento, el moderno edificio del Centro Cultural de la Villa y las grandes banderas de España que la presiden desde 2001. Todo este tramo refleja la voluntad histórica de consolidar el Paseo de la Castellana como eje simbólico, institucional y cultural de la capital.
Plaza de Emilio Castelar
La Glorieta de Emilio Castelar es una plaza ubicada en el Paseo de la Castellana, en el límite entre los distritos de Chamberí y Salamanca, en Madrid. Su nombre rinde homenaje a Emilio Castelar (1832–1899), destacado orador, historiador y presidente de la Primera República Española. La glorieta ocupa el espacio que anteriormente albergaba la Fuente Castellana, inaugurada en 1833 para conmemorar el nacimiento de Isabel II .
En el centro de la glorieta se erige el Monumento a Emilio Castelar, una obra escultórica diseñada por el valenciano Mariano Benlliure. Este monumento fue inaugurado el 6 de julio de 1908 y financiado mediante suscripción popular, con aportaciones de instituciones y particulares de toda España, así como de países como México, Argentina, Francia, Inglaterra e Italia .
La escultura representa a Castelar en actitud oratoria, sentado en una bancada parlamentaria, con la cabeza erguida y el brazo derecho extendido. A su alrededor, se encuentran figuras alegóricas y escenas que reflejan su vida y legado, como la abolición de la esclavitud y su defensa de la libertad y la justicia .
La glorieta y su monumento son elementos destacados del paisaje urbano madrileño y un punto de interés tanto para residentes como para visitantes.
Plaza de Castilla
La Plaza de Castilla es una de las zonas más emblemáticas del norte de Madrid, situada en la confluencia de importantes arterias como el Paseo de la Castellana, la calle Bravo Murillo y la avenida de Asturias. Este espacio ha evolucionado desde un cruce de caminos en el siglo XIX hasta convertirse en un nodo urbano clave que combina arquitectura contemporánea, memoria histórica y funcionalidad.
Uno de los elementos más distintivos de la plaza son las Torres KIO o Puerta de Europa, dos rascacielos inclinados de 114 metros de altura y 27 plantas, diseñados por los arquitectos Philip Johnson y John Burgee. Inauguradas en 1996, estas torres fueron los primeros rascacielos inclinados del mundo y se han convertido en un símbolo del skyline madrileño. Su inclinación de 14,3° hacia el centro de la plaza les otorga una apariencia única y reconocible.
En el centro de la plaza se erige el Obelisco de la Caja, también conocido como el Obelisco de Calatrava, una escultura de 92 metros de altura diseñada por Santiago Calatrava. Este monumento fue un regalo de Caja Madrid a la ciudad con motivo de su 300.º aniversario. Aunque inicialmente se concibió como una estructura móvil, las limitaciones técnicas y los altos costos de mantenimiento llevaron a que permanezca estática desde su inauguración en 2009.
En el extremo sur de la plaza se encuentra el Monumento a José Calvo Sotelo, inaugurado en 1960. Obra del arquitecto Manuel Manzano-Monís y el escultor Carlos Ferreira de la Torre, este monumento de hormigón armado fue erigido en memoria del político asesinado en 1936, poco antes del inicio de la Guerra Civil Española. Su ubicación y diseño generan un eje de simetría con las Torres KIO, integrando el pasado histórico con la arquitectura moderna del entorno.
Además de su valor arquitectónico y simbólico, la Plaza de Castilla es un importante nodo de transporte. Aglutina una estación de metro donde confluyen las líneas 1, 9 y 10, así como una gran terminal de autobuses interurbanos que conecta Madrid con numerosas localidades del norte de la Comunidad. Su proximidad a la estación de tren de Chamartín refuerza su papel como punto neurálgico en la movilidad de la ciudad.
En resumen, la Plaza de Castilla representa una fusión entre historia, arquitectura vanguardista y funcionalidad urbana, consolidándose como una de las áreas más representativas y dinámicas de Madrid.
Plaza del Emperador Carlos V
La Plaza del Emperador Carlos V, conocida popularmente como la Glorieta de Atocha, es una de las intersecciones más emblemáticas y transitadas de Madrid. Situada en el distrito de Arganzuela, esta plaza conecta importantes vías como el Paseo del Prado, la Calle de Atocha, la Ronda de Atocha, el Paseo de las Delicias, la Avenida de la Ciudad de Barcelona y la Calle de Méndez Álvaro. Su ubicación estratégica la convierte en un punto neurálgico tanto para el tráfico rodado como para el transporte público de la capital.
Originalmente conocida como Plaza de Atocha, en 1941 se le otorgó el nombre actual para evitar confusiones con la cercana Calle de Atocha. En el centro de la glorieta se encuentra una réplica de la Fuente de la Alcachofa, obra del arquitecto Ventura Rodríguez, que originalmente estuvo ubicada en este lugar antes de ser trasladada al Parque del Retiro en 1880. Frente a la Cuesta de Moyano se erige la estatua de Claudio Moyano, político del siglo XIX.
En 1968, se construyó en la plaza el primer paso elevado para vehículos de Madrid, conocido popularmente como el “scalextric de Atocha” por su semejanza con los circuitos de coches de juguete. Este complejo de pasos a distinto nivel, que medía más de un kilómetro, fue desmontado en 1986 debido a su ineficacia para resolver los problemas de tráfico y su impacto negativo en el entorno urbano. Tras su retirada, se reinstaló la réplica de la Fuente de la Alcachofa en su ubicación original y se reorganizó la circulación mediante una rotonda con semáforos.
La plaza alberga varios edificios de gran relevancia, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, que ocupa el antiguo Hospital General de Madrid, y el Ministerio de Agricultura, un imponente edificio de finales del siglo XIX. Además, en uno de sus extremos se encuentra la Estación de Atocha, la principal terminal ferroviaria de la ciudad, que combina servicios de alta velocidad, media y larga distancia, y Cercanías.
En términos de transporte público, la plaza es un importante nodo de conexión. Bajo ella se encuentra la estación de metro Estación del Arte (línea 1), y en su superficie operan numerosas líneas de autobuses urbanos e interurbanos que conectan con distintos puntos de la ciudad y la Comunidad de Madrid.
La Plaza del Emperador Carlos V no solo es un punto clave en la infraestructura de transporte de Madrid, sino también un lugar cargado de historia y simbolismo, que ha evolucionado a lo largo del tiempo para adaptarse a las necesidades de una ciudad en constante transformación.
Plaza de Chamberí
La Plaza de Chamberí es un importante espacio público en el corazón del barrio del mismo nombre, en Madrid. Situada entre la calle de Santa Engracia y la de Chamberí, esta plaza fue inicialmente conocida como la Plaza Vieja, y su origen se remonta a la época de la expansión de la ciudad fuera de las murallas en el siglo XIX. Con el tiempo, adoptó el nombre de Plaza de Chamberí en honor al antiguo arrabal y el barrio circundante.
Uno de los elementos más característicos de la plaza es su templete. Este pequeño edificio, que originalmente era una estructura de carácter ornamental, fue construido en 1883 y situado en el centro de la plaza. El templete de Chamberí es de estilo neoclásico y tiene una función ornamental que refleja el carácter de los jardines urbanos del siglo XIX. A lo largo de los años, ha sido testigo de la transformación de la plaza, aunque ha mantenido su estructura original.
Por otro lado, el Convento de las Siervas de María, que ocupaba una parte del espacio donde hoy se encuentra la Plaza de Chamberí, fue fundado en el siglo XIX. Su construcción comenzó en 1853, y se trataba de una comunidad religiosa dedicada a la atención de los enfermos, especialmente aquellos con necesidades especiales. Sin embargo, en 1967, el convento fue cerrado y el edificio demolido para dar paso a los nuevos desarrollos urbanos, incluido el espacio que albergaría la plaza.
Con el paso del tiempo, la plaza ha experimentado varias reformas significativas, siendo la más reciente la renovación de sus áreas ajardinadas y la creación de espacios más accesibles para los ciudadanos. Además, la Estación de Chamberí, ubicada cerca de la plaza, es una de las más emblemáticas de la línea 1 del metro de Madrid. Inaugurada en 1919, la estación fue cerrada en 1966, pero en 2008 se rehabilitó como un museo que ofrece a los visitantes una visión del metro de la época de principios del siglo XX.
Así, la Plaza de Chamberí se ha consolidado como un espacio de encuentro en el barrio, conservando elementos históricos como su templete y el recuerdo de lo que fue el convento de las Siervas de María, mientras se adapta a las necesidades del Madrid contemporáneo.
Plaza de los Chisperos de Chamberí
La Plaza de los Chisperos de Chamberí es un espacio ajardinado situado en la confluencia de las calles Luchana, Manuel Silvela y Francisco de Rojas, en el distrito de Chamberí de Madrid. Aunque popularmente conocida como “Plaza de los Chisperos” debido al monumento allí ubicado, no fue hasta febrero de 2018 que recibió oficialmente este nombre por parte del Ayuntamiento de Madrid.
El elemento central de la plaza es el Monumento a los Saineteros Madrileños, obra del escultor Lorenzo Coullaut Valera, inaugurado en 1913. Este conjunto escultórico representa a figuras típicas del Madrid castizo del siglo XIX, como un chispero, una manola y una pareja de chulapos. Además, incluye los bustos de destacados autores y compositores relacionados con el género chico: Ramón de la Cruz, Ricardo de la Vega, Federico Chueca y Francisco Asenjo Barbieri.
Los “chisperos” eran herreros que trabajaban en las fraguas ubicadas en las zonas de Hortaleza y Barquillo durante los siglos XVIII y XIX. El nombre proviene de las chispas que saltaban durante su labor. Aunque el gremio de los chisperos no estuvo históricamente vinculado al barrio de Chamberí, el monumento se trasladó a su ubicación actual en 1933, y la plaza adoptó el nombre en honor a estos artesanos.
Hoy en día, la Plaza de los Chisperos de Chamberí es un rincón que rinde homenaje a la tradición y al folclore madrileño, ofreciendo a vecinos y visitantes un espacio para el descanso y la contemplación de su patrimonio cultural.
Plaza de Santa Ana
La Plaza de Santa Ana, situada en el corazón del barrio de las Letras en Madrid, es una de las plazas más emblemáticas de la ciudad, conocida por su rica historia, su arquitectura y su ambiente animado. Originalmente, en el siglo XVI, este espacio albergaba el convento de las carmelitas descalzas de San José y Santa Ana, fundado en 1586 por Santa Teresa de Jesús, con la ayuda de su discípulo San Juan de la Cruz y la monja Ana de Jesús. La iglesia del monasterio se completó en 1611 gracias a una donación de la reina Margarita de Austria. Sin embargo, en 1810, durante el reinado de José Bonaparte, el convento fue derribado y sus ocupantes trasladados a otros lugares. Posteriormente, en 1832, la reina María Cristina de Borbón adquirió la propiedad y la convirtió en su residencia de verano, conocida como la Quinta de Vista Alegre .
A lo largo de los siglos XIX y XX, la plaza ha sido escenario de diversas transformaciones urbanísticas. En 1850, se aprobó el derribo de los edificios de la calle del Príncipe que ocultaban el Teatro Español, lo que permitió que este emblemático teatro presidirá la plaza. En 1925, la plaza se convirtió en la primera zona peatonal de Madrid tras las reformas del jardinero mayor de la villa, Cecilio Rodríguez. Sin embargo, las reformas posteriores, como las realizadas en 1944 y 1967, modificaron su diseño original, eliminando gran parte de sus jardines y árboles .
En la actualidad, la Plaza de Santa Ana es un lugar de encuentro popular, rodeado de edificios históricos y locales de hostelería de renombre. En el centro de la plaza se erige el Monumento a Pedro Calderón de la Barca, inaugurado en 1880. Esta escultura, realizada en mármol de Carrara por el escultor Joan Figueras Vila, rinde homenaje al dramaturgo del Siglo de Oro español. La estatua muestra a Calderón sentado y rodeado de símbolos teatrales, como la Tragedia, la Comedia y el ángel de la Fama .
Frente al Teatro Español, también se encuentra una estatua en honor a Federico García Lorca, inaugurada en 1996. Esta escultura de bronce, obra del escultor Julio López Hernández, representa al poeta y dramaturgo granadino sosteniendo una alondra, símbolo recurrente en su obra. La estatua fue solicitada por el director del teatro, Miguel Narros, y se instaló tras varios años de espera debido a las obras de remodelación de la plaza .
La Plaza de Santa Ana, con su rica historia y su vibrante ambiente, continúa siendo un punto de referencia cultural y social en Madrid, donde la tradición literaria se encuentra con la vida moderna de la ciudad.
Plaza de la Paja
La Plaza de la Paja se encuentra en el barrio de La Latina, en el histórico Madrid de los Austrias, y tiene su origen en los siglos XIII y XIV. Durante la Edad Media, fue una de las plazas de mercado más importantes de la ciudad, destacándose por la venta de paja, que se utilizaba para alimentar a las mulas que transportaban mercancías. Esta actividad fue clave para el desarrollo de la zona, convirtiéndose en un centro de intercambio comercial.
El nombre de la plaza proviene de una obligación que pesaba sobre los vecinos de la zona: proporcionar paja a los capellanes de la cercana Capilla del Obispo. Fundada a principios del siglo XVI por Francisco de Vargas, la capilla fue inicialmente concebida como lugar de enterramiento de la familia Vargas y un centro de devoción a San Isidro, patrón de Madrid. La Capilla del Obispo es un ejemplo del estilo plateresco, con una fachada que resalta por su riqueza ornamental.
En la plaza también se encuentra el Palacio de los Vargas, una edificación que data del siglo XV y que, a lo largo de los años, ha tenido diferentes usos, desde residencia de la nobleza hasta sede de varias instituciones. Actualmente alberga el Centro de Educación Secundaria Santa Bárbara.
El Jardín del Príncipe de Anglona, situado en la parte baja de la plaza, es otro de los elementos destacados. Este jardín, de estilo neoclásico, cuenta con una estructura que incluye una pérgola de hierro forjado, fuentes ornamentales y una vegetación exuberante, ofreciendo un espacio de descanso y belleza dentro del bullicio madrileño.
La Plaza de la Paja es un lugar que, a través de sus edificios y su historia, refleja la evolución de Madrid desde su origen medieval hasta convertirse en una ciudad moderna, conservando su carácter tradicional y su encanto.
Plaza de los Carros
La Plaza de los Carros es una pintoresca plaza situada en el barrio de La Latina, en el distrito Centro de Madrid. Su nombre se debe a que, en tiempos antiguos, era un lugar donde los carros y carruajes que llegaban a la ciudad por la cercana Puerta de los Moros hacían una parada para descargar mercancías, muchas de las cuales probablemente se destinaban al cercano Mercado de la Cebada .
En el centro de la plaza se encuentra una fuente mural que, al igual que la fuente octogonal situada en la parte central, fue instalada durante las obras de remodelación de la plaza en 1985. Estas intervenciones también pusieron al descubierto restos arqueológicos significativos, como un «viaje de agua» musulmán del siglo XI, que evidencia la importancia histórica del lugar en la distribución de agua en la ciudad .
Hoy en día, la Plaza de los Carros es un lugar tranquilo y acogedor, ideal para disfrutar de un paseo o una bebida en sus terrazas al aire libre. Su ambiente relajado y su ubicación en el corazón de La Latina la convierten en un punto de encuentro popular tanto para locales como para turistas .
Además, la plaza está rodeada de calles con encanto, como la Cava Baja, conocida por sus bares de tapas, y la Calle de la Cebada, que conecta con el Mercado de la Cebada y la Plaza de la Cebada, otro espacio emblemático del barrio. La Plaza de los Carros, con su rica historia y su ambiente acogedor, sigue siendo un testimonio vivo de la evolución de Madrid a lo largo de los siglos.
Plaza de Santa Cruz
La Plaza de Santa Cruz es un emblemático espacio urbano en el centro histórico de Madrid, situado en el distrito de Centro, entre la Plaza Mayor y la Puerta del Sol. Su nombre proviene de la antigua Parroquia de Santa Cruz, que ocupaba parte de la plaza y la actual calle de la Bolsa .
Históricamente, la plaza ha sido un importante centro de actividad comercial y social. Durante el reinado de Felipe II, era conocida como el mercado de los vidrieros. En el siglo XVII, se amplió tras el derribo de viviendas cercanas, y en el siglo XIX se convirtió en un lugar de contratación de nodrizas, muchas de ellas originarias de los valles pasiegos .
En la actualidad, la plaza es un punto neurálgico donde confluyen las calles Atocha, Esparteros, de la Bolsa, San Cristóbal y Plaza de la Provincia. Su arquitectura es representativa del Madrid de los Austrias, con soportales que albergan comercios tradicionales y una atmósfera que combina lo moderno con lo histórico .
Uno de los edificios más destacados que da nombre a la plaza es el Palacio de Santa Cruz, construido en el siglo XVII por orden de Felipe IV. Originalmente sirvió como Cárcel de Corte y sede de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte. A lo largo de los siglos, ha tenido diversas funciones, incluyendo la de Ministerio de Ultramar y Ministerio de Estado. Desde 1938, alberga el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación .
La Plaza de Santa Cruz es también un lugar de tránsito habitual para las procesiones de Semana Santa, como la del Cristo de los Gitanos, que pasa por calles cercanas como San Cristóbal y Postas .
En resumen, la Plaza de Santa Cruz es un espacio que refleja la evolución histórica y social de Madrid, siendo un punto de encuentro entre el pasado y el presente de la ciudad.
Plaza de la Provincia
La Plaza de la Provincia es un pequeño pero significativo espacio público en el corazón del Madrid de los Austrias, situado entre la Plaza Mayor y la Plaza de Santa Cruz. Su nombre se debe a la proximidad del Palacio de Santa Cruz, un edificio histórico que ha tenido diversas funciones a lo largo de los siglos, incluyendo la de Cárcel de Corte y sede de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte. Este palacio fue construido entre 1629 y 1636 por orden de Felipe IV y diseñado por el arquitecto Juan Gómez de Mora. Actualmente, alberga el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España .
En el centro de la plaza se encuentra una fuente conocida como la Fuente de Orfeo, cuya escultura original de mármol blanco fue realizada en el primer tercio del siglo XVII y desmantelada en 1869. La escultura representaba a Orfeo con su perro y fue atribuida al escultor Rutilio Gaci. En 1998, se instaló una reproducción de la fuente en el mismo lugar, combinando elementos de fuentes anteriores y rematada por una réplica de la escultura original .
Además, en la plaza se erige un monolito conmemorativo que celebra la firma del tratado de adhesión de España a la Comunidad Europea, destacando la importancia histórica de este lugar en el contexto de la integración europea.
La Plaza de la Provincia es también un punto de partida para la Calle de Atocha, una de las vías más emblemáticas de Madrid, que conecta el centro histórico con el sur de la ciudad. Su ubicación estratégica y su rica historia la convierten en un lugar de interés tanto para madrileños como para visitantes.
Calle de Atocha
La Calle de Atocha es una de las vías más emblemáticas de Madrid, que conecta la Plaza de la Provincia con la Glorieta de Carlos V (popularmente conocida como la Glorieta de Atocha). Esta calle, de gran tradición castiza, ha sido testigo de la evolución histórica, cultural y social de la ciudad.
Uno de los primeros puntos destacados es la Plaza de Antón Martín, que se caracteriza por su animado ambiente y su cercanía al Mercado de Antón Martín, un edificio que, inaugurado en 1882, ha sido restaurado y sigue siendo un importante centro comercial en el barrio. Este mercado tiene una estructura de hierro forjado y una arquitectura que recuerda a los antiguos mercados madrileños. A pocos pasos, se encuentra la Plaza de Jacinto Benavente, una pequeña plaza que alberga el Teatro Español, uno de los teatros más importantes de Madrid, con una historia que se remonta a finales del siglo XVI. Su fachada neoclásica es un ejemplo destacado del estilo arquitectónico de la época.
Más adelante, la calle desemboca en la Glorieta de Carlos V, un importante nudo de comunicaciones que conecta con otras arterias principales de la ciudad. En sus inmediaciones se encuentran la Estación de Atocha, uno de los principales centros de transporte de Madrid, y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, que alberga una destacada colección de arte contemporáneo.
En cuanto al patrimonio religioso, la calle de Atocha alberga varias iglesias de gran valor histórico. La Iglesia de El Salvador y San Nicolás, ubicada en el número 58, es un ejemplo de la fusión de dos templos en uno solo. La Iglesia de San Sebastián, situada en el número 8, destaca por su arquitectura y su vinculación con la historia de la ciudad. La Iglesia de Santa Cruz, en la Plaza de Santa Cruz, es otra de las iglesias que enriquecen el patrimonio religioso de la zona.
La calle de Atocha ha sido también un importante centro cultural y educativo. En el siglo XIX, albergó la Escuela de Cirugía de San Carlos, precursora de la actual Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. Además, en sus inmediaciones se establecieron diversos conventos, hospitales y centros de enseñanza que contribuyeron al desarrollo de la ciudad .
Hoy en día, la calle de Atocha sigue siendo un eje vital de Madrid, que combina tradición y modernidad, y ofrece a residentes y visitantes una rica experiencia cultural y urbana.
Plaza de Jacinto Benavente
La Plaza de Jacinto Benavente, situada en el centro de Madrid, es un espacio emblemático que recibe su nombre en honor al dramaturgo y Premio Nobel de Literatura, Jacinto Benavente, quien destacó por su contribución al teatro español. Esta plaza fue levantada en los años 20 del siglo XX tras el derribo de varios edificios en el área, entre ellos el Convento de los Trinitarios Calzados y la Lonja del Almidón, que ocupaban lo que hoy es su ubicación. La plaza se inauguró oficialmente en 1926, consolidándose como un importante punto de conexión entre varios ejes viarios de la ciudad.
En su entorno confluyen importantes calles de Madrid, como la calle de Atocha, Cruz, Carretas, Huertas, Doctor Cortezo, Concepción Jerónima y de la Bolsa, lo que la convierte en un lugar de paso obligado para los peatones y vehículos que atraviesan el centro histórico de la ciudad. La plaza, que tiene un aire tradicional, también está rodeada de importantes edificios que la dotan de una gran relevancia. Entre ellos destaca el Cine Ideal, inaugurado en 1916, uno de los cines más antiguos de Madrid que ha sido restaurado y modernizado para seguir siendo un referente cultural de la ciudad. También se encuentra el Teatro Calderón, un icono cultural de la capital, que abrió sus puertas en 1917 y sigue siendo uno de los principales teatros en funcionamiento, con una programación que abarca teatro, danza y otros eventos.
Además, la Plaza de Jacinto Benavente alberga el Centro Gallego de Madrid, fundado en 1950, un lugar de encuentro para la comunidad gallega residente en la ciudad, y el Monumento al Barrendero, una escultura en bronce creada por el artista Félix Hernando García en 1998, en reconocimiento al trabajo de los barrenderos urbanos de Madrid.
La plaza ha experimentado varias reformas a lo largo de los años para mejorar su accesibilidad y adaptación a las necesidades urbanísticas contemporáneas. Su ubicación estratégica la convierte en un lugar clave de la vida urbana madrileña, al estar cerca de la Puerta del Sol y el Barrio de las Letras, lo que hace que sea un punto de encuentro tanto para los residentes como para los visitantes de la ciudad.
Plaza de Antón Martín
La Plaza de Antón Martín, ubicada en el barrio de Embajadores en el distrito Centro de Madrid, es un espacio emblemático que combina historia, cultura y vida urbana. Su nombre rinde homenaje al religioso del siglo XVI Antón Martín, quien sucedió a San Juan de Dios en la Orden Hospitalaria y fundó en este lugar el Hospital de Nuestra Señora del Amor de Dios en 1552. Este hospital, conocido también como Hospital de Antón Martín, fue pionero en el tratamiento de enfermedades venéreas y dermatológicas, convirtiéndose en un referente médico de la época .
En la actualidad, la plaza es un punto neurálgico donde confluyen varias calles: Atocha, Santa Isabel, Magdalena, Amor de Dios y León. En sus inmediaciones se encuentran importantes edificios y lugares de interés. La Iglesia de El Salvador y San Nicolás, situada en el número 58 de la calle de Atocha, destaca por su arquitectura barroca y su relevancia histórica como lugar de culto en la ciudad. El Mercado de Antón Martín, inaugurado en 1882 y restaurado en 2009, ofrece una amplia variedad de productos y es un lugar ideal para degustar tapas y platos típicos en un ambiente auténtico y moderno. La Farmacia de El Globo, ubicada en la calle del León, es una de las farmacias más antiguas de Madrid, fundada en 1870, y destaca por su arquitectura modernista y su rica historia. El Monumental Cinema, en la calle de Atocha, es un antiguo cine que, aunque ya no está en funcionamiento, conserva su fachada original y es un ejemplo de la arquitectura de principios del siglo XX.
Desde 2003, la plaza alberga el Monumento a los Abogados de Atocha, conocido como El Abrazo, una escultura en bronce de 4 metros de altura y 3,5 metros de diámetro, obra del artista Juan Genovés. Esta pieza rinde homenaje a los cinco abogados laboralistas asesinados en el atentado de Atocha de 1977. La escultura representa a un grupo de personas abrazadas, simbolizando la unidad y la lucha por la democracia y los derechos sociales .
En resumen, la Plaza de Antón Martín es un espacio que combina tradición y modernidad, ofreciendo a residentes y visitantes una rica experiencia cultural y urbana. Su historia, monumentos y edificios la convierten en un lugar imprescindible para quienes desean conocer el auténtico Madrid.
Viaducto de Segovia
El Viaducto de Segovia, situado en el barrio de La Latina en Madrid, es una de las estructuras más representativas del urbanismo madrileño del siglo XX. Su principal función es salvar el desnivel entre la calle de Segovia y la calle Bailén, conectando así el entorno del Palacio Real con el paseo de las Vistillas. Esta localización estratégica lo convierte en un punto clave del paisaje urbano, tanto por su funcionalidad como por su valor simbólico.
El primer viaducto fue inaugurado en 1874, construido en hierro según el diseño del ingeniero Eugenio Barrón. Esta estructura original fue considerada una obra pionera de la ingeniería madrileña, pero debido a su deterioro y a las nuevas necesidades de tráfico, fue sustituida en 1934 por una nueva construcción de hormigón armado, diseñada por Francisco Javier Ferrero y los ingenieros Luis Aldaz Muguiro y José de Juan-Aracil. El viaducto sufrió graves daños durante la Guerra Civil Española, siendo restaurado en 1942 y posteriormente remodelado entre 1977 y 1978, momento en que se aumentó su altura y resistencia.
El viaducto actual está construido en hormigón armado y posee tres grandes arcos de 35 metros de luz, alcanzando una altura máxima de 23 metros. Sus pilares se alzan sobre bases recubiertas de granito y su diseño incluye carriles para vehículos y aceras peatonales. Desde lo alto, se obtienen vistas panorámicas de la Casa de Campo y del perfil suroccidental de la ciudad, lo que ha contribuido a su consideración como mirador urbano.
Durante buena parte del siglo XX, el viaducto fue tristemente conocido como un lugar asociado a suicidios, especialmente en los años noventa, cuando se registraban varios casos al mes. En respuesta, el Ayuntamiento instaló en 1998 unas pantallas de metacrilato transparente para prevenir estos actos, sin afectar a la estética de la estructura ni a las vistas.
Además de su importancia funcional e histórica, el Viaducto de Segovia ha sido un elemento recurrente en la literatura y el cine español. Autores como Benito Pérez Galdós y Ramón María del Valle-Inclán lo mencionan en sus obras, y también ha aparecido en películas de Pedro Almodóvar y otros directores contemporáneos. En conjunto, el viaducto representa un ejemplo destacado de la arquitectura civil madrileña, combinando valor patrimonial, utilidad pública y presencia en el imaginario cultural de la ciudad.
Glorieta de las Pirámides
La Glorieta de las Pirámides es un punto neurálgico del distrito de Arganzuela en Madrid, conocido por sus dos obeliscos gemelos que adornan la rotonda central. Este espacio urbano conecta importantes vías como la calle de Toledo, el paseo de Yeserías, el paseo Imperial, el paseo de las Acacias y la calle de Alejandro Dumas, sirviendo como acceso este al histórico Puente de Toledo .
Los obeliscos, diseñados por el arquitecto Francisco Javier de Mariátegui, fueron erigidos en 1831 como parte de un proyecto urbanístico impulsado durante el reinado de Fernando VII. Estos monumentos de estilo neoclásico, construidos con una mezcla de granito y caliza, alcanzan una altura de 14 metros y se asientan sobre plataformas cuadradas escalonadas . Originalmente, el conjunto incluía seis esculturas de reyes de la colección del Palacio Real, dos fuentes laterales y dos columnas dóricas que cerraban el hemiciclo; sin embargo, estos elementos se han perdido con el tiempo .
A pesar de su nombre, la glorieta no alberga pirámides, sino obeliscos que evocan el estilo arquitectónico egipcio. La denominación “Glorieta de las Pirámides” fue adoptada oficialmente en 1944, aunque el nombre popular ya se utilizaba anteriormente .
En la actualidad, la glorieta ha sido remodelada para incluir una isleta ajardinada en la que descansan los obeliscos, acompañados por una fuente instalada en 1996. Este espacio se ha convertido en un lugar de paso habitual para miles de personas cada día, a pie o en coche, y es un testimonio del legado histórico y urbanístico de Madrid . Ya hablamos en esta Entrada al Blog.
Moncloa
La zona de Moncloa, ubicada en el noroeste de Madrid, es un área emblemática que ofrece una rica variedad de monumentos y edificios de gran interés histórico y arquitectónico. El recorrido por esta zona comienza con una de las estructuras más destacadas de la ciudad: el Arco de la Victoria, un monumento que fue inaugurado en 1956 para conmemorar la victoria del bando franquista en la Guerra Civil Española. El arco, de estilo neoclásico, tiene una gran simbología y se erige como un punto central en la Plaza de Moncloa. Desde este monumento, se pueden apreciar varias construcciones y lugares significativos que enriquecen la historia del lugar.
Un edificio cercano y de notable relevancia es el Edificio del Ejército del Aire, que se encuentra a pocos pasos del Arco de la Victoria. Este edificio, de gran tamaño, alberga las dependencias administrativas de las Fuerzas Aéreas de España. Su imponente arquitectura refleja la importancia de la institución y su presencia en la zona. Al lado de este complejo se encuentra el Museo de América, un interesante centro cultural que conserva una rica colección de arte y objetos provenientes de América Latina, desde la época precolombina hasta el periodo colonial. El museo, inaugurado en 1962, está en un entorno privilegiado y ofrece una visión profunda de la historia y la cultura de América desde una perspectiva española.
Uno de los puntos más representativos de la zona es el Faro de la Moncloa, una torre que se erige como un faro urbano en Madrid. Construida en 1992, la torre cuenta con una altura de 92 metros y proporciona unas vistas panorámicas impresionantes de la ciudad y sus alrededores. Además de ser un faro simbólico, la torre también alberga una plataforma de observación, lo que la convierte en un lugar ideal para admirar el horizonte madrileño. El Faro de la Moncloa se ha convertido en un punto de referencia moderno en la ciudad, integrándose perfectamente con el paisaje urbano de la zona.
En los alrededores de estos monumentos, se encuentran varias calles y edificios notables, como la famosa Casa de las Flores, un edificio de estilo tradicional madrileño que destaca por su aspecto arquitectónico único. La casa, decorada con numerosas flores y plantas que adornan su fachada, se encuentra en una de las calles más conocidas de la zona y atrae a los transeúntes por su singularidad y belleza.
El recorrido por Moncloa, en su conjunto, ofrece una mezcla de historia, cultura y arquitectura moderna. Al pasear por las calles que rodean el Arco de la Victoria y el Faro de la Moncloa, se puede disfrutar de una gran variedad de edificaciones y monumentos, cada uno con su propia historia y relevancia. Este sector de Madrid, con su combinación de tradición y modernidad, representa una parte fundamental del tejido urbano de la capital, en constante evolución y siempre lleno de interés para quienes lo exploran.
Chamberí
El distrito de Chamberí, situado en el corazón de Madrid, es una zona que combina la tradición castiza con una vibrante vida cultural y gastronómica. Conocido por su arquitectura señorial, sus museos y su ambiente de barrio, Chamberí ofrece una experiencia auténtica para quienes desean explorar la esencia de la capital española.
Uno de los principales atractivos de Chamberí es el Museo Sorolla, ubicado en la antigua residencia del pintor valenciano Joaquín Sorolla. Este museo alberga una extensa colección de sus obras, así como objetos personales y mobiliario original, ofreciendo una visión íntima de su vida y arte.
Otro lugar de interés es la estación de metro de Chamberí, conocida como la “Estación Fantasma”. Cerrada en 1966, ha sido restaurada y convertida en un museo que muestra cómo era el metro de Madrid en sus inicios, con azulejos originales y carteles publicitarios de la época .
Además, el distrito cuenta con numerosas iglesias y conventos de interés histórico, como la Iglesia de San Fermín de los Navarros y el Convento de las Salesas Reales .
La Plaza de Olavide es el corazón social de Chamberí, rodeada de terrazas y bares donde los vecinos se reúnen para disfrutar del ambiente. El Mercado de Vallehermoso es otro punto de encuentro, que combina puestos tradicionales con propuestas gastronómicas innovadoras .
En cuanto a la oferta culinaria, Chamberí cuenta con una amplia variedad de restaurantes y bares. .
Aunque es un distrito densamente urbanizado, Chamberí ofrece espacios verdes como el Parque de Santander, también conocido como el Centro de Ocio y Deportes Tercer Depósito del Canal de Isabel II. Este parque cuenta con instalaciones deportivas, zonas ajardinadas y áreas de juegos infantiles, proporcionando un respiro natural en medio de la ciudad .
Para los amantes del arte contemporáneo, la Sala de Exposiciones del Canal de Isabel II ofrece una programación variada de muestras y actividades culturales.
En resumen, Chamberí es un distrito que combina historia, cultura y modernidad, ofreciendo una experiencia completa para quienes desean conocer una faceta auténtica de Madrid.
La Glorieta de San Antonio de la Florida se encuentra en el distrito de Moncloa-Aravaca, al noroeste de Madrid, en un punto donde confluyen el Paseo de la Florida y la Avenida de Valladolid, junto a la ribera del río Manzanares. Se trata de un espacio urbano de carácter monumental que destaca por albergar la Ermita de San Antonio de la Florida, una de las construcciones más singulares del patrimonio artístico madrileño. En el centro de la glorieta se sitúa también una escultura sedente de Francisco de Goya, obra de José Llaneces, en homenaje al pintor que decoró el interior de la ermita.
La ermita fue construida entre 1792 y 1798 por encargo del rey Carlos IV, quien confió su diseño al arquitecto italiano Filippo Fontana, dentro de los cánones del estilo neoclásico. El edificio, de planta de cruz griega cubierta con cúpula central, es de formas sobrias pero armoniosas, propias de la arquitectura ilustrada de fines del siglo XVIII. Su relevancia se debe principalmente a las pinturas murales que decoran el interior, ejecutadas al fresco por Francisco de Goya en 1798. Estas representan episodios de la vida de San Antonio de Padua, entre ellos el célebre milagro en el que resucita a un difunto para que declare en favor de su padre injustamente acusado. Las escenas, dotadas de gran realismo y una notable carga expresiva, muestran personajes populares madrileños contemporáneos del artista, lo que confiere a las pinturas un carácter singular dentro de su producción.
La ermita fue declarada Monumento Nacional en 1905. En 1919 se trasladaron allí los restos mortales de Goya desde el cementerio bordelés, aunque sin su cabeza, que se había perdido en circunstancias nunca aclaradas. Para garantizar la conservación de las pinturas, se construyó en 1929 un templo gemelo contiguo destinado al culto, mientras que la ermita original quedó reservada como museo visitable. Desde entonces, el edificio principal funciona como espacio expositivo bajo la gestión del Ayuntamiento de Madrid, siendo uno de los pocos recintos religiosos en España donde no se celebran oficios para preservar las obras de arte.
Cada 13 de junio se celebra en la glorieta y sus alrededores la popular romería y verbena de San Antonio, una de las más tradicionales de la capital. Durante esta festividad, conocida por sus costumbres vinculadas al cortejo y al matrimonio, las mujeres solteras participan en el ritual de los trece alfileres, que consiste en arrojarlos sobre una pila de agua bendita para predecir su porvenir amoroso. También se reparten los tradicionales panecillos del santo, considerados portadores de fortuna y sustento.
La Glorieta de San Antonio de la Florida constituye así un enclave de gran valor artístico, histórico y cultural en Madrid. La confluencia de arquitectura neoclásica, pintura goyesca y tradiciones populares otorgan a este lugar un carácter único, que lo convierte en visita obligada para quienes desean conocer la riqueza patrimonial de la ciudad.
De Puente de Toledo a Puerta de San Vicente
El recorrido entre el Puente de Toledo y la Puerta de San Vicente ofrece una de las rutas más densas en patrimonio histórico, artístico y paisajístico de Madrid. Se trata de un paseo que bordea el río Manzanares, atraviesa el corazón del Madrid más antiguo y revela vestigios de su pasado medieval, barroco y borbónico. A continuación, se describe este itinerario en orden geográfico y cronológico, destacando los principales monumentos y enclaves históricos
El punto de partida es el Puente de Toledo, una obra barroca construida entre 1718 y 1732 por el arquitecto Pedro de Ribera. Realizado en granito y con una elegante estructura de nueve arcos, está decorado con hornacinas que albergan las esculturas de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza. Este puente sustituyó a anteriores pasarelas destruidas por riadas y comunicaba el centro de Madrid con el camino hacia Toledo
A escasa distancia se halla la Glorieta de Pirámides, presidida por dos obeliscos neoclásicos erigidos hacia 1830 para embellecer el acceso sur a la ciudad. Avanzando por la Ronda de Toledo se llega a la monumental Puerta de Toledo, mandada construir por Fernando VII y finalizada en 1827. Esta puerta, de estilo neoclásico, es la única de las grandes puertas de entrada construidas en el siglo XIX que se conserva íntegra, y está formada por un arco central flanqueado por columnas dóricas y rematada por esculturas alegóricas
Al continuar hacia el norte por la calle de Toledo, se encuentran tramos visibles de la antigua Cerca de Felipe IV, levantada en 1625 para controlar el acceso a la villa. En el entorno, entre la calle de la Paloma y la calle de Calatrava, se encuentra la Iglesia de la Virgen de la Paloma, edificada en 1912 en estilo neomudéjar. Este templo acoge la venerada imagen de la Virgen, popular patrona oficiosa de Madrid, cuya festividad se celebra cada 15 de agosto con gran devoción popular
En la calle de San Buenaventura se alza la iglesia de la Venerable Orden Tercera, perteneciente a los franciscanos seglares. El templo actual, barroco, fue concluido en 1727 y conserva un notable retablo y varias capillas de interés artístico. Su proximidad al convento de San Francisco el Grande subraya la importancia de esta zona como núcleo religioso
A continuación se halla la Basílica de San Francisco el Grande, una de las iglesias más impresionantes de Madrid. Construida entre 1761 y 1784, su autor principal fue Francisco Cabezas, aunque también participó Francesco Sabatini. De estilo barroco tardío con elementos neoclásicos, su cúpula de 33 metros de diámetro es una de las mayores de Europa. El interior alberga pinturas de Goya y Zurbarán, así como un retablo mayor de gran valor
Desde la basílica se asciende por la calle Bailén, que atraviesa el Viaducto de Segovia, una estructura metálica elevada construida en 1934 y reformada en los años 90. Ofrece una panorámica única del oeste madrileño. A pocos metros, en la calle Segovia, se conserva empotrado en un muro el que se considera el escudo más antiguo de Madrid, tallado en piedra hacia el siglo XV y que muestra el oso y el madroño bajo la estrella de ocho puntas
Junto al Parque Emir Mohamed I se encuentran los restos mejor conservados de la muralla musulmana de Madrid, fechada entre los siglos IX y X. Este lienzo formaba parte del alcázar y protegía la primitiva medina islámica, asentada sobre un promontorio que domina el Manzanares. El parque ofrece paneles explicativos y vistas al Palacio Real
Bajando de nuevo al río, en la margen derecha se halla la Ermita de la Virgen del Puerto, construida en 1716 por Pedro de Ribera en estilo barroco madrileño. Dañada durante la Guerra Civil, fue reconstruida en los años 50. Su ubicación junto a Madrid Río la convierte en lugar de peregrinación y descanso
Siguiendo el paseo junto al Manzanares se llega al Puente de Segovia, el más antiguo de Madrid aún en pie. Fue mandado construir por Felipe II y diseñado por Juan de Herrera entre 1582 y 1584. De sillería de granito y nueve arcos de medio punto, fue la vía principal hacia Castilla durante siglos
En la otra orilla del río se encuentra la Ermita de San Antonio de la Florida, construida entre 1792 y 1798 por Francisco de Fontana en estilo neoclásico. Es célebre por los frescos que decoran su cúpula y paredes, obra de Francisco de Goya, quien está enterrado allí desde 1919. La ermita es actualmente monumento nacional y museo
El paseo concluye en la antigua Estación del Norte, hoy integrada en el intercambiador de transporte de Príncipe Pío. Fue inaugurada en 1861 y ampliada en 1928 con una gran nave de hierro y cristal de inspiración francesa. Aunque dejó de funcionar como estación ferroviaria en los años 90, el edificio ha sido rehabilitado y alberga un centro comercial y espacios culturales
Este itinerario ofrece un paseo de aproximadamente 4,5 km cargado de historia, arte y urbanismo, donde confluyen la Madrid islámica, la villa barroca y la capital ilustrada y contemporánea.
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