La Muy Noble, Muy Leal, Benemérita, Invicta, Heroica y Buena Ciudad de Oviedo, capital del Principado de Asturias, se encuentra en el norte de España.
Su fundación se remonta al siglo VIII, cuando un grupo de monjes estableció un monasterio en el monte Ovetao. Desde entonces, ha desempeñado un papel clave en la historia del Reino de Asturias y en la posterior evolución del territorio español. Durante la Edad Media, fue un importante centro religioso y político, albergando la corte de los primeros monarcas asturianos. En los siglos XIX y XX, se consolidó como un núcleo industrial y cultural de gran relevancia.
La ciudad alberga un importante patrimonio arquitectónico. Su monumento más destacado es la Catedral de San Salvador de Oviedo, construida entre los siglos XIV y XVI en estilo gótico. En su interior se encuentra la Cámara Santa, una capilla prerrománica del siglo IX declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde se custodian importantes reliquias como la Cruz de la Victoria y la Cruz de los Ángeles.
Otro conjunto monumental de gran relevancia es el de las iglesias prerrománicas del Naranco, formadas por Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, ambas construidas en el siglo IX durante el reinado de Ramiro I. Estas edificaciones, también Patrimonio de la Humanidad, representan un estilo arquitectónico único que antecede al románico.
El casco histórico de Oviedo conserva numerosas construcciones de interés. Calles como Cimadevilla y plazas como la del Fontán reúnen edificios emblemáticos, entre ellos el Ayuntamiento (siglo XVII) y el Palacio de Camposagrado (siglo XVIII). La ciudad cuenta además con importantes espacios culturales, como el Teatro Campoamor, inaugurado en el siglo XIX y sede de la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias.
En el ámbito educativo, destaca la Universidad de Oviedo, fundada en 1574. Su sede histórica, ubicada en el centro de la ciudad, es un notable ejemplo de la arquitectura renacentista.
Por último, en el entorno natural de la ciudad sobresale el Monte Naranco, una elevación que ofrece vistas panorámicas de Oviedo y sus alrededores, además de ser un espacio ideal para el senderismo y otras actividades al aire libre.
Oviedo es una ciudad que combina historia, arte y cultura con una notable calidad de vida, consolidándose como un referente en el norte de España y conociendo sus principales calles, monumentos y lugares de interés con el vídeo del Canal de YouTube.
Plaza de Alfonso II El Casto
La Plaza de Alfonso II el Casto, también conocida como la Plaza de la Catedral, es uno de los lugares más emblemáticos de Oviedo y un punto central en su casco histórico. Su nombre rinde homenaje al rey Alfonso II, apodado “el Casto”, quien gobernó Asturias entre los años 791 y 842. Durante su reinado, Alfonso II consolidó la ciudad como capital del reino y promovió el arte prerrománico asturiano, además de ser considerado el primer peregrino del Camino de Santiago .
La plaza alberga la imponente Catedral de San Salvador, una joya del gótico construida entre los siglos XIII y XVIII, que se alza sobre restos de templos anteriores. Frente a la catedral se encuentra la escultura de “La Regenta”, obra de Mauro Álvarez Fernández, que representa a Ana Ozores, protagonista de la novela homónima de Leopoldo Alas “Clarín” .
En los alrededores de la plaza se pueden admirar edificios históricos como el Palacio de la Rúa, considerado la edificación civil más antigua de Oviedo, y el Jardín de los Reyes Caudillos, un conjunto escultórico que rinde homenaje a los monarcas asturianos .
Durante la Edad Media y principios de la Edad Moderna, la plaza fue un punto de convergencia de las principales calles gremiales de la ciudad, lo que le confiere una gran importancia histórica y urbanística .
Hoy en día, la Plaza de Alfonso II el Casto es un lugar imprescindible para quienes visitan Oviedo, ofreciendo una combinación única de historia, arte y arquitectura en el corazón de la ciudad.
Catedral de San Salvador
La Santa Iglesia Basílica Catedral Metropolitana de San Salvador en la ciudad de Oviedo, también como Sancta Ovetensis, es uno de los principales hitos arquitectónicos y espirituales de Asturias. Situada en pleno centro histórico, en la Plaza de Alfonso II el Casto, constituye además una etapa fundamental del Camino de Santiago. Su origen se remonta al siglo IX, cuando el rey Alfonso II el Casto (c. 760–842) ordenó la construcción de una basílica dedicada al Salvador, sobre un área ya considerada sagrada desde tiempos anteriores. Esta primera edificación formaba parte de un conjunto de edificios religiosos que consolidaron a Oviedo como capital del Reino de Asturias.
El edificio actual es fundamentalmente de estilo gótico y fue levantado entre los siglos XIV y XVI, aunque integra vestigios de otros periodos, como el prerrománico, el románico, el renacimiento y el barroco. La planta consta de tres naves, capillas laterales, un crucero y una girola renacentista que permite rodear el altar mayor. Uno de sus elementos más representativos es su torre gótica, construida en el siglo XV, que alcanza una altura de casi 80 metros, dominando el perfil urbano de la ciudad. En su interior destaca la Cámara Santa, capilla prerrománica del siglo IX declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde se conservan importantes reliquias como el Arca Santa, la Cruz de la Victoria y la Cruz de los Ángeles.
Otro de los puntos destacados de la catedral es el retablo mayor, obra de Giralte de Bruselas y su discípulo Guillermo de Holanda, realizado entre 1512 y 1517 en estilo gótico hispano-flamenco. La combinación de las distintas etapas arquitectónicas y artísticas confiere a la catedral una riqueza excepcional, razón por la cual es conocida como Sancta Ovetensis, en referencia a su abundancia de reliquias sagradas.
La Catedral de San Salvador no sólo es un emblema arquitectónico, sino también un símbolo de la continuidad espiritual de la monarquía asturiana y de la cristiandad en la península ibérica durante los siglos de la Reconquista. Actualmente, el templo continúa siendo un centro activo de culto y un importante destino cultural y turístico, ofreciendo a los visitantes una profunda experiencia histórica, artística y religiosa.
Cámara Santa
La Cámara Santa de la Catedral de San Salvador de Oviedo constituye uno de los principales ejemplos del arte prerrománico asturiano. Fue construida en el siglo IX por orden del rey Alfonso II el Casto, quien concibió este espacio como capilla palatina y relicario real dentro de su conjunto palaciego. Su función original era custodiar las principales reliquias cristianas del reino de Asturias, reforzando así el carácter sagrado de Oviedo como capital espiritual de los reinos cristianos del norte de la península ibérica.
Arquitectónicamente, la Cámara Santa consta de dos niveles: en la planta inferior se encuentra la cripta de Santa Leocadia, de bóveda baja y uso funerario; mientras que en la planta superior se ubica la capilla de San Miguel, destinada al culto y a la custodia de reliquias. El edificio, realizado en piedra sillar, presenta un diseño sobrio y compacto, característico del prerrománico asturiano. Posteriormente, en los siglos XII y XIII, durante el auge del románico, se llevaron a cabo algunas reformas, añadiéndose el bello conjunto de esculturas de los apóstoles que decoran su interior.
La Cámara Santa alberga algunas de las reliquias más importantes del cristianismo occidental, entre las que destacan el Arca Santa, que contiene numerosas reliquias sagradas; el Santo Sudario de Oviedo, un lienzo de lino que según la tradición cubrió el rostro de Cristo tras su muerte; la Cruz de los Ángeles (808) y la Cruz de la Victoria (908), símbolos de la ciudad de Oviedo y del Principado de Asturias, respectivamente. Este conjunto excepcional ha valido a la Cámara Santa el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998, dentro de la denominación “Monumentos del Reino de Asturias”.
Un episodio trágico en su historia tuvo lugar el 23 de agosto de 1934, durante la insurrección revolucionaria asturiana previa a la Guerra Civil Española. Un grupo de revolucionarios hizo estallar una carga de dinamita en el interior de la Cámara Santa, provocando graves daños: las bóvedas y buena parte de los muros se desplomaron, y muchas de las esculturas románicas quedaron fragmentadas. La explosión puso en grave peligro la conservación de las reliquias, que fueron rescatadas con gran esfuerzo por el entonces obispo y varios colaboradores.
La reconstrucción de la Cámara Santa se llevó a cabo entre 1939 y 1942, bajo la dirección del arquitecto Luis Menéndez-Pidal y Álvarez, quien respetó en la medida de lo posible el diseño y los materiales originales, guiándose por estudios arqueológicos y fotografías previas. Muchas de las esculturas románicas destruidas fueron restauradas pieza por pieza, aunque algunas partes irreparables fueron sustituidas por reconstrucciones modernas, diferenciadas sutilmente de las originales.
Hoy en día, la Cámara Santa sigue cumpliendo su función de custodiar las reliquias más preciadas del Principado y continúa siendo un lugar de profunda devoción y peregrinación. Además, constituye uno de los espacios más visitados de la Catedral de Oviedo, no sólo por su valor religioso, sino también por su importancia histórica y artística.
Capilla de la Balesquida
La Capilla de la Balesquida es un pequeño pero significativo edificio religioso situado en el centro histórico de Oviedo, en la esquina entre la Plaza de Alfonso II el Casto y la Plaza Porlier, frente a la fachada norte de la Catedral de San Salvador. Esta capilla es la sede de la antigua Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza, también conocida popularmente como “La Balesquida”, institución que ha estado ligada a la historia y vida social de la ciudad desde la Edad Media.
El origen de la capilla se remonta a 1232, cuando doña Velasquita Giráldez, conocida como “la Balesquida”, noble ovetense, legó en su testamento diversos bienes para fundar un hospital de peregrinos y una capilla. Desde entonces, el edificio y la cofradía han estado íntimamente vinculados a los sastres de Oviedo, gremio que cuidó del mantenimiento del templo a lo largo de los siglos. Como recuerdo de esta tradición, en la esquina del edificio puede verse esculpido un par de tijeras, símbolo de dicho oficio.
El edificio actual corresponde a una profunda remodelación barroca realizada en 1725. La capilla presenta una planta rectangular de pequeñas dimensiones, cubierta por una bóveda de cañón con arcos fajones y lunetos. El interior está presidido por un retablo mayor barroco del siglo XVII, en cuyo centro se encuentra la imagen de la Virgen de la Esperanza, una talla de madera policromada de finales del siglo XIII, representada con el Niño Jesús en brazos. A ambos lados de la nave se encuentran dos pequeños retablos laterales: el de la izquierda, dedicado a San Judas Tadeo, y el de la derecha, a San Bernardo de Claraval, donde se integran imágenes de otros santos como San Antonio Abad, San Eulogio, Santa Brígida, San José y San Francisco.
En las paredes laterales pueden contemplarse también pinturas atribuidas al pintor ovetense Francisco Reiter, realizadas a finales del siglo XVIII, que representan escenas de la vida de San Bernardo. El conjunto artístico de la capilla, sencillo pero de gran valor devocional, refleja la profunda religiosidad popular que ha caracterizado a Oviedo desde la Edad Media.
Plaza de la Constitución
La Plaza de la Constitución de Oviedo, situada en el corazón del casco histórico, constituye uno de los espacios urbanos más relevantes de la ciudad. Conocida en época medieval como la Plaza Mayor, ha sido desde hace siglos el principal centro cívico y religioso de Oviedo. Su configuración actual responde a las reformas urbanísticas del siglo XVII, aunque el espacio ya tenía funciones públicas desde la Edad Media.
Uno de los edificios más destacados de la plaza es la Casa Consistorial, sede del Ayuntamiento de Oviedo. La construcción comenzó en 1622 y finalizó en 1671, según los planos del arquitecto Juan de Naveda. El edificio responde a un estilo barroco austero y equilibrado, con una fachada de tres cuerpos organizada simétricamente, soportales en su planta baja y una torre central coronada por un reloj, elemento que da carácter institucional al conjunto. A lo largo de su historia, la Casa Consistorial sufrió diversas modificaciones, incluida una importante reconstrucción tras los daños sufridos durante la Guerra Civil Española en 1934 y 1937.
En el extremo occidental de la plaza se alza la imponente Iglesia de San Isidoro el Real, construida entre finales del siglo XVI y 1681. Inicialmente, formó parte del Colegio de San Matías de la Compañía de Jesús, pero tras la expulsión de los jesuitas en 1767 pasó a convertirse en parroquia. Su fachada barroca, sobria y elegante, presenta una única torre en su flanco izquierdo, dado que la torre gemela proyectada nunca llegó a construirse. El interior destaca por su espléndido retablo mayor de estilo barroco, enriquecido con esculturas y lienzos de temática religiosa. La iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural en 1983.
Otro elemento de gran interés en la plaza es el Palacio de la Rúa, considerado uno de los edificios civiles más antiguos de Oviedo. Su origen se remonta al siglo XV, aunque fue reformado en el XVI incorporando elementos renacentistas. Se trata de una construcción de carácter noble, vinculada a familias destacadas de la ciudad, que conserva una portada gótica tardía y detalles arquitectónicos como arcos rebajados y ventanas ajimezadas. Su presencia añade al conjunto urbano un notable valor histórico y estético.
Finalmente, en el acceso oriental a la plaza se encuentra la Puerta de Cimadevilla, integrada en el propio edificio del Ayuntamiento. Esta puerta monumental, diseñada también por Juan de Naveda en el siglo XVII, funcionaba como paso de entrada a la antigua calle de Cimadevilla, una de las principales arterias de la ciudad medieval. La puerta, flanqueada por columnas y rematada con un escudo, constituye un excelente ejemplo de arquitectura barroca al servicio de la ordenación urbana.
La Plaza de la Constitución de Oviedo es, hoy en día, no solo un testimonio vivo de la evolución histórica de la ciudad, sino también un espacio animado de encuentro para locales y visitantes, rodeado de cafeterías, comercios y edificios de gran valor patrimonial.
Campo de San Francisco
El Campo de San Francisco es el parque urbano más emblemático de Oviedo y uno de los más antiguos de España. Situado en pleno centro de la ciudad, este espacio verde de aproximadamente 90.000 m² tiene sus orígenes en el siglo XIII, cuando formaba parte del huerto del convento franciscano homónimo . Tras la desamortización de 1836, los terrenos pasaron a manos públicas, y el parque fue inaugurado oficialmente el 21 de mayo de 1869 .
A lo largo del siglo XIX, el Campo de San Francisco fue transformado en un jardín de estilo inglés, con amplios paseos, fuentes y esculturas . Entre sus paseos más destacados se encuentra el Paseo de los Álamos, paralelo a la calle Uría, que es uno de los ejes principales del parque. El parque también alberga una variada colección de árboles centenarios y una rica biodiversidad que lo convierten en un pulmón verde en el corazón de Oviedo.
El parque está salpicado de numerosas esculturas y monumentos que rinden homenaje a figuras destacadas de la historia y la cultura asturiana. Entre ellos se encuentran los monumentos dedicados a Leopoldo Alas “Clarín”, autor de “La Regenta”, José Tartiere, empresario y benefactor local, y Alfonso Iglesias, creador del personaje “Pinón” . Además, destaca la escultura de Mafalda, el icónico personaje de Quino, que se ha convertido en uno de los puntos más fotografiados del parque.
Uno de los elementos arquitectónicos más singulares del Campo de San Francisco es la portada románica del antiguo templo de San Isidoro, que fue trasladada al parque y se conserva como testimonio del patrimonio histórico de la ciudad . Este arco de piedra añade un toque medieval al entorno y es un recordatorio de la rica historia de Oviedo.
Hoy en día, el Campo de San Francisco es un lugar de encuentro y esparcimiento tanto para los ovetenses como para los visitantes. Sus senderos, zonas ajardinadas y espacios de descanso ofrecen un entorno ideal para pasear, relajarse o disfrutar de actividades al aire libre en pleno centro urbano.
Plaza de Porlier
La Plaza de Porlier es una de las plazas más emblemáticas de Oviedo, situada en el corazón del casco histórico y rodeada de importantes edificios de la ciudad. Su nombre rinde homenaje al militar liberal Juan Díaz Porlier, conocido como “El Marquesín”, quien fue ejecutado en 1815 por intentar restaurar la Constitución de 1812 durante la invasión napoleónica. Anteriormente, la plaza era conocida como “El Campu la Fortaleza”, en referencia al castillo construido por Alfonso III el Magno en una de las esquinas de la muralla medieval .
La plaza está delimitada por las calles Eusebio González Abascal, Schultz, San Juan y Mendizábal, y se encuentra junto a la Catedral de San Salvador y la Plaza de Alfonso II. Entre los edificios más destacados que la rodean se encuentran el Palacio de Camposagrado, de estilo barroco, que alberga el Tribunal Superior de Justicia de Asturias; el Palacio de los Condes de Toreno, sede del Real Instituto de Estudios Asturianos; y el Teatro Filarmónica, uno de los teatros más antiguos de la ciudad .
En el centro de la plaza se encuentra una escultura de bronce que representa a un viajero, evocando la figura de un caminante que simboliza el espíritu de la ciudad como punto de encuentro y paso. Esta obra artística contribuye al ambiente acogedor y cultural de la plaza.
La Plaza de Porlier es un lugar de paso habitual para locales y turistas, ofreciendo un entorno tranquilo y monumental en pleno centro de Oviedo. Es un excelente punto de partida para explorar el casco antiguo de la ciudad, con sus calles adoquinadas, plazas históricas y una rica oferta cultural y gastronómica.
Basílica Menor de San Juan el Real
La Basílica Menor de San Juan el Real, situada en pleno centro de Oviedo, es uno de los templos más representativos de la ciudad. Su origen se remonta al siglo IX, cuando el rey Alfonso III el Magno mandó construir en su palacio un altar dedicado a San Juan Bautista. Con el paso de los siglos, este altar se transformó en una iglesia parroquial que llegó a ser una de las más importantes de la capital asturiana. El edificio medieval fue demolido en 1882, y en 1912 se iniciaron las obras del actual templo en un solar cercano, siendo consagrado en 1915. En el año 2014, la Santa Sede otorgó a la iglesia el título de Basílica Menor, en reconocimiento a su relevancia histórica y espiritual.
El diseño de la basílica fue obra del arquitecto Luis Bellido, quien adoptó un estilo historicista ecléctico, predominando los elementos neorrománicos y bizantinos. La planta presenta forma de cruz latina, con un amplio transepto y capillas laterales. Uno de los elementos más destacados del conjunto es su cúpula central, que se eleva sobre pechinas y está recubierta exteriormente con cerámica de tonos rojizos. El interior está decorado con elegantes vidrieras de inspiración gótica, elaboradas por la prestigiosa casa Maumejean, que llenan de color y luz natural el espacio sagrado.
La basílica se encuentra ubicada en la Plaza de Fernando Rubio, en la confluencia de las calles Melquíades Álvarez y Doctor Casal, en una zona muy céntrica y accesible de Oviedo. Además de su valor religioso, constituye un importante referente arquitectónico y artístico en el panorama urbano de la ciudad.
Fuente de la Foncalada
La Fuente de la Foncalada es uno de los monumentos más singulares de Oviedo y una joya del arte prerrománico asturiano. Construida en el siglo IX, durante el reinado de Alfonso III el Magno, esta fuente pública de agua potable es el único ejemplo conservado en Europa de arquitectura civil altomedieval con fines utilitarios .
Su nombre proviene de la inscripción latina fontem calatam, que puede traducirse como “fuente invocada”. La estructura presenta un edículo de planta rectangular, construido con sillares de piedra y cubierto por un tejado a dos aguas. En su fachada principal se abre un arco de medio punto, sobre el cual se encuentra una inscripción que reza: HOC SIGNO TVETUR PIUS, HOC SIGNO VINCITUR INIMICVS. SIGNVM SALVTIS PONE DOMINE IN FONTE ISTA VT NON PERMITAS INTROIRE ANGELVM PERCVTIENTEM (“Con este signo se ampara el justo, con este signo se vence al enemigo. Señor, pon el signo de la salvación en esta fuente para que no permitas entrar al ángel que hiere”) .
La Foncalada ha sido objeto de diversas investigaciones y restauraciones a lo largo del tiempo. En los años 90 del siglo XX, se llevaron a cabo estudios arqueológicos que permitieron una mejor comprensión de su estructura y función original. Estos trabajos revelaron que la fuente formaba parte de un complejo más amplio, posiblemente vinculado al palacio real y a otros edificios religiosos de la época .
En 1998, la Fuente de la Foncalada fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como parte del conjunto de monumentos del Reino de Asturias . Hoy en día, se puede visitar en la calle Foncalada de Oviedo, donde continúa siendo un testimonio vivo de la historia y la arquitectura altomedieval.
Santa María del Naranco
Santa María del Naranco, situada en la ladera sur del monte Naranco, a las afueras de Oviedo, es una de las construcciones más emblemáticas del arte prerrománico asturiano. Erigida en el siglo IX durante el reinado de Ramiro I (842–850), su función original ha sido objeto de diversas interpretaciones a lo largo del tiempo.
Tradicionalmente, se ha considerado que el edificio fue concebido como Aula Regia o salón de recepciones del complejo palaciego de Ramiro I. Esta interpretación se basa en su diseño arquitectónico y en su ubicación estratégica, que sugiere un uso ceremonial y representativo. Sin embargo, recientes investigaciones han propuesto otras teorías. Por ejemplo, el arqueólogo César García de Castro ha sugerido que podría haber sido un mausoleo real, destinado a albergar la tumba del propio Ramiro I, basándose en el hallazgo de una losa de grandes dimensiones en el vestíbulo del edificio . Esta hipótesis, aunque controvertida, añade una nueva dimensión al debate sobre la función original del monumento.
A partir del siglo XII, debido al deterioro de la cercana iglesia de San Miguel de Lillo, Santa María del Naranco fue adaptada para el culto cristiano y consagrada como Iglesia bajo la advocación de Santa María. Esta transformación implicó la incorporación de elementos litúrgicos y modificaciones arquitectónicas para adecuar el espacio a su nueva función religiosa.
A lo largo de los siglos, el edificio ha experimentado diversas intervenciones. En el siglo XX, el arquitecto Luis Menéndez-Pidal llevó a cabo una restauración significativa entre 1929 y 1934, eliminando añadidos posteriores y recuperando su aspecto altomedieval . Gracias a estas labores de conservación, Santa María del Naranco ha llegado hasta nuestros días en un estado notable de preservación.
En 1885, fue declarada Monumento Nacional, y en 1985, junto con otros monumentos del Reino de Asturias, fue inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Estos reconocimientos destacan su valor excepcional como testimonio de la arquitectura altomedieval europea.
San Miguel de Lillo
La iglesia de San Miguel de Lillo, situada en las laderas del monte Naranco, a escasa distancia de Oviedo, es una de las obras maestras del arte prerrománico asturiano. Construida por orden del rey Ramiro I, fue consagrada el 23 de junio del año 848, como atestigua una inscripción epigráfica atribuida al propio monarca y su esposa, la reina Paterna . Formaba parte de un conjunto palaciego que incluía también el edificio conocido como Santa María del Naranco.
Originalmente, San Miguel de Lillo era una iglesia palatina dedicada al culto cristiano, posiblemente vinculada a la corte real. Sin embargo, en el siglo XI, un deslizamiento de tierras provocó el derrumbe de dos tercios de la estructura original, incluyendo las naves y el ábside. Tras este suceso, el templo fue reconfigurado, cerrando el espacio a partir del primer tramo de las naves con un muro y un nuevo ábside .
A pesar de la pérdida de gran parte de su estructura original, la iglesia conserva elementos arquitectónicos y decorativos de gran valor. Destacan las celosías de piedra en las ventanas, los capiteles con motivos geométricos y figurativos, y las pinturas murales que adornan algunas zonas del interior. Estas últimas han sido objeto de recientes trabajos de restauración, que han permitido recuperar parte de la policromía original del siglo IX en la bóveda de la tribuna regia .
San Miguel de Lillo fue declarada Monumento Nacional en 1885 y, junto con otros monumentos del Reino de Asturias, fue inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1985.
Basílica de San Julián de los Prados
La Basílica de San Julián de los Prados, también conocida como Santullano, es uno de los monumentos más destacados del arte prerrománico asturiano y una de las iglesias mejor conservadas de la Alta Edad Media en Europa Occidental. Situada en Oviedo, fue construida a principios del siglo IX, durante el reinado de Alfonso II el Casto, y está dedicada a los mártires egipcios Julián y Basilisa. Su edificación fue encomendada al arquitecto Tioda, según las crónicas de la época.
El templo presenta una planta basilical de tres naves separadas por pilares cuadrados que sostienen arcos de medio punto. Cuenta con un transepto destacado y una cabecera tripartita, características propias del estilo prerrománico asturiano. El iconostasio que separa el presbiterio del resto de la iglesia recuerda a un arco triunfal romano, reflejando la influencia clásica en su diseño.
Uno de los elementos más sobresalientes de San Julián de los Prados es su rica decoración mural. Los frescos, realizados con técnica bizantina, se organizan en tres niveles horizontales y presentan motivos arquitectónicos, geométricos y vegetales, sin representaciones figurativas. Esta aniconicidad podría estar relacionada con las disposiciones del Concilio de Elvira, que desaconsejaban las imágenes en los lugares de culto.
A lo largo de los siglos, la basílica ha sufrido diversas restauraciones. Entre 1912 y 1915 se llevaron a cabo importantes trabajos que devolvieron al edificio su aspecto original y sacaron a la luz sus pinturas murales, que habían sido cubiertas con cal en épocas anteriores. En 1917 fue declarada Monumento Nacional y, en 1998, la UNESCO la incluyó en la lista del Patrimonio Mundial como parte del conjunto “Monumentos de Oviedo y del Reino de Asturias”.
Y varias fotografías más de la interesante capital del Principado de Asturias.
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